Bogotá — El modelo de trabajo remoto e híbrido se puso a prueba en Colombia de manera forzada ante los estragos generados durante la pandemia, en medio de la falta de preparación de aquellas empresas con menos inversiones en tecnología o ciberseguridad y sin procesos claros de gestión humana que les permitieran navegar por esta tormenta.
Al cumplirse tres años de la pandemia de coronavirus, que deja hasta el momento más de 6,3 millones de casos y 142.339 fallecidos, Bloomberg Línea hace un recuento de la evolución de la modalidad de trabajo remoto e híbrido en el país.
Uno de los picos más recientes del trabajo remoto se presentó en noviembre de 2021 cuando un 11% de los colombianos consultados para la encuesta Pulso Social manifestaron que en la última semana habían ejercido el teletrabajo, trabajo en casa o alguna modalidad virtual de trabajo.
Desde entonces, y salvo algunos períodos de recuperación, el trabajo remoto en Colombia ha venido perdiendo brillo y en noviembre de 2022, cuando se divulgó la última edición de esa encuesta del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), solo un 5,1% señaló haber estado bajo esa modalidad en la última semana.
En noviembre pasado, las ciudades con mayor proporción de trabajadores remotos se presentó en Tunja (9,9%), Cúcuta (9,6%), Bogotá (8,6%), Cali (7,4%), Medellín (7,4%), Villavicencio (6,4%), Armenia(5,6%), Bucaramanga (5,5%), entre otros.
Un informe de la firma de administración de personal GeoVictoria revela que los sectores que presentan las mayores tasas en la modalidad de trabajo presencial en la actualidad son manufactura (99,5%), salud, (99,8%) y construcción (99,4%), lo que se explica principalmente en la dinámica natural de estos sectores.
También sobresalen particularmente sectores como el de entretenimiento y turismo, con una tasa anual promedio de presencialidad del 98%.
Para el Ph.D y profesor asociado de la Facultad de Administración en la Universidad de los Andes, Andrés Barrios, la evaluación del trabajo remoto en Colombia “es positiva porque sirvió como motivante para la adopción de esta modalidad de trabajo en organizaciones en distintos sectores, aprovechando la infraestructura de tecnologías de información y comunicaciones y las prácticas de trabajo que se desarrollaron durante la pandemia”.
“Hoy en día es normal para cierto tipo de organizaciones (por ejemplo, en el sector de desarrollo de software) o para cierto tipo de trabajos (por ejemplo, consultoría en gestión humana) que las actividades se desarrollen de forma remota o híbrida”, respondió a una consulta de Bloomberg Línea.
No obstante, señaló que es importante tener en cuenta que todavía quedan algunos elementos en los que se debe trabajar.
Entre estos nombró la forma de diseñar, implementar y evaluar este tipo de trabajos y buscar mecanismos para reducir las consecuencias negativas para los trabajadores.
Las consecuencias negativas incluyen el tecnoestrés, por lo que las empresas deberían establecer horarios y canales de comunicación adecuados para contactar al empleado, según los expertos consultados por Bloomberg Línea.
Voceros de la firma de capital humano británica Michael Page coincidieron en entrevista con Bloomberg Línea que a pesar de que hay una caída en los números el balance en general es positivo, puesto que “las empresas lograron adaptarse bien a las exigencias de la pandemia y los empleados todavía mejor”.
“Al principio la carga laboral aumentó, pero después de tres años ya se ha equilibrado y se están creando políticas muy claras de flexibilidad que reglamentan el tema de balance vida/trabajo, y así el talento ha logrado tener un equilibrio”, dijeron a este medio.
¿Qué tan permanente puede ser el trabajo remoto en las empresas?
En la medida en que las actividades de las empresas también se normalizaron, en Michael Page ven una inclinación por implementar un modelo híbrido de trabajo, debido a que perciben que “la virtualidad en 100% está trayendo retos en temas de cultura organizacional, engagement y liderazgo”.
“Es por esto que se están creando espacios de conexión social, porque la gente también extraña el contacto cara a cara. De esta manera las empresas que están trabajando 100% remotas son menos y el modelo híbrido va en ascenso, el cual llegó para quedarse. En cuanto a la presencialidad 100% ya no la veremos, la flexibilidad es la reina de esta nueva era”, indicaron voceros de esa firma.
En opinión de Sonia Camacho, Ph.D. y profesora asociada en la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, los trabajadores optan por modalidades híbridas o remotas por motivos que van más allá de la flexibilidad como los “problemas de movilidad que experimentan las ciudades, tiempo para compartir con la familia o tiempo para emplear en otras actividades”.
“Hay retos que persisten en la adopción del trabajo remoto relacionados con la interacción entre empleados, el clima organizacional y el sentido de pertenencia. Esto probablemente llevará a que las empresas se decidan más por implementar modelos híbridos, en los que los empleados se reúnan e interactúen algunos días de la semana y otros trabajen desde casa”, complementó.
¿Qué pueden hacer las empresas para avanzar más decididamente en modelos híbridos?
Los voceros de Michael Page instan a las empresas a empezar a medir la productividad de manera diferente y crear estrategias de trabajo más eficientes que le permitan al talento tener herramientas para organizar mejor su flujo de tareas.
“Si realmente se mide a la gente solo por resultados y no por horas trabajadas podríamos prepararnos para cuatro días laborales, pero todavía este es un escenario que falta explorar porque la compensación actual está fijada en semanas de cinco días, por lo que hay que empezar a abrir la conversación del cambio en el esquema salarial”, señalaron.
Mientras que en visión del experto de la Universidad de los Andes las empresas pueden revisar los cargos susceptibles de realizar trabajo remoto y diseñar las labores de dichos cargos, de modo que se aprovechen las ventajas que esta modalidad ofrece (por ejemplo, mayor autonomía en el trabajo, flexibilidad en el manejo de tiempo).
También consideró importante que la organización comprenda los ahorros que puede lograr al implementar el trabajo remoto y los impactos positivos para sus empleados.
“Comprender los beneficios de implementar el trabajo remoto también abrirá la puerta para la implementación de jornadas de cuatro días, que en pilotos en otros países ha mostrado incrementos en la productividad y calidad del trabajo realizado por los empleados”, apuntó.
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