Bloomberg Línea — Millones de personas en gran parte de los Estados Unidos comenzaron a ver recortes en sus asignaciones de cupones para alimentos como consecuencia de la culminación del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) que se reforzó durante la pandemia del Covid-19.
Esta preocupación llega a los hogares migrantes o al menos con un migrante en la familia que podría caer en lo que se denomina inseguridad alimentaria con serios efectos en la salud. Este se puede ver particularmente en los hogares de inmigrantes con niños, que tienen menos probabilidades de acceder a los beneficios de SNAP que los nacidos en los EE.UU.
La SNAP destinó durante la pandemia unos US$3.000 millones mensuales a los hogares más vulnerables, por lo qué su reducción genera gran preocupación por el aumento anticipado en las tasas de pobreza.
Durante la crisis sanitaria que se suscitó en 2020, el 62% de las personas en hogares pobres con niños nacidos en EE.UU. todos los miembros eran elegibles para acceder a este beneficio, mientras el 47% tenían el estatus de elegibilidad mixta según su estado migratorio, según datos aportados por el Instituto de Políticas Migratorias (IPM). Los hogares pobres se definen como aquellos con ingresos inferiores al 100% del nivel federal de pobreza (US$30.000 para una familia de cuatro personas en 2023).
La limitación de acceso de beneficios públicos a ciertos ciudadanos data de 1996. Las restricciones contemplan un período de espera de cinco años antes de que los residentes permanentes legales con green card puedan acceder a los beneficios. Sin embargo, esto varía no solo según el estado migratorio sino también según el programa de beneficios. Es así que, los inmigrantes no autorizados siguen sin ser elegibles para la asistencia alimentaria financiada por el gobierno federal.
Estatus
Según un análisis del IPM 30,8 millones de personas nacidas en EE.UU. vivían en hogares pobres en 2019 y 13 millones eran hogares de inmigrantes, o al menos un miembro de la familia había nacido en el extranjero y vivían en un hogar pobre.
De los que vivían en hogares de inmigrantes, un poco más de la mitad (6,6 millones) estaban en hogares donde todos los miembros eran elegibles para el programa alimentario SNAP, lo que significa que todos los no ciudadanos tenían un estatus de inmigración elegible.
Un número mucho menor (1,2 millones) eran inmigrantes en hogares donde todos los miembros estaban excluidos de los beneficios de SNAP debido a su estatus migratorio.
Hasta 5,2 millones de personas vivían en hogares en los que al menos un miembro tenía derecho a SNAP y otro no. En estos hogares de elegibilidad mixta, el gobierno ajusta los montos de los beneficios según el número de miembros con estatus migratorio, lo que significa que estos hogares reciben una menor cantidad per cápita de SNAP.
Debido a las restricciones federales al acceso al SNAP de los no ciudadanos, los hogares de inmigrantes tienen menos posibilidad de a participar en el programa que las familias nacidas en EE.UU. con los mismos ingresos.
Entre los que son elegibles, las tasas de adopción son más bajos para inmigrantes que las familias nacidas en Estados Unidos. Esta brecha nativa-inmigrante en la participación SNAP es aún mayor entre los hogares con niños; y los hogares con elegibilidad mixta para el SNAP representan un segmento importante de los hogares inmigrantes pobres.
Según el análisis del Instituto de Políticas Migratorias, de continuar con las restricciones la elegibilidad en hogares migrantes o con solo un miembro migrante, caería un 52%.