Bloomberg Línea — Las protestas masivas en el Perú parecen haber dado una tregua, después de dos meses de bloqueos, enfrentamientos con la fuerza pública y pérdidas económicas. El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) señaló que el impacto de las protestas en enero fue de 4,0% del PBI.
El presidente del Banco Central, Julio Velarde, explicó que la economía peruana habría decrecido un 1,4% en el primer mes de 2023, frente al 3,0% que se esperaba, un resultado explicado principalmente por las protestas, que dejaron casi 60 fallecidos.
En esta misma línea, desde Scotiabank Perú se señaló que las protestas vistas en el país terminarán por impactar el PIB todo el primer trimestre del año, acentuando la desaceleración que se vio a finales de 2022.
Las cifras de crecimiento de la demanda en el país correspondientes al cuarto trimestre de 2022 y publicadas por el BCR estuvieron, en su mayoría, en línea con las expectativas. “El crecimiento trimestral disminuyó del 3,9% a principios de 2022 al 1,7% en el cuarto trimestre. Las protestas de diciembre tuvieron algo que ver con la desaceleración de fines de año, y es probable que vuelva a impactar en el primer trimestre (de 2023)”, dijo en un reporte económico Guillermo Arbe, gerente de Estudios Económicos de Scotiabank.
Junto a esto, se señaló que la demanda interna del país en el segundo semestre de 2022 se sostuvo y creció, pero basada en una inversión pública que aumentó un 19,7% interanual en el cuarto trimestre, después de crecer 11,6% en el trimestre anterior, lo que el experto califica como una razón que no es “la más sostenible”.
Los factores económicos “preocupantes” para el PBI peruano
En su reporte semanal, Arbe señala que son dos las tendencias que generan preocupación: el gasto privado y la inversión privada.
“El crecimiento del consumo se debilitó trimestre tras trimestre en 2022, y particularmente en el 4T22 cuando llegó a un relativamente bajo 2,3%. Es tentador culpar de la desaceleración a las protestas de diciembre, y de hecho es posible que hayan jugado algún rol”, precisa el gerente de Estudios Económicos, explicando que los recursos extraordinarios que dejaron de percibir los hogares son la principal explicación para este resultado.
Pero aún así, la inversión privada es para Arbe “aún más preocupante”. Esta inversión cayó durante todo el año anterior, desde un nivel bajo en la primera mitad hacia un terreno negativo, llegando a un -2,5% en el cuarto trimestre. En específico, la inversión minera cayó 12,3% en el cuarto trimestre y la no minera un 0,9%.
El crecimiento económico del primer trimestre de 2023 “reflejará el impacto de las protestas”, dice Arbe.
“Los primeros indicadores de enero apuntan en esta dirección. La minería cayó 3,6%, resaltando la menor producción de estaño (-62.5%). La mina de estaño San Rafael, operada por Minsur está ubicada en Puno. Asimismo, disminuyó la producción de cobre (-1,6%). Es probable que el impacto de las protestas en las minas ubicadas en el Corredor Minero del Sur, haya contrarrestado la producción de Quellaveco”, añade en el reporte.
A esto, suma que febrero se perfila mejor a nivel económico, pero que existe riesgo de un crecimiento del PBI bajo o incluso negativo.
