Bloomberg — La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que Europa se encuentra en medio de una crisis de personal sanitario que debe abordarse pronto, ya que la región se enfrenta al envejecimiento de la población y al aumento de las enfermedades crónicas.
“En Europa, la crisis del personal sanitario ya no es una amenaza inminente, sino que está aquí y ahora”, ha declarado Hans Kluge, Director Regional de la OMS para Europa. “Si el clima actual de huelgas, agotamiento y fuga de cerebros sirve de algo, nuestros sistemas sanitarios están en serios apuros”.
Kluge intervino en un acto celebrado en Rumanía en el que países de toda Europa adoptaron un plan (conocido como Declaración de Bucarest) para ayudar a proteger y apoyar a los trabajadores sanitarios, mientras las huelgas por las condiciones laborales y la insuficiencia de recursos siguen extendiéndose por la región.
En Francia, más de 100.000 médicos y enfermeras se declararon en huelga en noviembre, mientras que en Alemania miles de trabajadores de la salud se declararon en huelga el verano pasado. En el Reino Unido, los trabajadores sanitarios llevan organizando una serie de huelgas desde mediados de diciembre.
Los paros no sólo reflejan la “creciente frustración y preocupación” de los trabajadores sanitarios de toda la región, sino que también son un impedimento para atraer nuevos talentos, afirmó Kluge.
“Al entrar en el cuarto año de la pandemia, nuestros trabajadores sanitarios están cansados, sobrecargados y a menudo mal pagados”, afirmó. “Si esperamos hacer frente a los múltiples retos sanitarios que tenemos ante nosotros, desde el envejecimiento de la población al cambio climático, pasando por la resistencia a los antimicrobianos u otra pandemia, necesitamos un personal sanitario numeroso, bien formado y motivado”.
Un informe regional publicado por la OMS en septiembre advertía de la existencia de una “bomba de relojería” que amenaza los sistemas sanitarios de Europa y Asia Central, y afirmaba que podría producirse un colapso inminente en zonas clave si no se toman medidas políticas rápidas y concretas.
La Declaración de Bucarest insta a los gobiernos a llevar a cabo una serie de medidas como mejorar la contratación y retención del personal, aumentar la inversión pública y aplicar una mejor planificación.
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