Los bosques en Colombia guardan una potencial empresa del tamaño de Ecopetrol

Aunque el Gobierno tiene el propósito de descarbonizar la economía dejó por fuera del plan de desarrollo las plantaciones forestales comerciales. Fedemadera alertó los riesgos

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Bogotá — Colombia quiere reverdecer su economía. Descarbonizarla. En sus bosques guarda una potencial empresa que podría vender tanto como Ecopetrol, pero hoy el negocio parece no cuadrar en las cuentas del Gobierno de Gustavo Petro.

Juan Miguel Vásquez, director ejecutivo de Fedemadera alertó que dejar por fuera de la política ambiental a las plantaciones forestales puede ser un error, que sumado al que él considera se cometió en la reforma tributaria de 2022, podría “matar al sector”.

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Y es que recuerda Vásquez que la tributaria del año pasado eliminó los dos beneficios fiscales con los que contaban las empresas del sector por lo cual desde el 2037 tendrán que tributar renta al 35% como cualquier otra compañía en Colombia.

“El 47% de la madera en Colombia es ilegal. Nosotros consumimos 6 millones de metros cúbicos anuales, nosotros producimos 3 los otros 3 se importan, es decir, la balanza comercial es deficitaria a más no poder. Y de esos 3 millones hay un alto grado de ilegalidad”, dice Vásquez.

Explica el ejecutivo que la bioeconomía, en donde hay productos como fibras para la producción de cartón y papel, fármacos, textiles y mobiliarios entre otros, mueve en Colombia unos $10,6 billones, es decir, menos del 1% del PIB lo que deja al país como el cuarto más débil de la región.

En ese sentido Vásquez explica que “hay 4.000 mil millones de hectáreas de bosques en el mundo, de eso 1.150 se dedican a producción, de eso la mayoría son bosques naturales porque en países como Suecia, Canadá o Estados Unidos eso es lo que hay y allá lo han sabido aprovechar. Hay 54 millones, que es como el 1,3% del total de bosques que sirve para abastecer el 21% de toda la madera en el mundo y nosotros solo aportamos el 0,12%, pero siendo nosotros el país más biodiverso del mundo”.

Es por eso que considera que el potencial de Colombia para crecer en esa materia es inmenso, sin embargo, requiere de políticas públicas, de financiación y de seguridad jurídica, tres elementos que hoy no están claros en Colombia lo que estaría truncando el sector.

“En Colombia tenemos 60 millones de hectáreas de bosques y de eso tenemos 538 mil hectáreas de bosques plantados y con aprovechamiento sostenible del bosque natural no llegamos ni a 300 mil hectáreas”, expone sobre la problemática.

Además, sostiene que debe ser una labor de pedagogía en varios sectores, porque incluso el sistema financiero debe comprender que no es igual financiar un cafetal que un árbol para la producción de muebles.

“La concepción que hay que tener, desde el sector financiero hasta el Gobierno para que apoyen este sector es muy diferente a otros sectores. Aquí un árbol para producir muebles se demora 10 años en crecer, mientras que uno para café toma 6 meses. Hay países como Uruguay, Argentina, Brasil o el estado de Georgia en Estados Unidos que es 20 veces más grande que nosotros en plantaciones y vende más que Ecopetrol que han tenido una política de Estado para el sector y ahí está la diferencia”, sostiene Vásquez.

Ante ese panorama asegura que “la UPRA dice que tiene 15 millones de hectáreas para uso forestal, pero de esas al hacer un zoom a 7,5 millones de hectáreas que son las que no tienen problemas de títulos ni de ninguna índole son las que se deben aprovechar”.

Pero además de las dificultades de financiación Vásquez alerta los problemas de seguridad en dos frentes: el jurídico y el físico. “Son muchos los problemas de seguridad. La seguridad jurídica es importante. Usted puede tener una hectárea sembrada hace 7 años y de pronto llega un plan de ordenamiento forestal del alcalde de turno y dice con base a una información satelital que es a escala 1 a 100.000 que la zona en la que usted invirtió hace 7 años se va a declarar reserva forestal y que no se puede tocar. Eso es gravísimo porque la seguridad financiera del inversionista se ve afectada”, dice el dirigente gremial.

Pero también denuncia dificultades de seguridad con respecto a invasiones y a personas interesadas en deforestar los cuales han tenido efectos mediáticos. “Está la seguridad física que en años anteriores estaba vinculada a la guerrilla y lo que todos sabemos. Hoy está más enfocado a invasiones que han ocasionado, al igual que a los ganaderos, grandes problemas. No son invasiones muy grandes en volumen, pero sí hacen mucho ruido. Las empresas forestales están certificadas para garantizar el uso sostenible de los bosques, que se hagan programas sociales y que haya defensa del medio ambiente. Las empresas trabajan con las comunidades, la relación entre en reforestador o el transformador de madera y la comunidad es perfecta salvo casos aislados en donde las mafias que apoyan la deforestación cogen de vitrina a ciertos núcleos campesinos o indígenas para generar malestar y eso es lo que termina llegando a las noticias”, sostiene.

Sostiene que el sector forestal podría atraer muchos recursos del exterior a Colombia si se diseña la política pública adecuada. “Lo que más atrae inversionistas es el potencial de 7,5 millones de hectáreas porque todas las empresas en el mundo están pensando en alcanzar su neutralidad de carbono porque les resulta más amigable con el mundo y lucrativo entrar al mercado voluntario de carbono y hacer esa tarea”.

Sore cómo ha sido la relación con el Gobierno y su disposición a corregir errores planteados en el PND Vásquez no pierde la fe. “Tenemos la esperanza. Antes de posesionarse las minsitras Muhamad y López tuvimos una muy buena recepción. Este sector es un triángulo: Bosque natural, plantaciones forestales y comercio, si solo se trabaja uno de los vértices el sector va a seguir cojo, ellas en principio lo entendieron así, pero con el tiempo se ha desdibujado la figura y la reforma tributaria no favoreció al sector y el Plan de Desarrollo le da mucha importancia al bosque natural pero que pareciera que las plantaciones forestales desaparecieron”.

Además, asegura que el ministro José Antonio Ocampo no escuchó sus advertencias sobre lo nocivo que sería para el sector eliminar los beneficios que traían de reformas anteriores.

“El ministro de Hacienda no nos quiso oír. Si usted es un inversionista extranjero que tiene US$50 millones para inyectarle al sector, pero ve las condiciones tributarias y la tasa de retorno pues prefiere no hacerlo, es una reforma que podría matar al sector”.

Insiste en el éxito del estado de Georgia, “en plantaciones Georgia es 20 veces más grande que Colombia. Son 7,5 millones de hectáreas plantadas y 4 millones de bosques naturales, es decir, no hay necesidad de meterse en el Amazonas, y no es que los bosques naturales no se puedan tocar, solo es que hay que saber cómo hacerlo. Si se hiciera la tarea de plantar el potencial seríamos más grandes que Georgia ¿Y no es eso lo que el presidente Petro quiere hacer? ¿Reverdecer la economía?”

Finalmente, sostiene que hay otros puntos de vista y planteamientos como el de tener una empresa estatal en el sector, pero advierte que ello también trae problemas y que es algo que se debe evaluar con calma.

“El plan de desarrollo planea crear una agencia, pero como la enfocan es solo para el bosque natural, y eso ya es un error, debe ser el triángulo que incluya las plantaciones y lo comercial, y, además, la agencia lo que haría es emitir la política, pero aparte de la agencia hay quienes plantean que haya una empresa estatal de la madera, así como Ecopetrol, hay una ANH, pero está Ecopetrol que es la que se dedica a hacer el negocio, no hay que cerrarse a la idea, pero tampoco se trata de estatizar todo”, concluyó.