Caracas — El glamping, un nuevo concepto turístico que empezó a escucharse a mediados de 2021, se trata de acampadas de lujo que buscan una mayor conexión con la naturaleza. Su popularidad en la Antártida, Cataluña, California o incluso Perú era de esperarse, mientras que en Venezuela, la instalación de un proyecto similar desde mediados del año pasado, resulta aún sorpresivo.
En Capacho, parte de los Andes venezolanos, se construyen seis espaciosos domos de más de 50 metros cuadrados, que contarán con todos los accesorios disponibles en una habitación de un hotel cinco estrellas, desde jacuzzi hasta un televisor de 50 pulgadas y calefacción, desde dónde se podrá visualizar la ciudad de San Cristóbal desde el Páramo de la Laja.
Sus creadores, entre ellos Gustavo Anzola, director del proyecto, son los mismos detrás del club de montaña Aguamiel, un lugar de trayectoria en la entidad- Desde hace casi dos años, pusieron la mira en unas reseñas enviadas por el chef del club sobre los glamping, viendo una oportunidad de expandir el negocio en el país, que al igual que otros se vieron afectados durante la pandemia por covid-19, entre otras dificultades en la zona como escasez de gasolina y fallas en el servicio eléctrico.
“Venezuela es el país más bello del mundo, y si vamos a apostar por algo, apostamos por Venezuela. Es el momento. Y si hay dificultades de agua, tenemos pozos, un pozo propio en la propiedad, en el que invertimos en sanitizar y potabilizar todo el agua; si tenemos dificultades eléctricas, ya tenemos la planta eléctrica grandísima, para la que pedimos un crédito y fiabilidad a la empresa que nos la vendió. Es complejo el tema pero sabemos que será un éxito, sumándole además la apertura de las fronteras”, comentó Anzola en entrevista radial.
El glamping Aguamiel, que será el primero de cinco estrellas en el país, ubicado a unos 1.800 metros de altura, aún no cuenta con fecha de inauguración, pese al elevado número del personal que trabaja en ello desde hace ocho meses y supera los 60 trabajadores. Aún así, mantienen en expectativa al público a través de las redes sociales, el que se muestra ansioso de volver a Táchira y acudir al privilegiado club.
El proyecto además busca dar otra perspectiva al negocio familiar que dirige Ramón Urbina, fundador del club de montaña y quien todavía permanece en actividad. “En Hotel y Club de Montaña Aguamiel, la dinámica va a ser distinta, no va a ser lo que era el Aguamiel del 2014. En nuestras redes estamos dando los tips de cómo va a ser el proceso de reservas para el Hotel Las Cabañas y los glampings y cómo va a ser el proceso para optar a una membresía en el club Aguamiel, porque ahora vamos a hacer un club con membresías anuales, como algo bien novedoso”, agregó Anzola.
Estas membresías, que a diferencia de otras aplicadas en Venezuela con una duración de 35 años, también calificadas de acciones, estarán abiertas a un proceso de solicitudes. “Creemos que la atención la calidad y el buen servicio tiene que ser algo bastante exclusivo, para poder dar un turismo de muy buen nivel”.
A ello ha estado acostumbrado el turismo de lujo en la denominada ‘Venezuela Premium’, que se ha ido abriendo espacios en medio de fuertes críticas en todo el país, tomándose en consideración la desigualdad notoriamente marcada en la población y como algunas iniciativas impactan solo en pequeños grupos tras el repunte económico experimentado el año pasado.