Silvergate Capital Corp, grupo especializado en servicios para clientes de criptomonedas como FTX, planea cerrar sus operaciones y liquidar su banco después de que el colapso del sector de las criptomonedas socavara la solidez financiera de la empresa.
Las acciones de Silvergate se desplomaron un 40% después de que el grupo hiciera público el comunicado al mercado y cotizaban a US$ 2,30 en el after-market de Nueva York. El precio de la acción llegó a superar los US$ 220 en noviembre de 2021, según datos de Bloomberg, lo que se traduce en un descenso del 99% desde entonces.
”A la luz de los recientes desarrollos regulatorios y de la industria, Silvergate cree que un cierre ordenado de las operaciones bancarias y una liquidación voluntaria del banco es el mejor curso de acción”, dijo la compañía en un comunicado. “El plan de cierre y liquidación del banco incluye la devolución íntegra de todos los depósitos.”
Silvergate se derrumbó en medio del escrutinio de los reguladores y una investigación criminal de la unidad de fraude del Departamento de Justicia sobre los tratos con los gigantes de criptomonedas arruinados FTX y Alameda Research. Aunque no se ha confirmado irregularidades, los problemas de Silvergate se agravaron cuando el banco vendió activos con pérdidas y cerró su principal red de pagos, considerada “el corazón” de su grupo de servicios a criptoclientes.
”Hoy estamos viendo lo que puede ocurrir cuando un banco confía demasiado en un sector volátil y arriesgado como el de las criptodivisas”, dijo en un comunicado el senador Sherrod Brown, presidente de la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado. “Cuando los bancos se involucran con las criptodivisas, se extiende el riesgo por todo el sistema financiero y serán los contribuyentes y los consumidores quienes paguen el precio”.
La empresa dijo a los inversores el 1 de marzo que estaba evaluando si podría permanecer en el mercado. La última quiebra bancaria en EE.UU. se produjo en 2020, según el sitio web de la FDIC, que enumeró cuatro durante el primer año de la pandemia. Pero como el plan de liquidación de Silvergate es voluntario, el regulador no lo cuenta en su recuento oficial.
El colapso de la empresa podría “presionar aún más a los bancos para que demuestren que sus transacciones de criptodivisas son seguras y sólidas”, dijo Hilary Allen, profesora de Derecho de la American University que testificó ante el Congreso sobre FTX anteriormente.
La senadora Elizabeth Warren, una crítica de Wall Street que ha advertido sobre los peligros que las criptodivisas suponen para el sistema financiero, dijo que las actividades de Silvergate eran “arriesgadas, si no ilegales” y que la empresa falló en su diligencia debida.
”Como banco de elección para las criptodivisas, la quiebra de Silvergate Bank es decepcionante pero predecible”, dijo en un tuit. “Ahora, los clientes deben curarse y los reguladores deben tomar una posición contra el riesgo cripto”.
-- Como banco preferido para las criptomonedas, la quiebra de Silvergate Bank es decepcionante pero predecible. Advertí sobre la actividad arriesgada, si no ilegal, de Silvergate -- e identifiqué graves fallos de diligencia debida. Ahora, los clientes deben ser curados y los reguladores deben tomar una posición contra el riesgo cripto. Elizabeth Warren (@SenWarren)
Las ramificaciones de la desaparición de Silvergate siguen extendiéndose por el sector de las criptomonedas. Marathon Digital Holdings Inc. ha rescindido su préstamo con el banco, reduciendo la deuda del minero de activos digitales en 50 millones de dólares. El consejero delegado de Binance Holdings Ltd., Changpeng Zhao, dijo en un tuit que su plataforma, la mayor del mundo, no perdió activos con Silvergate.
Silvergate abrió sus puertas en 1988 para conceder préstamos a clientes industriales, y los registros muestran que comercializaba servicios convencionales como préstamos inmobiliarios comerciales y residenciales. En 2013, la empresa con sede en La Jolla, California, comenzó a buscar clientes de criptodivisas.
La idea era acumular depósitos sin intereses asociados a servicios para esos clientes y luego invertir el dinero en lo que describía como una cartera conservadora de inversiones en efectivo con intereses en otros bancos, bonos a corto plazo y préstamos “que generan atractivos rendimientos ajustados al riesgo”.
Los servicios centrados en criptomonedas permitían a los clientes enrutar su dinero a través de la plataforma patentada de la empresa y enviárselo unos a otros para pagar activos digitales. La red solo movía dólares estadounidenses y euros; el comercio real de monedas virtuales no ocurría en el sistema de Silvergate.
Con su negocio de cripto creciendo, Silvergate salió a bolsa en 2019, diciendo a los inversores en su prospecto que esperaran un cambio aún mayor hacia el cripto. Luego, la red de intercambio Silvergate de la compañía ayudó a atraer US$ 11,9 mil millones en activos digitales mantenidos como depósitos el 30 de septiembre.
Tres meses más tarde, después de que FTX se declarara en quiebra en medio de acusaciones de fraude, la fuga masiva de depósitos de criptodivisas dejó a Silvergate con sólo US$ 3.800 millones, según un comunicado del 5 de enero. La repentina caída de FTX, uno de sus mayores clientes, obligó a Silvergate a vender bonos antes de su vencimiento, con fuertes pérdidas que erosionaron su capital y liquidez.
La crisis del banco se intensificó el 2 de marzo, cuando los inversores y socios comerciales se asustaron por las nuevas revelaciones sobre las dificultades del banco y se dirigieron a la salida. Coinbase Global Inc, Galaxy Digital Holdings Ltd, Paxos Trust Co y otras criptoempresas han decidido dejar de aceptar o iniciar pagos a través de Silvergate.
En su declaración del miércoles, Silvergate dijo que está “considerando la mejor manera de resolver las reclamaciones y preservar el valor residual de sus activos, incluida su tecnología patentada y sus activos fiscales.
”Aaron Klein, profesor de la Brookings Institution que estudia la tecnología y la regulación financiera, afirma que el resultado no es tan sorprendente. “No hay nada nuevo aquí”, dijo. “Pedir prestado a corto plazo y prestar a largo plazo ha sido objeto de quiebra bancaria durante siglos”.
--Con la asistencia de Amélia Pollard, Allyson Versprille y Bem Bain
