Inversión privada en Perú se contrajo en 2022: ¿Por qué la caída puede continuar?

La menor ejecución de obras privadas entre los meses de octubre y diciembre, así como una caída de casi 8% en la inversión minera, influyó en el retroceso de la inversión privada, que seguiría golpeada este 2023

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Tras revelar que el crecimiento de la economía peruana en el cuarto trimestre del año fue de 1,7%, evidenciando la desaceleración, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que la inversión privada se contrajo un 1,8% entre los meses de octubre y diciembre, registrando así su mayor caída del año pasado y culminando el 2022 con una caída de 0,3% en esta actividad.

De acuerdo al reporte del INEI publicado este 23 de febrero, la caída de 1,8% en la inversión privada en el cuarto trimestre se dio princialmente por la menor ejecución de obras privadas relacionadas a la ampliación y remodelación de viviendas, edificaciones para oficinas, centros comerciales, centros educativos, obras de ingeniería civil, entre otras actividades. En el tercer trimestre esta actividad ya había caído un 1%, con lo cual terminó acumulando un saldo negativo a lo largo del 2022 en comparación con el crecimiento del 2021.

La inversión privada es una actividad clave para el país andino, toda vez que representa poco más del 80% de la inversión bruta fija hace más de una década. Diversas entidades privadas y analistas económicos ya anticipaban una caída para el indicador en el 2022, frente a expectativas empresariales golpeadas por la incertidumbre política y la ausencia de grandes proyectos que muevan la aguja de las inversiones. Sin embargo, las autoridades se mantuvieron un poco menos pesimistas: el Ministerio de Economía prevía un crecimiento de 0%, al igual que el Banco Central de Reserva (BCR).

Las autoridades y analistas también anticipaban una fuerte contracción de la inversión minera después de que culminara la construcción de Quellaveco. Dicha actividad terminó retrocediendo casi 8% el año pasado. Para el economista Juan Carlos Odar, no obstante, habría influido más en el resultado final el retroceso que hubo en otros rubros, a lo cual se sumaron las protestas e incertidumbre de diciembre que también influyeron en un resaultado más negativo.

Con el resultado se ve que el cuarto trimestre fue clave para la desaceleración de la economía peruana. La inversión pública jugó un papel importante, con un crecimiento de 23%. Es el único sector que creció a más de dos dígitos. Eso ayudó a que el crecimiento del último trimestre del 2022 no sea tan bajo, pero los componentes de consumo e inversión privada han estado débiles”, precisó Odar, quien también dirige la consultora Phase.

El economista enfatizó a Bloomberg Línea que este viernes 24 de febrero el BCR también revelará sus cifras de inversión privada en el 2022, que podrían ser muy similares a la contracción de 0,3% revelada hoy por el INEI.

INVERSIÓN PRIVADA EN PERÚ EN 2023: EXPECTATIVAS A LA BAJA

Para Odar, el último resultado de inversión privada sería una señal de alerta para lo que se vendría en los primeros tres meses de este 2023. Hay inversión que inercialmente continúa, pero a pesar de eso hemos visto que la caída de la inversión ha sido mayor que el trimestre previo. Eso nos sugiere que veríamos otra vez caída de inversión privada a lo largo de este primer trimestre”, remarcó el economista.

Odar apuntó que parte de las noticias negativas tras las protestas y la inestabilidad política ya se tradujeron en una caída de la inversión en enero, pero no le resta posibilidades a que ello siga impactando entre febrero y marzo de este año con una caída “incluso más acentuada”.

Pese al repunte de la inversión pública, que continuaría también en los primeros meses de este año, el economista remarcó que ello no sería suficiente para evitar el impacto negativo de la inversión privada, toda vez que el peso de esta actividad en la economía peruana es mayor.

Como se recuerda, el BCR rebajó en diciembre su expectativa de crecimiento para la inversión privada este 2023 de 1,8% a 1%, ante una caída de casi 17% prevista para la inversión minera y una recuperación más lenta que la esperada en la confianza empresarial. Por su parte, el MEF todavía mantiene una expectativa de crecimiento de 2,5% este año para dicha actividad.

Aunque Perú ha sabido enfrentar embates de incertidumbre política y protestas sociales en el pasado, mientras se prolonga la inestabilidad en el país andino los riesgos para la estrella macroeconómica de Sudamérica aumentan.

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