A partir de la semana que viene, Twitter retirará de todas las cuentas de sus usuarios las denominadas “marcas verificadas de legado”, a medida que avanza hacia un esquema según el cual solo los suscriptores de pago y miembros de determinadas organizaciones tendrán esa característica.
La empresa de San Francisco comunicó en un tweet su intención de eliminar la verificación de las cuentas legadas a partir del próximo 1 de abril. Se trata de una de las primeras modificaciones anunciadas por su dueño, Elon Musk, que calificó el sistema actual de “corrupto” al poco tiempo de asumir el control a finales del 2022. Si bien este ha variado su opinión sobre diversos aspectos relacionados con Twitter, se ha mostrado decidido a abandonar el anterior sistema de verificación.
La compañía ha hecho de su marca de autentificación azul un elemento fundamental de su servicio de suscripción Twitter Blue, al que Musk puso inicialmente una cuota de US$8 mensuales y que ahora promociona como el mejor modo de aprovechar y optimizar dicho servicio. Además, según Musk, el problema de los bots se solucionaría aumentando el número de usuarios que pagan por el servicio. De acuerdo con la compañía, los usuarios de Paying Blue (pagando azul) tienen preferencia en las contestaciones y consultas, ayudando así a combatir los fraudes y el spam. Además, ven menos anuncios y pueden editar sus tuits.
Entre los usuarios que figuran como cuentas verificadas sin haber pagado los US$8 mensuales de suscripción se encuentran muchas personalidades de la vida pública y periodistas. Durante los años en que Twitter operó con anterioridad a Musk, ese mecanismo contribuyó a corroborar la veracidad de las afirmaciones e información publicadas desde esas cuentas y contribuyó a que Twitter se convirtiera en un medio más fiable para la difusión de las noticias.
La antipatía de Musk hacia el sistema anterior a menudo se expresa en el contexto de su desdén por los miembros de los medios, que tienden a ser los usuarios verificados más activos de Twitter. Este mes, configuró la dirección de correo electrónico press@twitter.com para responder automáticamente con un emoji de caca, después de haber ignorado en gran medida las consultas de los periodistas en los meses anteriores.
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