Buenos Aires — No han sido pocas las voces de economistas y analistas políticos en Argentina que, a lo largo de la última década, han señalado que una alta inflación puede terminar siendo tolerada, o hasta utilizada adrede, por Gobiernos reticentes a ajustar el gasto público proactivamente.
El Gobierno de Alberto Fernández no ha sido la excepción, y sigue enfrentándose a este tipo de comentarios, mientras procura cumplir con las metas de déficit fiscal primario que pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este año, por lo pronto, deberá apuntar a un 1,9% del PBI.
Ingresá a la Calculadora de Inflación Acumulada de Bloomberg Línea
Sin ir más lejos, según los cálculos del economista Salvador Vitelli, entre diciembre de 2021 y el mismo mes de 2022, una inflación de casi el 95% jugó un rol significativo en las siguientes caídas del gasto en términos reales:
- Jubilaciones: -12,4%
- Asignaciones Familiares: -41,5%
- Subsidios Económicos: -63%
- Transferencia a las Provincias: Seg Social (-11,4%); Salud (-57,3%)
En no menor medida por las caídas en estas partidas, el Gobierno sobrecumplió con la meta de déficit fiscal primario del 2,5% en 2022, tal como había acordado con el FMI.
Mitos y realidades de la inflación y el gasto
Sin embargo, los expertos consultados por Bloomberg Línea resaltan los costos políticos que implicaría tolerar una inflación cercana al 100% en este 2023 electoral, mientras que también advierten por la menor efectividad de esta “herramienta fiscal” en un contexto de recesión económica.
De lo que no hay demasiada duda es que la inflación seguirá en alza en marzo, con el precio de los alimentos tomando aun más impulso, y sumándose al incremento de los regulados. “Todo ello lleva a pensar en una inflación cercana al 7% en el mes y de 21% acumulada en el trimestre”, dijo a Bloomberg Línea el economista de EcoGo, Sebastián Menescaldi.
“Así se va consolidando, junto a un cambio de regimen donde la indexación de precios es mayor, la expectativa de un alza de precios igual o mayor a la del año pasado”, agregó.
Salvador Vitelli, economista
- “Esta gestión, con el gran aumento de inflación, lo que ha hecho es licuar ciertas partidas en términos reales, sobre todo las sociales y también subsidios, que si bien van creciendo, lo hacen a un menor ritmo que la inflación. En términos reales van perdiendo poder adquisitivo y eso significa menor erogación. Esto implica una fuerte licuación del gasto en estas partidas. Pero a la inflación hay que verla desde el punto de vista del impuesto inflacionario y del señoreaje. En el impuesto inflacionario, el Estado se financia a través de la emisión, y quienes son el pasivo de eso son los tenedores de esa moneda, los depositantes y quienes tengan billetes”.
- “Hasta qué punto la inflación te puede o no aumentar la recaudación via impuesto inflacionario depende de la demanda de dinero por parte de la sociedad. En la medida de que la economía crezca, por ejemplo, el estado allí podría emitir, financiarse, generar ese impuesto inflacionario, sin que genere demasiada inflación. El problema es que en la medida que la demanda de dinero caiga y la economía no crezca, como en 2023, toda emisión que se haga, toda esa inflación, se te va a precios. por ende ese señoreaje no existe, ya que te termina aumentando fuertemente la inflación porque cae la demanda de dinero”.
- “Si bien hay impuesto inflacionario, todo dinero que emitas se te va a inflación o a instrumentos que van casi cubiertos contra la inflación. Por ejemplo, el plazo fijo te está rindiendo un 107% que te hace efectiva con renovación cada 30 días. La inflación es amiga y al mismo tiempo enemiga en este sentido ya que si bien te permite licuar los gastos, cualquier emisión hoy en día que quieras cubrir con impuesto inflacionario, el señoreaje te termina siendo cero y se te va a precios. Entonces si bien hoy estás licuando vía inflación, que la genera el mismo Estado, eso al mismo tiempo le implica mayores costos para recaudar en términos reales vía inflación”.
Iván Carrino, economista
- “Es tentador decir que el Gobierno usa a la inflación para licuar el gasto, y algo de eso puede haber. Pero suponer que eso es 100% así o que siempre va a ser así sería pensar que la gente padece de ilusión monetaria. Y lo cierto es que si las jubilaciones caen 12,4% en términos reales, el jubilado se da cuenta que ahora su jubilación le alcanza para menos consumos. O sea que al final del día todos pensamos, en un país con tanta historia inflacionaria, en términos reales. Nadie se alegra de que le den un aumento del 50% si la inflación fue 100%”.
- “El gobierno no solo está pagando costos políticos por dejar de subsidiar (en parte y de forma muy gradual) las tarifas, sino también por el descontrol inflacionario que hay. Estos niveles de inflación no son beneficiosos para nadie. Ni para nosotros, ni -a la larga- para el propio gobierno”.
Franco Tealdi, analista financiero
- “El Gobierno, aunque explícitamente no lo salga a decir o lo admita, ha sido uno de los mayores beneficiarios de la inflación. Por un lado está el señoreaje del Banco Central (BCRA), que tiene una ganancia por emitir y ser el primero en utilizar ese dinero, antes de que llegue al último usuario”.
- “Además, el Gobierno paga sueldos y a proveedores, cobra impuestos y anticipos y esto lo beneficio en el sentido del valor-tiempo de la plata. Al ser el primero en realizar esas erogaciones, claramente se beneficia, con una inflación corriendo al 6% mes”.