Bloomberg — El Banco Central Europeo elevó este jueves su tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, en línea con lo esperado por el mercado. No obstante, la entidad no se pronunció sobre sus pasos a seguir en medio de un tumulto en el sector financiero que amenaza la supervivencia de Credit Suisse Group AG (CS).
La tasa de depósito se elevó al 3%, tal y cómo los funcionarios lo habían anticipado en su reunión anterior hace mes y medio.
Los funcionarios evitaron anticipar sus movimientos de la próxima reunión, que tendrá lugar en mayo, terminando con una práctica de reuniones recientes en medio de la incertidumbre que rodea al sector bancario y su estabilidad.
“Los elevados niveles de incertidumbre refuerzan la importancia de un abordaje basado en datos para las decisiones de política, que serán determinadas por la evaluación de las perspectivas de inflación en base a nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la fuerza de la transmisión de política monetaria”, indica un pasaje del comunicado del BCE.
Las proyecciones económicas trimestrales que acompañaban al anuncio mostraban una ralentización de la inflación mayor de lo que se pensaba este año, junto con un mayor aumento de los precios subyacentes que excluyen elementos volátiles como los alimentos y la energía.
La estabilización de Credit Suisse será bien recibida por el BCE, que insiste en que su batalla contra la inflación dista mucho de haber terminado. La cuestión ahora es si los recientes problemas en el sector bancario limitan su capacidad para hacer frente a unas subidas de precios que, aunque se moderan, siguen estando más cerca de los dos dígitos que su objetivo del 2%.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, dijo el martes a los ministros de Finanzas de la Unión Europea que los bancos podrían ser vulnerables a la subida de tasas, aunque afirmó que los prestamistas de la región están mucho menos expuestos que sus homólogos estadounidenses, según personas familiarizadas con las conversaciones.
Los mercados creen que ahora el BCE hará menos. Han recortado las apuestas sobre el máximo del ciclo de subidas de tasas al 3,2% desde el 4,2% de hace una semana.
Antes de las turbulencias en SVB y Credit Suisse, el debate en el BCE sobre el futuro del endurecimiento monetario ya estaba candente.
Desde noviembre, la subida récord de los precios en la era del euro está retrocediendo, por lo que los halcones se han centrado en la inflación subyacente, que alcanzó un récord en febrero, para abogar por más subidas importantes. Algunos de sus colegas, sin embargo, consideran que la inflación general es la guía principal y se oponen a establecer planes con tanta antelación.
En el enfrentamiento más notable, el italiano Ignazio Visco criticó abiertamente a los funcionarios que apoyan subidas “prolongadas”. Sus comentarios se produjeron días después de que el austriaco Robert Holzmann especulara con que la subida de 50 puntos básicos de esta semana debería ir seguida de tres más.
Se esperaba que el colapso de SVB por sí solo provocara una oposición más dura de las palomas a más subidas de tasas de magnitud.
Su argumento puede verse reforzado por la gran cantidad de datos que se publicarán antes de la próxima reunión del BCE. Entre ellos, dos nuevos datos sobre la inflación que probablemente revelen una fuerte desaceleración, ya que los precios del gas natural se han desplomado tras un invierno suave.
Los funcionarios también vigilan de cerca los salarios, en busca de indicios de aumentos excesivos que puedan afianzar el actual nivel de inflación. Los últimos acuerdos, aunque sustanciales, no han generado excesiva preocupación.
Luego está la Reserva Federal, que no se reúne hasta la semana que viene y tiene más tiempo para analizar el estallido bancario antes de fijar los costos de endeudamiento. Aunque la Reserva Federal empezó antes a endurecer su política monetaria, los dos bancos centrales se encuentran en posiciones similares, y cada uno de ellos se enfrenta al peligro añadido de una recesión.
Tampoco está claro cómo afectarán los recientes acontecimientos a los planes del BCE de reducir sus reservas de bonos adquiridos en anteriores campañas de estímulo. Las autoridades empezaron a reducir sus tenencias en 15.000 millones de euros al mes en marzo, cantidad que se revisará en junio.
--Con la colaboración de Zoe Schneeweiss, Aaron Eglitis, Alexander Pearson, Angela Cullen, Alexey Anishchuk, Christoph Rauwald, Ben Sills, Laura Malsch, Bryce Baschuk, James Regan, William Horobin y Alessandra Migliaccio.
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