La millonaria pérdida para Argentina que dejó la guerra en Ucrania, según el Gobierno

A un año del inicio de la guerra, un informe del Ministerio de Economía proyectó los mayores costos que le provocó al país. Subrayan efectos sobre la balanza comercial y el impacto fiscal

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Buenos Aires — La guerra entre Rusia y Ucrania le habría provocado pérdidas a Argentina por casi US$5.000 millones. Estas son, al menos, las estimaciones que manejan dentro del equipo económico del gobierno, y que quedaron reflejadas en un informe difundido este viernes desde el Ministerio de Economía.

De acuerdo a los cálculos del Gobierno argentino, el conflicto bélico que se desató entre Rusia y Ucrania hace un año “ocasionó importantes cambios en el escenario económico mundial, que generó un efecto negativo de US$4.940 millones en la balanza comercial” del país. Esas pérdidas, detalla el trabajo, se atribuyen a un shock general de precios internacionales del sector agropecuario (soja 9,4%, trigo 33,7% y maíz 17,8%) y sobre el precio de los combustibles (Gas de Bolivia 114%, GNL 233% y Gasoil 85%).

Impacto en combustibles, fletes y commodities

Según las estimaciones oficiales, la importación de combustibles demandó el pago de US$3.757 millones más que los US$1.999 millones que se proyectaban antes de la invasión rusa a Ucrania, alcanzando un total de US$5.756 millones. Los fletes de exportación también implicaron una erogación mucho mayor: serían US$1.800 millones más que los US$3.000 millones proyectados antes de la guerra.

Esas pérdidas fueron apenas mitigadas por las subas de precios internacionales de commodities, que permitieron que el complejo agroexportador totalizara exportaciones netas por US$617 millones adicionales a lo proyectado antes de la guerra. Con todo, calculó el gobierno, “el impacto final de la suba de precios internacionales a causa del conflicto en Ucrania se estimó en US$4.940 millones”.

Saldo energético de la guerra: negativo

A través del citado informe, el Gobierno argentino señaló que durante el invierno de 2022 el saldo energético “fue significativamente negativo”, producto de “un aumento exponencial del déficit del sector energético en la balanza comercial con respecto a los meses invernales de 2021″.

El trabajo detalla que los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania fueron negativos por una doble vía: desde el punto de vista de la balanza comercial y por el impacto fiscal. Se tratan, justamente, de las dos metas del acuerdo con el FMI que lucen más comprometidas para cumplirse en este primer trimestre del año.

Respecto del efecto sobre la balanza comercial, precisó el Gobierno, el aumento en el precio de los principales commodities implicó un requerimiento mayor de divisas para la importación de combustibles, entre ellos los utilizados para el abastecimiento energético durante 2022.

El precio del crudo Brent, ejemplificó el informe, trepó 66%. El precio del petróleo de referencia en el mercado europeo pasó de US$74 por barril en diciembre de 2021 a un pico de US$123 en junio de 2022.

En cuanto a los precios relacionados a las importaciones de combustibles requeridos para el sistema de gas y electricidad, agregó el Gobierno, hubo incrementos del 233% para el GNL, 114% para el gas proveniente de Bolivia y de los combustibles alternativos importados por CAMMESA para la generación eléctrica, siendo estos de 85% para Gasoil y 63% para Fueloil, midiendo la variación como el cambio entre los promedios anuales. A su vez, añade el informe, se observa una reducción del 25% promedio anual del precio de la energía eléctrica importada.

Ante este panorama, desde el Gobierno concluyeron que si los precios se hubieran mantenido como el promedio mensual para el año 2021, las importaciones de combustibles hubieran alcanzado los US$9.033 millones. “En cambio, con el aumento de precios correspondiente para el 2022, las proyecciones indican que las importaciones de combustibles alcanzarán los US$13.279 millones”, dijeron.

En ese sentido, remarcaron que “la diferencia de US$4.246 millones implica un importante efecto negativo sobre la balanza comercial argentina, elevando los requerimientos de dólares para llevar a cabo estas importaciones”.

Respecto del impacto fiscal, dentro del equipo económico subrayaron que “el shock de precios de los combustibles generó un aumento en los subsidios energéticos transferidos por el estado nacional durante 2022″.

También el oficialismo proyectó que “se prevé que las transferencias en concepto de subsidios asciendan para este año a los $1.799.286 millones”. Por todo ello, marcaron que “el aumento de precios de los commodities debido al conflicto bélico redundará en un crecimiento de los subsidios de $587.934 millones”.

Impacto en exportaciones agrícolas: positivo

El citado informe difundido este viernes recordó también que tras el estallido de la guerra se produjo un shock general de precios que incrementó los valores de venta de los granos hasta mayo. La soja trepó 9,4%; el trigo, 33,7%, y el maíz, 17,8%. Pero en los meses siguientes, añadió el Ministerio de Economía, se produjo una reversión en los precios producto de las medidas tomadas por los países para paliar el efecto de la guerra y un nuevo rebote en agosto del 2022.

Pese a estos aumentos de los precios de los commodities agrícolas, desde el Gobierno señalaron que la guerra generó también un aumento de los precios de los fertilizantes.

“Asumiendo una importación para el año 2022 igual a la realizada para el período 2020-2021, y manteniendo los precios vigentes durante el primer semestre del 2022, las importaciones de fertilizantes ascenderían a US$4.400 millones durante todo el 2022. Representando un incremento de 93% respecto a las importaciones del 2021, las cuales ascienden a US$2.285 millones”, indicó al respecto el trabajo. Y recordó, en ese sentido, que el 2021 fue año récord en consumo de fertilizantes.

Efecto de la guerra en fletes: negativo

Por último, el informe recuerda que producto de la salida de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania se ha incrementado el costo de los fletes marítimos para el período 2021-2022, pudiendo atribuir la mayor subida en el precio de los fletes a los cuellos de botella posteriores a la salida de la pandemia.

“La bolsa de comercio de Rosario estima un aumento en los costos para exportar la cosecha cercano al 62% respecto a la campaña 2020-2021, lo que representa un aumento de US$1.800 millones. Respecto a las importaciones, la bolsa de Rosario estima un costo adicional de US$1.217 millones para las importaciones del 2022″, indicó el estudio.