Ciudad de México — Han pasado poco más de cinco décadas desde que la primera mujer operadora ingresó al centro accionario más importante a nivel mundial y, con ello, romper más de 170 años de un club que parecía ser exclusivo de hombres.
Muriel Siebert fue la primera en pisar el piso de operaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE), pero su ingreso no fue por ser seleccionada sino de haber comprado su plaza laboral para ocupar el puesto de operadora de acciones.
El mercado ha cambiado y continúa mostrando cómo la estructura se transforma y comienza abrir espacios que dejaron de ser exclusivos.
Bloomberg Línea consultó a tres mujeres de distintas posiciones dentro del mercado financiero. Ellas no solo pelearon en el sector por ser reconocidas por su inteligencia, habilidad y capacidad, también hablaron de la lucha interna por autoreconocer el proceso que estaban viviendo.
Isabel Silva es subdirectora de Estrategia de Tesorería en Banco Base, una casa de bolsa en México. Su labor consiste en rentabilizar los excedentes dentro de un perfil de riesgo moderado; además, es presidenta del comité de activos y pasivos dentro de la correduría en la que labora; además de mejorar la salud financiera de la compañía. Esta área cuenta con la participación de 6 mujeres y de dos hombres.
Su llegada rompió con la plantilla de hombres. “Fue un shock para ellos, me decían que no sabían cómo hablarme porque el sector es rudo (...) ellos en su masculinidad sentían que pudieran ofenderme o agredirme”, mencionó.
En México, existen 60,1 millones de personas económicamente activas donde poco más del 40% son mujeres, de acuerdo con datos del Inegi. A nivel local, se cuentan con dos bolsas de valores una de ellas, la más reciente, liderada por María Ariza quien continúa trabajando por democratizar el mercado, aumentar el número de empresas en el mercado de capitales y aumentar el financiamiento a medianas empresas también.
Pero también existen 36 intermediarios bursátiles que brindan servicios como asesoría, operación y análisis.
Inicios turbulentos
Isabel llegó a desempeñar labores de asistente sin ser contratada para ese puesto. “Me tocaba ser la que hacía la minuta, la que organizaba la junta, el cumpleaños, todas las cosas, que se asume están en la mente de la mujer por ser más organizada o porque le gusta más”.
Karina Vásquez es operadora en una mesa de derivados de Banco Base, tasas de cambio y divisas. Cuenta con 15 años de experiencia. “Entré recién egresada de la universidad, me iba graduando. Entré en el backoffice”, contó.
Su inicio fue distinto, pero reconoce que en su principio laboral, donde no contaba con un jefe y solo se le entregó su lugar de trabajo, se encontró con micromachismos que ella hacía de manera inconsciente. “Decía: yo tengo que hacer la minuta, o la presentación, si alguien cumple años yo lo tengo que arreglar”.
En sus inicios se encontró con el club de Toby, haciendo referencias a las historietas de la Pequeña Lulu, en la convivencia. “Yo siempre fui muy curiosa (...) nunca visualicé que fuera un sector de puros hombres”, dijo.
Adriana Fonseca es colombiana, pero trabaja en un piso de trading en EE.UU. donde labora en el mercado de divisas desde hace seis años. Coincide en que es un sector rudo mayormente ocupado por hombres, cerca de un 85%, pero ella aprendió a no tomarse nada personal.
“No todo es azúcar, como en Latinoamérica donde son más sensibles. Eso me ayudó los primeros años a ser más dura. Cuando me decían ‘hizo esto mal’, yo pensaba ‘¿por qué me habla así?’. Eso me ha ayudado a no tomarme las cosas personal”, mencionó.
Apertura en la toma de decisiones
Isabel Silva contó que, hace cuatro años, el porcentaje de mujeres que tomaba decisiones era solo el 10%, pero con el paso del tiempo ascendió a 40%. “A lo largo de estos años, han habido algunas iniciativas que han propiciado el poder dar el lugar que nos merecemos”.
Isabel fue parte de un programa lanzado por la casa de bolsa donde labora. Bajo el nombre de Together que considera el desarrollo integral donde se considera el liderazgo, ser más consciente de los prejuicios y eliminar el ‘¿por qué no vas a poder?’.
Las tres especialistas coincidieron en que, pese a lo duro que pudo haber sido su paso, encontraron un punto de apoyo y aprendizaje; pero buscan disminuir esa brecha y mejoran el camino para las siguientes mujeres que están ingresando al mercado.
“Esa red de apoyo es básica para que más mujeres se animen en estar en puestos de toma de decisiones”, dijo Isabel.
Pérdida con aprendizaje
El dinero es uno de los actores principales en el desarrollo de las actividades. La acción de poder perder lo que se ganó con esfuerzo lleva a la culpa. Adriana cuenta que, aunque le tomó tiempo, le ayudó considerar el estilo de vida al que buscaba llegar. Además, considera que culturalmente, donde no se le enseña a las mujeres a tener dinero, toma tiempo.
Karina relató que la primera vez que perdió una considerable cantidad de dinero, estaba sola. “Estuve como tres horas hecha trizas. Mi jefe en ese entonces, me dio mucha seguridad y me dijo que había hecho lo correcto (...) me decía que no le diera explicaciones”.
Explica que fue un acompañamiento sano, pero no exento de comentarios ‘rudos’. Incluso recordó que en sus inicios, llegaba temblando a su casa ante los gritos de la mesa de cambios. Sin embargo, encontró fuerza en el acompañamiento en casa.
Brecha salarial
En México, una agente de bolsa, cambio y otros servicios financieros recibe por su labor entre MXN$9.327 y $19.606 mensuales, de acuerdo con el portal misalario.org. Pero también se estima que las mujeres reciben 27% menos sueldo comparado con un hombre, según un análisis realizado por PWC publicado en 2022.
Para las especialistas, la menor paga no es equivalente al conocimiento sino a la falta de confianza y pena por exigir la cantidad que represente el trabajo desempeñado. Karina como operadora reconoce que habían compañeros que ganaban 10 veces más que ella trabajando sola.
“Pudo haber sido antes, solo que no me sentía segura (...) tenía todo para hacerlo desde antes, a lo mejor me tardé, el paso fue tiempo”, dijo Karina. “Tenías que defenderte de hombres y mujeres que decían: tú eres asistente, no trader. Creo que en los 15 años, hay momentos en donde no me suelto de mi lugar, sin quitarle nada a nadie y respetando mi propio lugar”.
Las especialistas hacen un llamado a la confianza personal de las mujeres, de creer que se cuenta con la capacidad. Crear un plan o proyecto de crecimiento y también a decir en lo que no se está de acuerdo dentro de las empresas.
Esta historia se actualizó a las 18:36 horas con precisión en el nombre de Banco Base en el párrafo 5 y 10.