Bogotá — El borrador de la reforma laboral de Gustavo Petro dejó un sin sabor en los empresarios y en muchos expertos que consideran que aunque tiene cosas buenas para mejorar las condiciones de los empleados, se olvida de los que no tienen empleo y de los informales.
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¿Cómo hacer que la reforma laboral no olvide a los desempleados?
Dado que entre los principales cambios propuestos por la reforma se plantean mejoraras para los que hoy en día tienen un empleo, lo cual traería mayores costos en la contratación y podría dificultar la creación de nuevos empleos, Bloomberg Línea consultó a expertos para saber en qué se podría mejorar la reforma.
“La reforma deja por fuera a los informales. El año pasado solo el 39% de los ocupados cotizaron a salud y a pensión. Esta reforma privilegia a los que ya tienen un puesto de trabajo formal y hace difícil mejorar las condiciones de los informales. Además, estamos dejando por fuera al 44% que tiene ingresos menores a un mínimo”,
Laura Parra, analista de Corficolombiana.
Como contexto, vale decir que entre los principales cambios que el Gobierno propone en la reforma está un recargo mayor por el pago de trabajos dominicales y festivos, cambios en el horario nocturno para que empiece desde las 6 p.m. y no desde las 9 p.m. como está hoy en día, priorizar la contratación a término indefinido, hacer mucho más díficil los despidos, entre otros.
Según cálculos del gremio de los comerciantes (Fenalco), los ajustes de horarios y recargos por dominicales y horas extras propuestos en la reforma representarían para los empresarios un sobrecosto en la mano de obra de entre el 30 y 35%.
Algunas ideas para tener en cuenta
Laura Parra, analista de Corficolombiana, expuso que en la mesa de discusión de la reforma faltan los informales y los desempleados. “Está el Gobierno, los empresarios y los sindicatos que hacen parte del sector formal, pero nadie piensa en ese 60% de la población ocupada que está en la informalidad”.
Para la experta, una manera de que estos no queden olvidados con la reforma sería a través de mayor gasto público para fortalecer el programa de apoyo al empleo formal que se creó en 2021 y en un año, según datos públicos, ha creado más de 670.000 empleos. “Este es un buen ejemplo, una medida de política pública que disminuyó el costo de la nómina para empresas y trabajadores con ciertos criterios y terminó fomentando la creacion de empleos formales”.
Cabe recordar que dicho subsidio consiste en dar el 25% del salario mínimo a quienes creen nuevos puestos de empleo para jóvenes entre 18 y 28 años de edad; el 15% del salario mínimo por crear nuevos trabajos para mujeres mayores de 28 años que ganen hasta tres salarios mínimos; y el 10% del salario mínimo por crear puestos adicionales para hombres mayores de 28 años de edad con ingresos de hasta tres salarios mínimos.
Para David Cubides, gerente de investigaciones económicas de Alianza Valores, aunque regular el trabajo por plataformas digitales y exigir que los trabajadores de apps hagan aportes a seguridad social podría ser un avance hacia la formalización laboral, aún falta camino por recorrer. Se podría reducir el costo de contratación y simplificar los regímenes de tributación, mejorando las tarifas que pagan las empresas para incentivar nuevos puestos de trabajo.
En línea con lo expuesto, Gustavo Acero, economista senior del Banco de Bogotá, comentó que más allá de incentivar el contrato a término fijo por el de prestación de servicios, se debe hacer más fácil buscar la manera en la que ese 60% de personas informales empiecen a contribuir en materia de salud como pensiones”.
De acuerdo con Cristina Fernández, investigadora de Fedesarrollo, “para reducir la informalidad, es necesario pensar en la posibilidad de un trabajo formal por horas; eliminar las inequidades que enfrentan los que ganan menos ingresos (tarifas más altas para los independientes, costos mayores para las microempresas, menores posibilidades de pensión) porque estas inequidades afectan más que proporcionalmente a los trabajos que tradicionalmente sirven como puerta de entrada a la formalidad”.
“La reforma trata de proteger a los trabajadores de la automatización, pero es tan costoso y tan inflexible el trabajo formal, que hace más rentable la automatización”,
Cristina Fernández.
Por su parte, Germán Machado, docente de economía de la Universidad de los Andes, expuso que “para promover el empleo y reducir la informalidad, es un asunto clave desligar la seguridad social del mercado laboral. Eso significa que hay que avanzar hacia la universalidad de la protección social y que la financiación de los esquemas de aseguramiento sean a través de impuestos generales y no de cargos a la nómina”.
Además, dijo Machado, “debería fortalecerse el Mecanismo de Protección al Cesante. Hoy es un beneficio exclusivo de los trabajadores formales con Caja de Compensación Familiar que termina siendo muy excluyente. Probablemente sea mejor buscar un seguro de desempleo de mayor cobertura que cubra ingresos por un tiempo determinado y contribuciones a seguridad social”.
“Podrían establecerse políticas de apoyo a la búsqueda de empleo y colocación que sean más eficaces que el esquema actual. Mejores emparejamientos entre empresas y trabajadores llevarían a salarios más altos y mayor productividad”, añadió el docente de los Andes.
Por último, agregó que “sin reducir los avances sociales y los derechos adquiridos de los trabajadoreses, es indispensable revisar y rebalancear las cargas no salariales que implica un empleo formal. El esquema actual colombiano ha segmentado el mercado laboral y ha contribuido a la informalidad y al crecimiento de los trabajadores por cuenta propia”.