Buenos Aires — La guerra contra la inflación en Argentina cumple su primer año y los resultados son elocuentes. Desde que el Gobierno anunció, el pasado 15 de marzo, que le declaraba la guerra a la suba de precios, los mismos no han hecho más que acelerarse. Pasaron de viajar a un ritmo interanual del 52% a niveles del 100%, y en los 11 meses posteriores al anuncio el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó solo una vez por debajo del 5% mensual.
Desde aquella curiosa advertencia por parte de Alberto Fernández -al momento de expresarla llevaba ya más de dos años en el sillón de Rivadavia y la inflación corría a un ritmo superior al 50% interanual- los precios se espiralizaron. El IPC pasó de un promedio de 3,6% mensual en los 12 meses anteriores a una media de 6% en los 11 meses siguientes.
Precios se espiralización tras el anuncio
Aquella promesa de que Argentina comenzaría la guerra contra la inflación fue expresada el mismo día en el que el Indec informaba que la suba de precios de febrero de 2022 había alcanzado el 4,7%. Se trataba, por entonces, del segundo mayor registro de la presidencia de Alberto Fernández, detrás del 4,8% de marzo de 2021.
Pero ese 4,7% mensual de febrero de 2022 lejos estuvo de marcar un techo para los precios. Desde entonces, de hecho, no hubo un solo mes en el que la inflación quedara por debajo de ese registro: fue de 6,7% en marzo; 6% en abril; 5,1% en mayo; 5,3% en junio; 7,4% en julio; 7% en agosto; 6,2% en septiembre; 6,3% en octubre; 4,9% en noviembre; 5,1% en diciembre; y 6% en enero de 2023.
Para febrero -cuyo dato oficial será publicado por el Indec el martes próximo- los economistas privados coinciden en que difícilmente la inflación se ubique debajo del 6%.
La inflación acumulada en los 11 meses posteriores al anuncio -es decir, desde marzo de 2022 a enero de 2023- fue de 89,9%. En los 11 meses anteriores- desde abril de 2021 a febrero de 2022-, había sido casi de la mitad: 45,3%.
