Buenos Aires — El Gobierno argentino apunta a despejar los elevados vencimientos de deuda que enfrenta el Tesoro en el segundo trimestre del año. Para ello, lanzó un canje de deuda que busca rollear los cerca de $7 billones que vencen entre abril y junio de este año, medida que volvió a tensar el clima político luego de las fuertes críticas lanzadas por referentes de la oposición.
A través de esta oferta de canje voluntario, el equipo económico del Gobierno busca postergar los mencionados vencimientos hasta fines de 2024 y principios de 2025. La tenencia de esos títulos está dividida en partes iguales entre los bancos y el sector público y la expectativa oficial es que los bancos ingresen con montos equivalentes al 45 o 50% de su tenencia y que entre también una parte del sector público. Aspiran, en resumidas cuentas, a una normalización de la curva en el corto, mediano y largo plazo.
Detalles de la propuesta de canje
De las condiciones del canje voluntario que se llevará a cabo este jueves 9 de marzo, se destaca que el Ministerio de Economía estará ofreciendo dos canastas de títulos, con dos vencimientos a 2024 y uno a 2025. Una de esas canastas incorporará íntegramente títulos indexados y la otra contará además con bonos duales, uno de los principales motivos detrás de las críticas por parte de los economistas de Juntos por el Cambio.
En la primera canasta se ofrecerán bonos con 30% de Nuevo Bono CER con vencimiento en abril de 2024, 40% de Nuevo Bono CER con vencimiento en octubre de 2024 y 30% de Nuevo Bono CER con vencimiento en febrero de 2025.
En la segunda canasta, con bonos duales, la oferta incluye 30% de Bono Dual con vencimiento en febrero de 2024 (reapertura), 40% de Nuevo Bono CER con vencimiento en octubre de 2024 y 30% de Nuevo Bono CER con vencimiento en febrero de 2025.
El canje no contempla tampoco diferencias entre el sector público y el privado. Aunque pensando hacia adelante, desde el equipo económico no descartan que pueda haber alguna alternativa en ese sentido. Aun así, remarcan que hoy los públicos podrán entrar en las mismas condiciones que los privados.
Al tratarse de un canje voluntario, subrayan desde el Gobierno, el que no quiera ingresar mantendrá sus vencimientos. Por eso aseguran que no existe la posibilidad de que haya holdouts.
Qué dijo el FMI del canje de deuda
Esta propuesta de canje de deuda, reconocen desde el oficialismo, no precisó del visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI). Incluso marcan que el organismo no tiene porqué expedirse ante cada medida económica. Pese a ello, anticipan que el Fondo no pondrá objeciones dado que el ordenamiento de la deuda es positivo y reduce la incertidumbre.
En ese sentido, el Gobierno continúa esperando poder anunciar el acuerdo para cambiar la meta de acumulación de reservas en los próximos días, aunque no creen que vaya a ser necesario, al menos de momento, una modificación de la meta fiscal. Sin menores riesgos de rollover, consideran que estas últimas serán menos desafiantes de cumplir.
Críticas al comunicado de JxC
Respecto de los riesgos de reperfilamiento, en el equipo económico marcan que se trata de un fantasma que no existe, ya que a ningún sector podría convenirle reperfilar la deuda en moneda local. De hecho, creen que se trata de una disputa que tiene más vínculos a cuestiones políticas que económicas.
Dentro del equipo económico se muestran sorprendidos ante el duro comunicado emitido el fin de semana por Juntos por el Cambio dado que, según señalan, fue publicado sin conocer los detalles de la operación. Tanto es así, que desde el equipo económico dijeron que en un primer momento tuvieron dudas respecto de su veracidad.
En ese punto, marcaron una diferencia respecto del tratamiento del tema que tuvieron los bancos, resaltando que las entidades sí mostraron comprender la importancia de tener una curva de deuda ordenada.
Por último, dentro del equipo económico prefieren evitar ofrecer mayores detalles respecto de las condiciones del put, ya que se trata de un instrumento que será competencia del Banco Central. No obstante, señalan que el mismo es optativo y que fue incluido por pedido de los bancos como una suerte de reaseguro político, para protegerse de una necesidad financiera determinada o de algún anuncio que eleve los niveles de incertidumbre por parte de la oposición.
Además, indicaron que no tendrá un precio fijo, sino que dependerá del valor del mercado y subrayaron que no tiene riesgos de una aceleración de la emisión monetaria.