Bloomberg — La actividad económica de China se fortaleció en los dos primeros meses del año gracias al repunte de la inversión y la recuperación del gasto de los consumidores tras el fin de las restricciones de Covid.
Las ventas al por menor aumentaron un 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior, según mostraron el miércoles las cifras de la Oficina Nacional de Estadística, invirtiendo así la caída del 1,8% registrada en diciembre. Esta cifra coincide con las previsiones de los economistas.
La producción industrial creció un 2,4% en el bimestre, frente al 1,3% de diciembre, por debajo de las previsiones de los economistas, que apuntaban a una expansión del 2,6%.
La inversión en activos fijos creció un 5,5% en el bimestre, mejor que la estimación del 4,5% y que el crecimiento del 5,1% para el conjunto del año pasado. La tasa de desempleo subió inesperadamente al 5,6%.
China abandonó abruptamente su estrategia Covid Cero en diciembre, lo que provocó un aumento de las infecciones hasta enero. Sin embargo, los casos alcanzaron su punto máximo antes de lo previsto, lo que animó a la gente a viajar y gastar de nuevo y dio un impulso al sector servicios. Las fábricas también se beneficiaron al desaparecer los cuellos de botella y las restricciones logísticas.
La Oficina Nacional de Estadística suele combinar los datos de los dos meses de enero y febrero para evitar distorsiones debidas a la festividad del Año Nuevo Lunar, que puede caer en cualquiera de los dos meses según el año.
El repunte será una noticia alentadora para los altos dirigentes, que han hecho del crecimiento económico una de sus principales prioridades este año. Pekín fijó un modesto objetivo de crecimiento del producto interior bruto en torno al 5% para este año, señalando que evitará cualquier gran estímulo a través de la inversión en infraestructuras o el mercado inmobiliario. Sin embargo, un objetivo bastante ambicioso de creación de empleo de “unos 12 millones” sugiere que la política seguirá siendo de apoyo.
El nuevo Primer Ministro chino, Li Qiang, declaró el lunes que el objetivo de crecimiento “no es una tarea fácil” y “requiere redoblar los esfuerzos”. La nación dará prioridad a la estabilidad del crecimiento, los precios y el empleo, al tiempo que tratará de avanzar en el desarrollo de alta calidad, afirmó.
Según la estimación media de una encuesta de Bloomberg, la economía crecerá probablemente un 5,3% este año respecto al año anterior.
Que la recuperación pueda mantenerse este año dependerá de lo que ocurra con la menguante demanda mundial, el difícil mercado inmobiliario y la todavía débil confianza de los consumidores. Pekín también tendrá que hacer frente a retos a más largo plazo, como el aumento de las sanciones por parte de EE.UU., las crecientes tensiones geopolíticas y el envejecimiento de la población y la reducción de la mano de obra.
--Con la colaboración de Yujing Liu y Fran Wang.