Bogotá — Al menos una docena de startups en Latinoamérica están esperando que los mercados se relajen en medio de las turbulencias que se han generado en los últimos tiempos para lanzar ofertas públicas iniciales en EE.UU., dijo en entrevista con Bloomberg Línea la líder global de Portafolio en el fondo de inversión Endeavor Catalyst, María Angélica Enríquez.
En este contexto, explica que muchas startups están buscando métodos de financiación diferentes y no salen solo a recaudar equity, “ya sea porque no logran encontrar el capital que están buscando o por evitar tal vez una valoración que sea plana o menor a la que tenían”.
Por eso, “se ven muchas extensiones de rondas anteriores, muchísimas inside rounds, es decir, lideradas por los fondos ya existentes en la misma empresa. (…) Siento que los fundadores están siendo muy recursivos”.
En cuanto a otras formas de financiación, también han visto bastante levantamiento en notas convertibles y SAFE rounds como formas alternas a rondas equity.
“En este momento, el mercado de bolsa en EE.UU. está básicamente cerrado, pero la siguiente vez que abran, que no va a ser a corto plazo, si no que va a ser tal vez en el 2024 por temprano, hay una docena de empresas que están listas para salir públicas y muchas lo han dicho públicamente”, afirmó.
Mencionó puntualmente la probabilidad de que lo hagan firmas como la colombiana Rappi, la mexicana Clip o la brasileña Creditas. Aquellas startups que “han anunciado públicamente en el pasado sus planes de potencialmente salir a bolsa, los cuales por ahora han sido postergados”.
En el caso colombiano, el supermercado 100% en línea Merqueo ya inició los trámites ante la SEC para lanzar una oferta de acciones que le permita enlistarse en el mercado Nasdaq de Nueva York.
“Queremos ver cuál va a ser el impacto que va a tener en el ecosistema (estas posibles salidas a bolsa) no solamente en la liquez que va a generar, sino también en cómo eso va a influir en la siguiente generación de inversionistas ángeles, fundadores, etc. Claramente la salida a la bolsa es a largo plazo, pero siento que va a tener un impacto aún más fuerte”, dijo.
En contextos como el actual, Enríquez considera que es clave tener planes completamente fondeados, idealmente a dos años, sin importar el modelo de negocio que tengan los emprendedores.
Y señaló que los recientes casos de cierres de startups tras recibir millonarios fondeos “es una muestra de que no es solo recaudar capital, sino qué están haciendo con él”, lo que está motivando un cambio de perspectiva dentro de los fundadores.
“En este momento los fundadores están cambiando la mentalidad, el cash burn lo están reduciendo significativamente. Todos están revisando cuáles son los gastos, incluso cerrando operaciones en algunos mercados que no son rentables para acortar el crecimiento que llevaban para enfocarse más en la rentabilidad. El cambio de modelo es vital para poder sobrevivir en este momento y esperar a la siguiente ronda de financiación”, apuntó.
Pero en todo caso, las épocas en las que las startups recaudaban dinero continuamente han quedado atrás para dar paso a una nueva realidad en la que van a primar los negocios que centren su estrategia en un modelo de crecimiento de capital eficiente y entiendan que deben tomar el control sobre su propio destino.
“Algo que vimos que pasó y que creemos que se va quedar es que hace unos meses estábamos acostumbrados a las empresas recaudar capital cada tres, seis y nueve meses. El nuevo normal que estamos esperando ver es que una ronda de financiación tenga entre 12 a 18 meses entre una y otra”, comentó.
Para Enríquez esto va a permitir que “los fundadores de las startups puedan enfocarse en crear en medio de esas rondas de financiación y así permitir que los inversionistas puedan entender un poco mejor el crecimiento de la compañía y cómo ha sido la atracción en el mercado del producto o servicio que están ofreciendo”.
“Al final del día lo que importa no es tanto la plata y los inversionistas, sino la plata de sus propios consumidores, que eso es lo que al final va a decir qué tan exitoso es el negocio en el que están trabajando”, agregó.
Endeavor Catalyst lleva una década invirtiendo en más de 100 empresas en la región y en sus inicios, explica la ejecutiva, tenía mucho menos acceso a “capital conectado inteligente”, por lo que ahora son “muy optimistas de todas las oportunidades que aún se presentan para los emprendedores y el ecosistema de VC y emprendimiento en general en Latinoamérica”.
¿Tendrá efecto en la mortalidad de startups?
Con menor capital disponible para las startups, muchos negocios tuvieron que reorientar su estrategia y ser resilientes para no hacer parte de las empresas que se han declarado en bancarrota o han cerrado.
En 2022 se contabilizaron un total de 1.167 transacciones de venture capital con un importe agregado de US$8.069 millones, lo que implica una caída significativa del 60,80% frente a 2021, de acuerdo con Transactional Track Record (TTR).
Y en este contexto, el año pasado las empresas soportadas por capital de riesgo que llegaron a bancarrota o que cerraron totalizaron 868, mientras que en 2021 habían sido 1.021.
Entre tanto, las empresas que recibieron su primera financiación de capital de riesgo cayeron desde las 16.501 de 2021 hasta las 13.461 de 2022, según cifras de la empresa de software y datos financieros PitchBook.
Para la líder global de Portafolio en Endeavor Catalyst, este escenario también es un reflejo de la dinámica natural de la industria de la inversión de capital de riesgo, que por naturaleza “es una clase de activo altamente riesgosa”.
“Y los fondos se crean para tener una estrategia a largo plazo asumiendo desde el día uno que va a ser un pequeño porcentaje de las empresas del portafolio el que va a ser ganador para retornar los fondos”, explicó.
Considera que, a pesar de los retos, Latinoamérica está bien posicionada “porque así el VC esté más restringido, hay cantidades récord de capital dry powder y un ecosistema de VC local más maduro que en años anteriores” poniéndolo en una perspectiva global más amplia.
Y la región “tiene muy buenos jugadores locales para poder apoyar y fondear esas empresas que los inversionistas ven que tienen modelos de negocios que pueden sobrevivir al momento actual que estamos pasando”.
“Hay un ecosistema local con capital bastante amplio, comparado a otras empresas. (…) estamos tratando de apoyar ese emprendedor en Pakistán, en Egipto, donde no hay ese apoyo y esa red de capital inteligente y conectado como está en Latinoamérica. Necesitan un apoyo extra ya que no tienen esa red de fondos con capital inteligente existente a nivel lcoal, como sí lo hay en Latinoamérica”, apuntó.
En el caso de Endeavor Catalyst, explica que tienen un enfoque en las startups que ya tienen un ajuste de producto/mercado, que generan ingresos y tienen factibilidad de ser escalables.
Para las mejores empresas, claros líderes del mercado con sólidos fundamentos comerciales, el capital seguirá estando disponible, potencialmente en las mismas (o mejores) condiciones que el año pasado. Para otras empresas, el capital solo estará disponible con un descuento de los múltiplos del año pasado, a pesar del crecimiento en las métricas. Y desafortunadamente, para varias empresas, simplemente no habrá capital disponible.
Las olas de las startups
María A Enríquez explica que tanto en Latinoamérica como en el resto de mercados emergentes en general “la tecnología viene casi que en ola”, por lo que las nuevas tendencias en startups estarían marcadas por los ciclos que comienzan justo ahora.
“Para nosotros la primera ola que vemos llegar casi siempre a mercados emergentes está en el comercio de cara al consumidor. En Colombia, que tiene una tracción más reciente comparado a otros países, un tercio de nuestras inversiones son en este tipo de industrias”, señaló.
La segunda ola ocurre cuando “se empieza a revolucionar otras partes de la economía, ya sean sistemas financieros, agritech (tecnología al servicio del campo), transportation tech (tecnología al servicio del transporte). Y ahí es algo que vemos muy reflejado en México, en donde un 40% de nuestras inversiones son en fintech”.
Estas transformaciones ocurren también en un momento en que “el consumidor latinoamericano ha cambiado mucho su comportamiento” y “adaptan mucho más fácil todas estas tecnologías innovadores y digitales”.
“Y yo creo que esta tercera ola que vemos sobre todo en Brasil, que viene siendo una madurez más grande del mercado, es la digitalización de las economías de las pymes con B2B, software, etc”.
Mientras que una cuarta ola podría estar impulsada ahora por startups en áreas como biotech y deeptech, que se sorportan en tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial o el big data.
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