Santiago — Cuando el derrumbe del Silicon Valley Bank (SIVB) era incontenible y ya la noticia había recorrido el mundo, el chileno Alberto Rodríguez intentó infructuosamente sacar su dinero de la entidad. No era todo, sólo cerca de un 10% de sus fondos, que aún están atrapados en un banco que se transformó en el epicentro de un terremoto que ahora sacude a los mercados.
Rodríguez es fundador y gerente general de la startup Levita Magnetics, creada en Chile y con operaciones en Estados Unidos y aunque dice que “afortunadamente” una minoría de su dinero está represado en la cuenta del SVB, la situación de incertidumbre lo obligó a extremar medidas como pagos por adelantados a trabajadores y proveedores frente al temor de que la crisis se contagiara al sistema financiero.
Silicon Valley Bank se había convertido en el banco favorito del ecosistema emprendedor, especialmente de las latinoamericanas porque les ofrecía la posibilidad de depositar millonarias sumas usualmente recaudadas en rondas de financiamientos. Ahora es la entidad bancaria más importante en derrumbarse en los Estados Unidos desde la crisis de las hipotecas subprime, en 2008.
El pánico entre los inversionistas se desató a partir del viernes y siguió el fin de semana cuando se conoció del cierre de Signature Bank de Nueva York. Garry Tan, presidente de la aceleradora de startups Y Combinator, pidió a los organismo reguladores intervenir para ayudar a los depositantes, y “no un rescate de un banco”, porque un 30% de estas empresas no podrían hacer frente a las nóminas en los próximos 30 días. “Años de innovación estadounidense en juego”, escribió en Twitter.
Pero el domingo Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE.UU., anunció que ayudarían a los depositantes, aunque no rescatarán a los bancos. No obstante, los mercados siguieron mostrando preocupación, ayer el S&P 500 cerró con una caída del 0,15%, mientras que el Dow Jones Industrial bajó un 0,28%.
“Esto ha provocado que modifiquemos lo que hacíamos, lo cual es aberrante”, comenta Rodríguez en una conversación telefónica. Este lunes, el emprendedor chileno intentó una vez más transferir su dinero desde el banco en colapso a otra institución, pero nuevamente se encontró con un muro: la página web se caía constantemente, lo que imposibilitó la operación.
Pese a todo, Rodríguez, quien reside en California, se muestra calmado porque el porcentaje contenido en el SVB es minoritario frente a su capital, aunque años atrás tenía puesto todo allí: “Nosotros, gracias a Dios, no teníamos muchos fondos ahí, ya que no nos funcionó bien durante la pandemia (2019) y optamos por otro banco para tener nuestros principales fondos… Nos tocó suave comparado con otros”.
El CEO de Levita Magnetics asegura que, además, movió parte de sus fondos a Chile desde EE.UU. tras el nerviosismo generado por la quiebra de SVB. “Eso hasta hace unos días era impensable, pero ahora pensamos que es una buena forma de proteger el dinero y creo que debe haber sucedido lo mismo con otras empresas”, dijo.
Con una menor suerte corrió el chileno Mario Bustamante, fundador y CEO de la agtech Instacrops, quien llegó el lunes a San Francisco, en California, Estados Unidos, en un intento de recuperar su dinero atrapado en SVB. Aunque todavía no tiene disponible sus fondos, confía en que se solucione con prontitud porque fue habilitada una cuenta desde la FDIC, que tomó el control judicial del banco, para disponer nuevamente de una plataforma que permita los retiros, indicó a Bloomberg Línea.
¿Un opción para las startups latinas?
Carlos Aravena, CEO y cofundador de la plataforma de enseñanza chilena Políglota, dice que el SVB fue para “muchos emprendedores latinoamericanos” la “principal puerta de entrada de mercado” estadounidense debido a que solicitaban menos requisitos para operaciones dentro de ese país.
Políglota tiene cuenta en SVB, pero consiguió sacar a tiempo todos sus fondos debido a que un inversionista le informó sobre la situación de la organización y ahora mantienen su cuenta en “stand by” hasta obtener más información. En Houm y Xepelin también consiguieron sacar su dinero antes del desplome.