Steiner: su visión de la inflación, las tasas y de cómo afecta el ruido político

En entrevista con Bloomberg Línea el codirector del Banco de la República habló de lo que se necesita en la economía para poder controlar el alza de precios

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Bogotá — Controlar la inflación es el mandato principal del Banco de la República, por eso la actual coyuntura en donde mes tras mes la inflación alcanza un nuevo máximo hace que la visión de los integrantes de la Junta del Emisor sea clave para entender el escenario macroeconómico en Colombia.

En entrevista con Bloomberg Línea el codirector del Banco de la República Roberto Steiner dio su visión del comportamiento de los precios, del nivel al que llegará la tasa de interés y de cómo se ve el escenario fiscal de cara a los próximos años.

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Además, el codirector Steiner dio si visión de los ajustes que viene realizando el Gobierno sobre los precios de los combustibles y del ritmo al cual lo viene haciendo.

Bloomberg Línea (BL): La inflación sigue arrojando datos más altos de los esperados, ¿qué tanto dificulta eso que se llegue efectivamente al techo de los incrementos de tasas de interés y en qué punto se hace inviable seguir subiendo para evitar un estrangulamiento de la economía?

Roberto Steiner (R.S): La política monetaria opera con rezagos de manera que es factible que la tasa de interés de política monetaria alcance su techo antes de que empiece a bajar la inflación. La evolución de la actividad económica es, por supuesto, uno de los factores que se tiene en consideración a la hora de evaluar hasta dónde subir la tasa de interés.

(BL) Hoy las proyecciones del staff del BanRep hablan de un crecimiento de alrededor del 0,2%. Proyección que contempla un descenso en el gasto de los hogares. ¿Para el control de la inflación se ve necesaria una mini crisis en Colombia en donde el empleo sea uno de los indicadores afectados?

(R.S) De ninguna manera. La reducción de la inflación lo que sí requiere es una moderación en el crecimiento del consumo, rubro que fue muy dinámico hasta hace pocos meses. Es importante recordar que en virtud a las elevadas tasas de crecimiento tanto del consumo privado como del PIB observadas en 2021 y 2022, el nivel tanto del consumo como de la actividad económica es elevado. El equipo técnico del Banco proyecta bajas tasas de crecimiento para 2023, pero no prevé una reducción en su nivel. Algo similar se puede afirmar en el caso del mercado laboral, para el cual no se prevé un deterioro en 2023.

(BL) Las declaraciones y los borradores filtrados de las reformas laboral y a la salud han impactado la tasa de cambio y las tasas de interés a las que le prestan a Colombia sean mayores y eso va en contra de la inflación porque todo eso hace que los bienes transables o importados suban mucho más. ¿Qué tanto daño le hace al control de la inflación y a la política monetaria el ruido que generan las reformas del Gobierno?

(R.S) Obviamente la mayor aversión al riesgo y la depreciación del peso dificultan el logro de los objetivos del Banco de la República en términos de reducción de la inflación.

(BL) Este año hay un ajuste fiscal importante y la deuda como proporción del PIB se reduce a 58%, pero en los próximos años es muy leve y eso hace al país más vulnerable. ¿Cómo ve las proyecciones de ajuste fiscal después del 2023 y hasta 2026 y cree que es suficiente así se cumpla la Regla Fiscal?

(R.S) En efecto, es muy positivo que el plan financiero para 2023-2026 cumple con la Regla Fiscal, la cual busca llevar la deuda a niveles cercanos al 55% del PIB, el ancla de largo plazo. Sin embargo, no creo que haya un solo banquero central a quien, en un contexto en que la inflación y el déficit en cuenta corriente son elevados, no le gustaría ver un ajuste fiscal aun mayor, particularmente si este se fundamenta en mayor eficiencia en la gestión del gasto público.

(BL) ¿Qué efectos inflacionarios considera que podría traer una intervención de precios en los servicios públicos, principalmente, en las tarifas de energía como lo propuesto el presidente Petro o el alcalde de Medellín con EPM?

(R.S) Nunca le he visto mérito a reducir la inflación por la vía de congelar precios y tarifas. La experiencia reciente de haber congelado por un tiempo el precio de los combustibles es muy diciente al respecto. Se genera un problema fiscal que va más allá de un año y que genera una inflación reprimida que tarde o temprano sale a flote cuando se quiera solucionar el problema fiscal. Por otro lado, estas medidas de controles de precios suelen desincentivar la inversión y generar problemas de oferta (escasez) en el mediano plazo.

(BL) La tasa de usura en Colombia ya superó el 46% y la demanda por crédito se ha comenzado a desacelerar. ¿Qué preocupación hay con respecto al nivel de morosidad que se pueda ver en los próximos meses tanto en la cartera comercial como en la de consumo?

(R.S) La preocupación siempre existe y tanto la Superintendencia Financiera como el Banco de la República monitorean la calidad de la cartera de manera permanente. Las pruebas de estrés sugieren que las instituciones financieras no sólo gozan de buena salud sino que, además, están bien posicionadas para enfrentar situaciones más retadoras. La desaceleración de la cartera de consumo es, en ese contexto, una evolución deseable. De hecho, el incremento en la tasa de interés de política y su transmisión a otras tasas busca, entre otras cosas, de forma preventiva evitar un endeudamiento excesivo por parte de los hogares.

(BL) ¿Considera que han existido efectos positivos sobre los precios de algunos productos importados con la eliminación de aranceles que se produjo hacia finales del año anterior?

(R.S) Es posible que sobre algunos precios sí, aunque su impacto sería bajo por dos razones. Primero, la mayoría de los productos ya pagaban una tasa efectiva arancelaria baja, otros no se importaron y varios ya gozaban de preferencias arancelarias. Segundo, algunas de las medidas tenían efectos por un tiempo limitado. Aclaro eso sí que por razones que van más allá de su posible efecto sobre los precios, considero muy conveniente propender por aranceles más bajos.

(BL) El aumento salarial de 2023 estuvo nuevamente (como en 2022) por encima de la inflación, ¿considera que eso hará que la desaceleración del consumo de los hogares tarde más en verse reflejado en las tasas de inflación?

(R.S) Quizás, pero pienso que el impacto de la política salarial sobre la inflación tiene que ver más con temas de costos y de prácticas de indexación que con el posible efecto de soportar un mayor consumo de los hogares.

(BL) Los precios de la gasolina se vienen ajustando lentamente, pero aún no se toca el ACPM para evitar un estallido social, sin embargo, expertos consideran que en cierto punto será necesario que los ajustes también se hagan por esa vía. ¿Cree que se puede acelerar el nivel de ajuste de precios de los combustibles sin que ello impacte con mucha fuerza la inflación del grupo de transporte?

(R.S) El subsidio a los combustibles siempre me ha parecido una mala idea; es regresivo y está mal focalizado. Hemos gastado una billonada en un componente del gasto que no es compatible ni con una economía más limpia ni con un gasto público más redistributivo. Para tener un orden de magnitud sobre su desproporción, basta comparar los gastos del FPEC con otros gastos: 4 billones mayor que el gasto en aseguramiento en salud, casi 2 veces el recaudo esperado de la reciente reforma tributaria y más de 5 veces el gasto presupuestado para el sector de agricultura. En el frente de los combustibles, el anterior gobierno le dejó a este un enorme problema por resolver. Para mí la lección es clara: introducir un subsidio es sencillo y popular, removerlo es tremendamente complejo así hayan desaparecido las consideraciones que hicieron razonable su introducción.