Buenos Aires — La inflación de enero volvió a reflejar la delicada situación económica que atraviesa la Argentina. El 6% mensual del IPC informado el martes último por el Indec, sumado al drenaje de reservas y a la caída de la actividad, ratifican que el escenario macro continúa siendo mucho más complejo que lo que el Gobierno parecería dispuesto a reconocer, y plantea múltiples desafíos de cara a este 2023 electoral.
A este triple desafío económico que enfrenta la Argentina se refirió un reciente informe del Grupo Invertir en Bolsa (IEB), titulado “Inflación: vuelta al nuevo-viejo paisaje económico”. Según detalla el trabajo, con el dato de inflación de enero se confirmó que la economía entra en una fase de aumento en la nominalidad, caída de la actividad y drenaje constante de reservas.
#1 ¿El BCRA sube la tasa?
Según explican los analistas de IEB, la Argentina se enfrenta en este 2023 a un escenario al que calificaron de “complicado”, en especial tratándose de un año electoral. “De sostenerse el incremento de la nominalidad y dado el objetivo del gobierno de controlar la brecha cambiaria es posible que en los próximos meses la autoridad monetaria se vea forzada a una suba de tasas”, anticiparon.
En caso de que eso ocurra, la decisión tendría su consecuente impacto en una economía que, según marcaron, se encuentra en franca desaceleración, con importaciones pisadas. Pero, además, subrayaron que todo eso se da “en un año electoral en el que un salario real aún más deprimido es lo último que quiere el oficialismo”.
#2 Cómo afecta la inflación a la macro
El hecho de que la inflación de enero marcara 6% elevó los niveles de alarma. No tanto por el registro en sí, que el mercado ya anticipaba que sería más elevado que el 5,1% de diciembre, sino especialmente por el hecho de que gran parte del incremento en carnes aún no se reflejó en el índice de enero.
Ese traslado pareciera ponerle un piso muy elevado al dato de febrero y dentro del mercado se empieza a descontar ya que la inflación interanual podrá trepar a niveles del 100%. Esto cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que, como explican desde Grupo IEB, “la aceleración de la inflación causa una secuencia de efectos que terminan contribuyendo a un clima macroeconómico más volátil”.
En primer lugar, indicaron, de mantenerse la tendencia alcista del IPC, eso forzaría al gobierno a aumentar el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial -algo que ya se estuvo observando en las últimas ruedas- para que el tipo de cambio real no se atrase aún más. “Un FX oficial devaluándose a mayor ritmo implica más presión en los FX financieros. Finalmente, si el gobierno continúa con su estrategia de manejar la brecha cambiaría manteniéndola en niveles inferiores al 95%, podría desembocar en una suba de tasas”, dicen.
#3 Reservas en caída libre y ¿rumbo al waiver?
En segundo lugar, el informe de IEB se enfoca en la dinámica de las reservas. Desde que empezó febrero y hasta el viernes pasado, el Banco Central acumulaba ventas netas en el mercado de cambios por US$903 millones que se suman a los US$192 millones que vendió en enero.
Esta dinámica preocupa al mercado, que ya empieza a marcar la necesidad de un nuevo Programa de Incremento Exportador (PIE) para la liquidación de divisas del sector sojero (dólar soja 3) o que se cierre un Repo con bancos del exterior.
El repo ya es “imperativo”
Respecto de esta última posibilidad, desde IEB consideraron que un REPO “es ya imperativo” dado el nivel de reservas líquidas de la autoridad monetaria.
El inconveniente con el Repo, señalaron, es que el ministro de Economía, Sergio Massa, quiere que esos dólares ingresen al Tesoro para continuar con el programa de recompra de deuda, lo cual implicaría que no habría reconstitución de reservas por ese frente. “Quedarían solamente ingresos por algún organismo multilateral, jugar la carta de los mayores costos de energía afrontados en 2022 y el lanzamiento del PIE III (dólar soja). Aún en este escenario se vuelve muy complejo cumplir con la meta acordada con el FMI para el primer trimestre”, dijeron.
De acuerdo a estimaciones de IEB, las reservas netas se ubican hoy en niveles de US$4.986 millones, lejos de los US$7.825 millones que debería acumular para el cierre de primer trimestre del año para cumplir con la meta acordada con el FMI. En Aurum Valores, en tanto, estimaron que el nivel de reservas netas se ubicaba, al 15 de febrero, en US$3.796 millones, muy por debajo de los US$7.687 millones de fines de diciembre, cuando terminó el dólar soja 2.
“Vemos un escenario en el que será más que necesaria la implementación de un REPO para poder sumar reservas y un “Dólar Soja” (PIE III) - aunque es poco probable que el mismo traccione un volúmen interesante de liquidaciones antes de fin de marzo, cuando comience la cosecha gruesa”, dijeron en IEB. “Aun materializándose dicho escenario, será casi inevitable negociar un waiver con el FMI por las metas de reservas del primer trimestre de 2023″, agregaron.