Bloomberg Línea — Famoso por ser utilizado por fondos de venture capital y empresas tecnológicas, el SVB (Silicon Valley Bank) era el banco en el que muchas de las startups brasileñas con inversores globales mantenían sus recursos recibidos.
El banco, que colapsó la semana pasada en Estados Unidos, fue fundado hace 40 años para atender a las empresas de Silicon Valley. Un gran número de empresas de tecnología han pasado de alguna manera por SVB.
Pero la confianza se quebró el miércoles pasado después de que el banco anunciara que necesitaba recaudar US$2.250 millones para reconstruir su base de capital.
SVB tuvo pérdidas en bonos a largo plazo, adquiridos durante el periodo de rápido crecimiento de los depósitos durante al era de las inversiones récord en venture capital, sobre todo en 2020 y 2021.
A medida que la Reserva Federal subía las tasas de interés, el banco tenía pérdidas no realizadas de más de US$15.000 millones a finales de 2022 por bonos mantenidos hasta su vencimiento, casi equivalentes a la totalidad de la base de capital del banco, de US$16.200 millones.
Para reponer su capital, SVB decidió anunciar una venta de acciones, lo que desencadenó un pánico bancario en su base de clientes hasta entonces leal, pero poco diversificada. Las solicitudes de saques, que alcanzaron los US$42.000 millones sólo el jueves, sellaron su destino.
“En un momento dado, el banco se dio cuenta de que podía quedarse sin dinero para cumplir sus compromisos y cuando hizo el anuncio de que iba a recaudar dinero, todo el mundo salió corriendo. Hubo un murmullo de clientes que decían que el banco ‘iba a quebrar’ y cuando todo el mundo intentó sacar los fondos al mismo tiempo, realmente quebró”, dijo Roberto Kanter, economista y profesor de MBA en la Fundação Getulio Vargas.
Fue uno de los mayores pánicos bancarios en Estados Unidos en más de una década, según un documento regulatorio publicado el viernes, recogido por Bloomberg News.
Por qué las startups y fondos de venture capital elegían SVB
SVB fue una institución fundamental para el ecosistema de venture capital durante décadas. El banco de Silicon Valley fue el elegido por los inversores de capital de riesgo para las transacciones de inversiones de las empresas debido a su estructura operativa adecuada para los fondos.
Las startups de América Latina suelen necesitar una estructura jurídica que incluye una sociedad en las Islas Caimán y otra en Delaware, en los Estados Unidos, para recibir inversiones de fondos extranjeros.
Abrir una cuenta en un banco estadounidense no es algo sencillo, pues las startups extranjeras suelen ser de fundadores sin números de Seguridad Social de los EE.UU. concedidos los ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes y residentes temporales.
El reto para las startups brasileñas es la holding constituida en las Islas Caimán, pues muchos bancos estadounidenses deciden no trabajar con este tipo de estructura.
El sector estima que el 90% de las startups brasileñas que tienen empresas offshore tenían dinero en SVB, ya que era el banco que los propios fondos de venture capital indicaban al realizar las inversiones.
Fondos de venture capital de diferentes países – como el Founders Fund de Peter Thiel y los brasileños Canary y Upload – aconsejaron a los fundadores de startups de sus respectivos portfolios que sacaran el dinero, según dijeron fuentes a Bloomberg News y Bloomberg Línea. Canary y Upload no comentaron.
En el inicio de la tarde del viernes (10), hora de Nueva York, el Departamento de Protección e Innovación Financiera de California cerró SVB y nombró como liquidador al Federal Deposit Insurance Corp (FDIC), tras 44 horas frenéticas en las que la clientela de startups y fondos retiró sus depósitos mientras pudo.
“Al ver que no iba a quedar nada, FDIC tuvo que intervenir”, explicó Kanter.
A la noche del domingo (12), el Tesoro de los EE.UU., la Reserva Federal y FDIC anunciaron que cubrirían todos los depósitos de clientes en SVB, no sólo el límite asegurado de US$250.000, evitando así un contagio al sistema financiero estadounidense.
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