Bloomberg — En un momento en que la política monetaria brasileña se encuentra en el punto de mira del presidente Lula, Roberto Campos Neto actuó como solía hacer como operador y tomó un riesgo calculado.
En una inusual intervención en televisión de 2 horas, Campos Neto, con 53 años de edad, contestó a una batería de duras preguntas de 6 periodistas y manejó la difícil situación con mucha diplomacia. Manifestó su voluntad de tener buenas comunicaciones con los responsables económicos del gobierno, a la vez que se resistía a hacer concesiones en dos de sus principales exigencias: la rebaja de los tipos de interés y el incremento del objetivo inflacionario. A juzgar por la reacción favorable de los mercados al día siguiente, la apuesta le salió bien.
La maniobra podría deteriorar aún más sus relaciones gubernamentales. Campos Neto ha sido el único directivo económico brasileño designado por el anterior presidente, Jair Bolsonaro. Desde que asumió Lula da Silva el pasado mes, el banco ha sido continuamente criticado por el presidente y sus partidarios, que ven en la restrictiva política monetaria un obstáculo para el crecimiento de la economía.
El presidente de Banco Central de Brasil (BCB) aseguró que continuará en el cargo hasta el final de su mandato, que concluye en diciembre del próximo año . En los próximos meses, su interacción con los colaboradores económicos del presidente Lula será fundamental para alcanzar la estabilización de la economía.
Después de la aparición televisiva de Campos Neto, Lula pareció atenuar sus críticas al banco, en una posible señal de descongelación de las relaciones.
“El presidente de la república no debería estar peleando con el presidente del banco central”, dijo, hablando con CNN Brasil en una entrevista transmitida el jueves.
Apuestas audaces
La posición de cuatro años de Campos Neto en el banco central se ha caracterizado por apuestas audaces, que se remontan a su época como jefe de la mesa de operaciones de la unidad brasileña de Banco Santander SA.
A principios de 2021, supervisó una de las series de aumentos de tasas de interés más tempranas y agresivas del mundo, incluso cuando la economía no se había recuperado por completo de la pandemia. Tuvieron sus frutos: la inflación ha bajado más de seis puntos porcentuales desde su punto máximo el año pasado.
Bajo Campos Neto, el banco central de Brasil ha estado entre los más agresivos del mundo. La tasa de interés de política ahora se ubica en 13,75%, mientras que la inflación es de 5,8% y está cayendo. Sin embargo, una gran parte de la caída se debió a reducciones en los impuestos sobre las ventas.
Se pronostica que esta política monetaria estricta provocará una fuerte desaceleración este año, acabando con las esperanzas del auge que prometió Lula durante su campaña. Se prevé que la economía crezca un 0,76% este año, frente al 3% estimado en 2022. En su aparición televisiva, Campos Neto defendió las acciones del banco argumentando que controlar la inflación mejora el bienestar de los brasileños más pobres.
“Bastión de la Estabilidad”
Para los inversionistas, el economista educado en California se ha convertido en un símbolo de la libertad del banco central, del control político. Su abuelo ayudó a fundar el banco central y ayudó a convertir su autonomía en ley en 2021.
Poco después de asumir el cargo, Lula comenzó a criticar al banco, calificó sus políticas como “una vergüenza” y cuestionó si la nueva autonomía de la institución es de interés nacional. Dichos comentarios están asustando a los inversionistas que ven al banco como el principal garante de una sólida política macroeconómica de Brasil y un baluarte contra el tipo de volatilidad que se observa en algunos otros mercados emergentes.
“El único bastión de estabilidad en Brasil es Campos Neto”, dijo Hari Hariharan, presidente de la firma de asesoría de inversiones NWI Management en Nueva York.
En el distrito financiero de Sao Paulo, nueve administradores de activos, economistas y banqueros que hablaron con Bloomberg News dijeron que el prestigio del jefe del banco central solo había aumentado desde su aparición en televisión.
Las reacciones entre el campo de Lula fueron más variadas. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, recibió con agrado los elogios de Campos Neto a los esfuerzos del gobierno para reducir el déficit fiscal. Pero Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores de Lula, acudió a Twitter para decir que hay una desconexión entre la política monetaria y la “realidad brasileña”.
Un portavoz del banco central se negó a comentar.
Presión política
Controlar la inflación era una cosa, pero navegar por las corrientes políticas de Brasil puede convertirse en un desafío aún mayor.
Muchos en el partido de Lula comenzaron a sospechar de Campos Neto el año pasado, cuando fue visto emitiendo su voto en las elecciones presidenciales vistiendo la camiseta de fútbol de la selección nacional, una práctica asociada con los partidarios de Bolsonaro. Algunos cuestionaron si esto era consistente con la autonomía del banco, alegando que era un aliado del expresidente.
Respondió citando su decisión de aumentar las tasas de interés el año pasado, lo que no habría complacido a la campaña de Bolsonaro, diciendo que el mandato de inflación del banco siempre fue primordial.
El Partido de los Trabajadores planea solicitar la comparecencia de Campos Neto en el Congreso, donde puede ser interrogado por los legisladores sobre la política monetaria. Algunos de sus miembros piden su dimisión.
Lula podría intentar despedir al jefe de su banco central, aunque necesitaría el respaldo de los senadores, y la mayoría de los analistas creen que no estaría dispuesto a correr el riesgo de la turbulencia en el mercado que tal movimiento probablemente causaría. Los líderes del Congreso también han dicho que no tienen planes de reducir la autonomía del banco central.
Una mejor relación con el banco central podría adelantar el día en que Lula obtenga los recortes de tasas de interés que quiere, dijo Adriana Dupita, economista para América Latina de Bloomberg Economics.
“Cuanto menos ruido haya en torno a su relación con el banco central, menor será la presión sobre los precios de los activos y las expectativas, y antes el banco central podrá recortar las tasas, que es el objetivo final de las críticas de Lula”, dijo Dupita.
Con la asistencia de Daniel Carvalho y Marta Beck.
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