Buenos Aires — La semana pasada se llevó a cabo en Estados Unidos el CERA Week, el congreso energético más importante del mundo, donde participan los ejecutivos de las principales empresas, funcionarios gubernamentales y líderes de opinión, entre otros. Estuvo presente el Gobierno argentino y también muchas de las empresas que explotan las reservas de Vaca Muerta. Aún así, no fue suficiente para atraer la atención de los principales actores del sector.
Daniel Dreizzen, director de Energía de la consultora Ecolatina, participó del Congreso y dejó un balance de lo ocurrido en diálogo con Bloomberg Línea.
Vaca Muerta, Argentina y Latinoamérica en el mundo energético
Sobre la presencia de la región en el Cera week, dijo: “La relevancia de Vaca Muerta, Argentina y de Latinoamérica en el CERA week fue casi nula. Hubo algunos paneles de la región en los cuales se habló de Argentina, Brasil y Latinoamérica pero todo el foco estaba centrado principalmente en Estados Unidos”.
Dreizzen destacó que ni siquiera los hidrocarburos fueron protagonistas de este evento. “Se habló mucho de transición e hidrógeno. Todas las empresas hablan de hidrógeno”.
Vaca Muerta y transición energética
Sobre el boom de las energías limpias, y el impacto que pueda tener en la producción de combustibles fósiles, Dreizzen dijo que “dada la situación económica de Argentina, de acá a medio plazo, veo muy difícil que haya incentivos económicos o subsidios para renovables”.
En ese sentido, el consultor comparó con lo que sucede en Estados Unidos, que a través de la inflation reduction act la administración de Joe Biden invertirá hasta US$430.000 millones como estímulos para la producción de energías verdes. “No veo eso posible en Argentina, por lo cual es posible que se atrase la transición y estemos con mayor explotación de Vaca Muerta”, dijo.
Déficit energético en Argentina
En 2022 la balanza comercial energética dejó un pasivo de US$5.000 millones, impulsada por los altos precios para la importación de energía a partir de la invasión rusa en Ucrania. Este año la balanza sería otra vez negativa, pero ese resultado se revertiría en 2024. “La estimación es que este año será de US$2.500 millones negativo y en 2024 ya sería algo así como US$3.000 millones positivo gracias a las distintas ampliaciones de oleoductos y posibilidad de exportar petróleo, sumado al incremental del gasoducto Néstor Kirchner”.