Bogotá — Aunque se espera que la desaceleración económica global no sea tan fuerte en 2023, en parte por la reapertura de China que dejó de lado medidas estrictas de su política Covid cero, la reactivación de este gigante económico podría ser un arma de doble filo para América Latina.
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Según un análisis de Moody’s, calificadora de riesgos, aunque América Latina se verá favorecida este año por el repunte de China y unos precios razonablemente altos de las materias primas, ello no salvará la situación, pues “una década de inversión insuficiente limita las exportaciones de la región”.
Cabe recordar que con la reapertura de China, América Latina tiene potencial exportador por ser productores de alimentos y otras materias primas como petróleo y minerales clave para la industria tecnológica como el cobre.
De acuerdo con el análisis de la calificadora de riesgos, la subida de los precios de las materias primas inmediatamente después de la invasión rusa de Ucrania ayudó a las principales economías latinoamericanas la pasada primavera y verano, pero los cuellos de botella en la cadena de suministro y las malas cosechas impidieron a los exportadores de materias primas energéticas, mineras y agrícolas producir y exportar más.
Así las cosas, Moddy’s dijo que “el aumento de los precios de los alimentos y la energía perjudicó más de lo que ayudó, impulsando la inflación interna y provocando un endurecimiento aún más agresivo de las tasas de interés de interés”.
En línea con lo anterior, comentó que con los tipos de interés reales a corto plazo en su nivel más alto en más de una década, “es comprensible que el gasto de los consumidores se haya paralizado, con correcciones en Chile y Colombia y descensos más modestos pero notables en México, Brasil, Perú y Argentina”.
En el caso colombiano, no hay que olvidar que la inflación sigue sin ceder y es probablemente la única economía de Latinoamérica en la que está aún no alcanzó un techo, tal y como lo muestra el indicador de febrero cuando los precios subieron al 13,28% anual, un repunte de 5,27 puntos porcentuales frente al resultado del mismo mes de 2022 (8,01%).
Aunque en otros países de Latinoamérica los precios han comenzado a mermarse, en Colombia la inflación sigue en niveles no vistos desde 1999 y han tenido un importante impulso por los alimentos en medio de los fuertes estragos del fenómeno de La Niña.
De otro lado, el análisis de Moddy’s dice que América Latina es el rincón del mundo emergente donde las perspectivas de crecimiento son más débiles, y “gran parte del dolor es autoinfligido”.
“Las fisuras políticas y la formulación de políticas poco ortodoxas hacen que las empresas sean las más pesimistas desde el final del auge de las materias primas. En el caso de Chile, Colombia y Perú, donde existen serias dudas sobre el futuro de sus modelos de crecimiento basados en el mercado, el nerviosismo es aún mayor”, agregó la calificadora.
Para complementar lo anterior, por ejemplo, en Colombia la incertidumbre sociopolítica de Colombia, por las reformas que hay en curso, ha vuelto a pesar en el ánimo inversionista, tanto así que desplazó del primer lugar a la preocupación por la magnitud de la desaceleración económica del país, según datos de Fedesarrollo.
Lo anterior, según expertos del equipo económico del Banco de Bogotá, “es muestra de la incertidumbre que se percibe en el mercado frente a la extensa agenda de reformas que contempla el Gobierno para este año, de la cual solo se conoce de momento la reforma a la salud”.