Bloomberg — EE.UU. y Corea del Sur debatieron sobre cómo responderían a posibles ataques nucleares de Corea del Norte, que no ha dejado de aumentar su capacidad para lanzar un ataque atómico creíble contra ambos.
Los denominados ejercicios de mesa celebrados en Washington se centraron en escenarios hipotéticos de uso de armas nucleares por parte de Corea del Norte, según informó el Pentágono en un comunicado a última hora del jueves. Fueron los primeros de este tipo desde que el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol asumió el cargo hace aproximadamente un año y reforzó los ejercicios militares conjuntos con EE.UU., una medida que enfureció a Pyongyang y le llevó a intensificar sus provocaciones.
“Ambas partes discutieron varias opciones para demostrar la fuerte capacidad de respuesta de la Alianza y la determinación de responder adecuadamente a cualquier uso nuclear de la RPDC”, dijo el Departamento de Defensa, refiriéndose a Corea del Norte por su nombre formal.
EE.UU. reiteró que cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra EE.UU. o sus aliados “supondría el fin” del régimen de Kim. La delegación surcoreana también visitó las instalaciones de un submarino nuclear estadounidense en Georgia para ver los medios militares que EE.UU. podría utilizar contra Corea del Norte, cuyo objetivo es disuadir a Pyongyang de lanzar un ataque.
En la última semana, Corea del Norte ha intensificado las tensiones con el disparo de prueba de un misil balístico intercontinental diseñado para lanzar una ojiva nuclear al territorio continental estadounidense, y el lanzamiento de dos misiles de corto alcance unos días después. Kim Yo Jong, la influyente hermana del líder, amenazó con convertir el Pacífico en un “campo de tiro”, en un indicio de que el Estado podría empezar a probar si los diseños de sus cabezas nucleares pueden soportar el calor de la reentrada en la atmósfera.
Los medios de comunicación oficiales de Corea del Norte afirmaron el viernes que el Estado había probado un día antes cuatro misiles de crucero de largo alcance que volaban en forma de ocho a una distancia de unos 2.000 kilómetros, un alcance que podría alcanzar casi todo Japón.
Los misiles de crucero están diseñados para volar a baja altura y evitar los radares. Se mueven mucho más despacio que los misiles balísticos y no hay ninguna resolución de Naciones Unidas que prohíba a Pyongyang probarlos.
“El simulacro demostró claramente una vez más la postura de guerra de la fuerza de combate nuclear de la RPDC reforzando en todos los sentidos su capacidad de contraataque nuclear mortal contra las fuerzas hostiles”, dijo la Agencia Central de Noticias de Corea.
El lanzamiento de los misiles de crucero se produjo poco después de que EE.UU., Japón y Corea del Sur realizaran un ejercicio naval conjunto de defensa antimisiles en aguas internacionales.
El año pasado, el régimen de Kim probó más de 70 misiles balísticos, la mayor cantidad en su década en el poder y desafiando las resoluciones de la ONU que prohíben tales lanzamientos. En los últimos años, el líder norcoreano ha modernizado su inventario de misiles para que sean más fáciles de ocultar, más rápidos de desplegar y más difíciles de derribar.
También está a punto de realizar su primera prueba de una bomba nuclear desde 2017. Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han prometido una dura respuesta coordinada si Corea del Norte sigue adelante con la explosión.
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