Los mercados más riesgosos del mundo, en crisis ante escasez de dólares

Hay gestores de fondos a adoptando enfoques más cautelosos, una ruptura con el amplio optimismo sobre los emergentes del año pasado

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Bloomberg — En Sri Lanka, los hospitales están retrasando cirugías; en Nigeria, las aerolíneas están suspendiendo vuelos internacionales; en Pakistán, hay automotrices que están cerrando fábricas.

En algunos de los países en desarrollo más vulnerables, la situación en el terreno se está deteriorando con rapidez. La escasez de dólares está restringiendo el acceso a insumos básicos que van desde materias primas hasta medicina. En paralelo, los gobiernos atraviesan dificultades para pagar sus deudas y buscan paquetes de rescate del FMI.

Ello contrasta con el consenso alcista sobre los mercados emergentes que invadió Wall Street hace solo algunos meses. Si bien pocos esperaban que los desafíos de algunos países se solucionaran este año, la situación ha empeorado junto con la mayor fortaleza del dólar.

Aunque es poco probable que los problemas en los países en desarrollo arrastren a la clase de activos en su conjunto, hay quien afirma que obligarán a los gestores de dinero a ser cada vez más tácticos en sus asignaciones de inversión en los próximos meses.

“Se está gestando una auténtica crisis en estos países con problemas y, para algunos, las cosas aún pueden empeorar”, afirma Hasnain Malik, estratega de mercados emergentes y fronterizos de Tellimer en Dubai. “Los inversores tendrán que estar aún más atentos a la hora de detectar la vulnerabilidad y diferenciar el riesgo país para evitar que les sorprenda el próximo Ghana o Sri Lanka”.

En Pakistán, las fábricas han interrumpido su actividad en los últimos meses al quedarse sin divisas para importar materias primas. En Sri Lanka, el gobierno estableció un límite de 20 litros de combustible por persona a la semana y los hospitales públicos están posponiendo las operaciones no urgentes debido a la escasez de medicamentos y otros suministros médicos.

Eso sin hablar de las compañías aéreas internacionales que suspendieron sus vuelos a Nigeria por la dificultad de repatriar dólares de la nación. En Bangladesh, los productores de electricidad solicitan US$1.000 millones en divisas al banco central para importar combustible y evitar una crisis energética inminente. También Malawi se enfrenta a una escasez de productos farmacéuticos, fertilizantes y gasóleo, en un contexto de descenso de las importaciones debido a la escasez de dólares.

El Índice de Mercados de Próxima Generación de JPMorgan Chase & Co. (JPM), que sigue la deuda en dólares de lo que denomina países preemergentes, registró una caída del 0,4% el mes pasado, la mayor desde septiembre. Y en medio del reciente vigor del dólar, las divisas de Ghana, Egipto, Pakistán y Zambia se han desmoronado mucho más este año que sus homólogas mundiales.

Esto ha llevado a algunos gestores de fondos a adoptar enfoques más cautelosos, una ruptura con el amplio optimismo de los mercados emergentes observado a principios de año.

“Estos países están sumidos en el colapso económico y algunos, como Pakistán, se tambalean al borde de otro impago”, afirma John Marrett, analista de Economist Intelligence Unit en Hong Kong. “Partes importantes de sus economías están con dificultades. Las divisas también valen mucho menos”.

Los mercados fronterizos pueden seguir enfrentándose a desafíos externos este año, como un dólar estadounidense aún fuerte, altos rendimientos y dificultades para acceder al mercado de bonos, escribió Fitch Ratings en un informe el lunes. El descenso de las reservas también podría dar lugar a más rebajas de la calificación crediticia, advirtió.

Por su parte, los gestores más reacios al riesgo buscan rendimientos atractivos en la deuda de gobiernos que han logrado mantener bajo control sus déficits fiscales y unas divisas relativamente estables. Barclays Plc (BCS) ha señalado a México y Colombia como países que se encaminan hacia una mayor consolidación fiscal.

Un ciclo peligroso

Para países como Sri Lanka, los problemas comenzaron hace años, cuando las autoridades gastaron valiosas reservas de divisas para mantener artificialmente altos los tipos de cambio locales.

Pero fueron la guerra de Rusia en Ucrania y la agresiva política restrictiva de la Reserva Federal las que llevaron al dólar a máximos generacionales. Ello empujó a muchas economías fronterizas al borde del abismo, a medida que la subida de los precios de la energía y los alimentos agotaba sus arcas.

“Es tentador decir que hay una crisis de los mercados emergentes por el endurecimiento de la Reserva Federal, pero eso quita responsabilidad a los responsables políticos de determinados países que estaban aplicando políticas fiscales insostenibles”, afirma Samy Muaddi, responsable de renta fija de mercados emergentes de T. Rowe Price en Baltimore. “Dicho esto, el endurecimiento de las condiciones financieras está dejando al descubierto las políticas de algunos de estos países que están resultando insostenibles”.

Alrededor de dos docenas de naciones están haciendo cola para recibir ayuda del Fondo Monetario Internacional, aunque el progreso ha sido lento para las naciones lastradas por las negociaciones de la deuda. En lo que va de año, varios países endeudados, como Egipto, Pakistán y Líbano, han bajado sus tipos de cambio en un intento de desbloquear fondos de rescate, y los operadores de divisas se preparan para una posible oleada de devaluaciones.

Para Brendan McKenna, economista y estratega de mercados emergentes de Wells Fargo Securities LLC (WFC) en Nueva York, quienes estén dispuestos a asumir el riesgo pueden encontrar oportunidades en países con un claro programa de reformas y un camino hacia el apoyo de prestamistas oficiales, como el FMI.

“Pakistán, Sri Lanka y Ghana... quizá ahora no sea el momento de desplegar capital allí”, dijo. “Pero Egipto podría ser una oportunidad si el programa del FMI consigue apoyar la economía mientras se aplican reformas duras”.

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