Bonos venezolanos han despertado interés en operador europeo de deudas en dificultades

Los tenedores de bonos han estado en la oscuridad desde que se detuvieron los pagos de unos $ 60 mil millones de deuda emitida por el gobierno y el productor estatal de petróleo PDVSA a fines de 2017

Por Nicolle Yapur
09 de marzo, 2023 | 10:59 AM

Bloomberg — Un operador europeo de deuda en dificultades está recaudando dinero para comprar bonos venezolanos en mora que cotizan por debajo de 10 centavos de dólar. Claudio Zampa, fundador y gestor con sede en Suiza de Mangart Capital Management Ltd., dijo que su Fondo de Recuperación Phoenix ha visto más interés y promesas de inversión desde que los políticos venezolanos llegaron a un acuerdo el mes pasado.

En medio de señales de alivio de las tensiones entre el presidente Nicolás Maduro, la oposición política y Estados Unidos, con la mira puesta en la reanudación de las conversaciones destinadas a establecer las condiciones para las elecciones presidenciales de 2024, Zampa destaca el inicio de un proceso de normalización, que ya se observa en la autorización a Chevron Corp.

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“Estamos en el inicio de un proceso de normalización que eventualmente conducirá a una reestructuración de la deuda”, dijo Zampa, cuyo fondo Phoenix es independiente de Mangart, en una entrevista. “Los valores de recuperación son muy superiores a los precios actuales”.

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Zampa, que ha participado en reestructuraciones en Argentina y Mozambique, dice que los bonos de Venezuela podrían llegar a valer 50 céntimos. Está haciendo una apuesta a largo plazo por el país, apostando a que tendrá que reestructurar uno de los mayores montones de deuda impagada del mundo en condiciones favorables.

Los tenedores de bonos han estado en la oscuridad desde que se detuvieron los pagos de unos $ 60 mil millones de deuda emitida por el gobierno y el productor estatal de petróleo PDVSA a fines de 2017. Las sanciones estadounidenses impuestas en 2019 con el objetivo de obstaculizar las fuentes de financiación de Maduro, también impusieron restricciones a los inversores con sede en Estados Unidos que intentaban negociar la deuda. Aunque Maduro ha expresado en repetidas ocasiones su disposición a dialogar con los acreedores, hay pocas señales de que una resolución esté a la vuelta de la esquina.

Desde el lanzamiento del fondo en marzo, Zampa ha recibido unos 10 millones de dólares, suficientes para acumular bonos con un valor nominal de unos 200 millones de dólares. Está intentando recaudar otros 40 millones.

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Otros fondos han tomado posiciones similares, con la esperanza de obtener grandes beneficios. Pocos días antes del acuerdo de noviembre entre Maduro y la oposición, los bonos emitidos por Petróleos de Venezuela SA, conocida como PDVSA, se negociaban a tan sólo 2 centavos de dólar. Ahora están a 5 centavos.

Los bonos del Gobierno también saltaron un céntimo y se mantienen por encima de los 9 céntimos. La incertidumbre sobre cuándo y cómo EEUU concederá un nuevo alivio de las sanciones impide que los precios suban más, ya que una reestructuración formal es casi imposible en las condiciones actuales.

La deuda impagada de Venezuela ha acumulado casi 30.000 millones de dólares en intereses, según cálculos de EMFI Group Ltd.

El acuerdo que otorgó a Chevron una licencia de seis meses para producir petróleo en Venezuela y reanudar las exportaciones es un avance positivo para los tenedores de bonos, ya que implica un acuerdo entre una empresa estadounidense y el gobierno venezolano que cuenta con la bendición de la administración Biden, dijo Zampa. El acuerdo también permite a Chevron cobrar el dinero que le debe PDVSA.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante una rueda de prensa en la que se concedió la licencia a Chevron, en Caracas, Venezuela, el 30 de noviembre.

El desarrollo representa un paso adelante para los acreedores, pero los tenedores de bonos estadounidenses aún no pueden entablar conversaciones sobre la deuda con el gobierno de Maduro o hacer valer sus reclamaciones en los tribunales estadounidenses. “En la actualidad, los inversores no reciben el mismo trato”, afirmó.

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A diferencia de algunos de sus pares, Phoenix, con sede en las Islas Caimán, no es un fondo de litigio, dice Zampa. Opera por separado de Mangart. El fondo no cobra comisiones de gestión, sino que opta por quedarse con una parte de las ganancias en caso de reembolso.

Zampa subraya que los inversores podrían estar aún muy lejos de ver un pago significativo. El próximo hito puede llegar con las elecciones, pero podrían pasar tres años más antes de que se inicien las conversaciones sobre la deuda, afirma Zampa. Cree que la espera merecerá la pena.

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“Los bonos venezolanos son como una opción que nunca expira”, afirma.

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