Ciudad de México — Las inversiones de capital de riesgo o venture capital en Latinoamérica se seguirán comportando en 2023 como sucedió durante 2022: menos mega rondas y más deuda como instrumento de financiamiento para startups, indica un estudio realizado por Endeavor y Glisco Partners.
En 2022 la inversión a través de mega rondas, iguales o por encima de los US$50 millones, en startups en etapas tardías se contrajo 88% en capital invertido y 76% en número de inversiones, indica el estudio Insights: Ecosistema de Venture Capital y Growth Equity en Latinoamérica.
En 2023 seguirá la tendencia, dijo Alfredo Castellanos, managing partner de Glisco Partners, durante la presentación del estudio. “Basados en los datos es poco probable que se repitan las mega rondas que se vieron en 2021, deberíamos esperar que, si existen van a ser más escasas”.
Este año podría verse un panorama similar al que se observó en 2022 donde el 92% del total de inversiones de venture capital en Latinoamérica se dio en etapas tempranas.
2023, otro año de deuda para las startups
En 2022 hubo un incremento de 94% en la deuda venture y líneas de crédito como opción de financiamiento en Latinoamérica, lo que sumó US$3.000 millones en 100 acuerdos, revela el estudio.
Los dos unicornios latinoamericanos más valiosos: Kavak y Rappi apostaron por la deuda para continuar con el crecimiento de su negocio a la vez que evitaron una dilución. Kavak captó US$810 millones de Santander, Goldman Sachs y HSBC, mientras que Rappi recibió una línea de crédito del Banco de Bogotá y Bancolombia por US$112 millones.
De los 36 unicornios latinos, 44% adquirió deuda, en parte para evitar una posible baja en su valuación, que pudiera quitarle el estatus de unicornio, afirmó Vincent Speranza, director general de Endeavor México.
“Si tú eres un emprendedor y estás viendo que las valuaciones que te ofrecen son menores a lo que tú esperabas, el conseguir deuda te ayuda a no diluirte y conseguir liquidez para seguir fondeando tu startup, entonces es probable que el sector de deuda siga creciendo”, añadió Castellanos.
Pero no sólo las startups valuadas en más de US$1.000 millones optaron por la deuda en vista de la dificultad de levantar mega rondas. Ejemplos de ello son la chilena Xepelin que recibió US$140 millones de Goldman Sachs y la startup con sede en México, Nelo, que obtuvo US$100 millones de Victory Park Capital.
El hecho de levantar líneas de crédito muestra que las startups en América Latina ya cuentan con la confianza de instituciones de financiamiento tradicional, es decir están superando los modelos de riesgo de instituciones como Goldman Sachs y HSBC.
“Es una buena señal para el ecosistema emprendedor ya que hay menos aversión al riesgo de parte de la banca”, dijo Enrico Robles del Río, director de inteligencia de Endeavor, en la presentación del estudio.
Adquirir deuda, dijo Castellanos, será una buena decisión a largo plazo para aquellas compañías que puedan utilizar esta deuda para generar valor, pero no lo será para aquellas que inviertan en proyectos que no alcancen el retorno esperado.
Otorgar crédito no fue solo una tendencia de parte de los bancos tradicionales, también hay un auge del venture debt, pues los fondos de riesgo comenzaron a otorgar deuda a las empresas de su portafolio, las cuales mayormente se encuentran en la industria fintech, señaló Robles del Río.