Bloomberg — El Banco Central de Australia (RBA) se dispone a subir los tipos de interés por décima vez consecutiva el martes, con los responsables políticos enfrentados a una compleja tarea de mensajería para una perspectiva de crecimiento económico más lento y una inflación aún elevada.
Los economistas esperan unánimemente que el Banco de la Reserva aumente su tipo de interés en un cuarto de punto porcentual, hasta el 3,6%, un nivel no visto desde mayo de 2012. La atención se centrará en si el gobernador Philip Lowe persiste en su orientación de nuevas subidas tras las débiles lecturas económicas de febrero.
Los responsables políticos australianos se reúnen en un momento en que los bancos centrales se debaten sobre cuándo concluir sus campañas de endurecimiento en medio de una inflación estancada. Lowe está luchando por mantener un mensaje coherente después de que el RBA considerara una pausa en diciembre, se volviera agresivo en febrero tras los fuertes datos de precios al consumo y ahora haya visto un crecimiento más lento, salarios bien contenidos y un aumento del desempleo.
“Es posible que el Banco de la Reserva de Australia esté endureciendo su política en una economía que ya muestra suficientes signos de debilitamiento”, afirmó Gareth Aird, responsable de economía australiana del Commonwealth Bank of Australia. “Dicho esto, no nos sorprendería si el RBA simplemente deja su forward guidance sin cambios por ahora”.
Lowe, que hablará el miércoles en una conferencia empresarial, tiene que abrirse camino en un momento de profunda incertidumbre. Aird dijo que “cualquier cambio sutil” en la evaluación de riesgos del gobernador probablemente se producirá en el discurso y no en la declaración de tipos del martes.
El Banco de la Reserva de Australia está llevando a cabo su campaña más agresiva contra la inflación en una generación, con una subida de 3,25 puntos desde mayo para situar el tipo de interés al contado en su nivel más alto en 10 años. Los mercados monetarios calculan un máximo del 4,2% para este año, lo que sugiere que se producirán al menos tres subidas más de un cuarto de punto.
Pero están surgiendo grietas en la economía de 2,2 billones de dólares australianos (1,5 billones de dólares), donde el crecimiento en los tres últimos meses del año pasado estuvo impulsado principalmente por el comercio, con una ralentización del consumo y una caída del ahorro.
Con todo, la inflación sigue siendo elevada y el Banco de Reserva de Australia observó indicios de que se ampliaba y profundizaba en el cuarto trimestre. El mes pasado, el banco central recibió una prueba de que el IPC ha alcanzado probablemente su nivel máximo, después de que la última lectura mensual señalara una ralentización del crecimiento de los precios hasta el 7,4% en enero, frente al 8,4% de diciembre.
Los datos mensuales también presentan deficiencias, y el RBA no confiará en haber doblado la esquina hasta que conozca los datos del primer trimestre a finales de abril.
Un comodín en las perspectivas es el rápido deshielo de los lazos de Australia con China y la reapertura de la segunda mayor economía del mundo después de que Pekín abandonara el Covid Zero. Australia es la economía más dependiente de China del mundo desarrollado.
El principal reto de Lowe, al igual que el de los banqueros centrales de todo el mundo, es saber hasta dónde elevar los costes de los préstamos para que la inflación vuelva a situarse en el objetivo del 2-3% fijado por el Banco de la Reserva de Australia, sin que la economía entre en recesión.
Corea del Sur mantuvo los tipos el mes pasado, dejando la puerta abierta a nuevas subidas, y es probable que la India se acerque a una pausa tras una débil lectura del PIB.
La Reserva Federal también ha ralentizado el ritmo de subidas, al tiempo que baraja un tipo terminal más alto para combatir la inflación obstinadamente alta, y el Banco de Canadá ya ha dicho que se mantiene al margen.
Lo que dice Bloomberg Economics...
“Es probable que el sesgo restrictivo del RBA se mantenga hasta su próxima revisión trimestral de previsiones, en mayo. Para entonces, esperamos que los datos muestren suficientes signos de desaceleración de la economía como para persuadir al banco central de que los tipos han subido lo suficiente”, James McIntyre, economista.
Hay argumentos a favor de que el Banco de Reserva de Australia se quede quieto ya en abril.
Los hogares australianos, fuertemente endeudados, están agotando sus ahorros para hacer frente a los gastos cotidianos en respuesta a la subida de los precios y al aumento de las amortizaciones de los préstamos. Hay indicios de un aumento de la presión hipotecaria y los últimos resultados empresariales, aunque dispares, apuntan a más dificultades en el futuro.
“Un aumento significativo de las amortizaciones hipotecarias es el mayor riesgo para el gasto de los hogares”, dijo Diana Mousina, economista senior de AMP Capital Markets Ltd. “Creemos que los riesgos a la baja para el sector de los hogares son mayores de lo que el RBA -y la mayoría de los comentaristas- están estimando”.
El hogar australiano medio tiene una hipoteca de unos 600.000 dólares australianos. Mousina calcula que, a título orientativo, las cuotas hipotecarias mensuales aumentarán unos 13.000 dólares australianos al año.
“La cuestión es si los hogares tienen suficiente liquidez para hacer frente a estos pagos adicionales”.
-- Con la colaboración de Tomoko Sato y Garfield Reynolds.
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