Bogotá — La inflación de Colombia lleva más de un año subiendo y se mantiene en niveles no vistos desde 1999. En enero, último dato publicado, el indicador subió a 13,25% anual. Aunque se esperan nuevos aumentos, vendrían buenas noticias en esta materia.
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Dos señales positivas para la inflación de Colombia
Hay al menos dos señales que sugieren buenas noticias para la inflación de Colombia, dijo recientemente el codirector de Banco de la República, Jaime Jaramillo, en un evento de Camacol.
El primer punto que el codirector mencionó fue el desempeño de los precios al productor (IPP), pues estos se han venido desacelerando, alejándose de los niveles de 34% que marcó el año anterior y ubicándose por debajo de 17%.
Lo anterior podría traducirse en una mejora para los precios de los consumidores debido a una menor presión sobre los costos en la oferta, comentaron al respecto los expertos del equipo económico del Banco de Bogotá.
El segundo punto que mencionó el codirector fue la desaceleración de la demanda, que aminora la presión en los precios por esta vía. “La economía realmente se está desacelerando (...) esta es una condición necesaria, mas no suficiente, para bajar la inflación”, reiteró Jaramillo.
“El crecimiento futuro necesita una inflación baja para hacer posibles tasas de interés que puedan financiar a plazos largos”,
Jaime Jaramillo, codirector del Banrep.
¿Qué esperar de la inflación en los próximos meses?
Según expertos consultados por Bloomberg Línea, desde marzo podría haber una normalización en la inflación de Colombia, aunque habría mayores caídas desde el segundo semestre. Se espera que en 2023 el indicador termine cercano al 9%.
Para Juan Pablo Espinora, director de investigaciones económicas de Bancolombia, “la desaceleración del indicador en los próximos meses obedecería, por un lado, al efecto de alta base de comparación y el retorno a los niveles de pre-pandemia de los costos de transporte marítimo a nivel global. A esto, se sumaría la moderación del fenómeno climático de la niña”.
Según el experto, “todo esto llevaría a que las correcciones de la inflación anual desde abril sean ligeras y solo se materialice una tendencia clara de caída cuando el consumo de los hogares presente una contracción real frente a 2022; en línea con nuestras proyecciones, esto se daría entre el segundo y tercer trimestre de 2023″.
Aunque se espera que la inflación comience a ceder desde marzo, Juan David Ballén dijo que “algo que podría llegar a moderar su caída es qué tan fuerte continúa siendo el invierno, el aumento del precio de la gasolina y el gasto público del Gobierno, ya que esto último podría reactivar la demanda de estratos de bajos ingresos”. Para Laura Peña, del Bbva, los descensos más fuertes de la inflación se darían hacia el segundo semestre del año. “Estas moderaciones estarán asociadas a una reducción de las presiones en alimentos, durante la primera mitad del año, y una disminución en la dinámica de la economía en la segunda mitad”.
Por último, vale mencionar que el codirector Jaramillo reiteró que la junta del Banco de la República “está firmemente comprometida con la meta del 3% y seguirá trabajando para lograrla hacia el fin de 2024″.
