Bloomberg — Corría el año 2008, poco antes de la crisis financiera global. En las oficinas de JPMorgan Chase & Co. (JPM), un empleado se mostraba confiado sobre la posibilidad de que el banco dejara ir a un cliente rico cuyo nombre tenía connotaciones cada vez más negativas: Jeffrey Epstein.
“Contaría los bienes de Epstein como una posible salida en 2008″, escribió el empleado en un correo interno relacionado al portafolio de Epstein, de unos US$120 millones. El correo llegó semanas después de que Epstein se declarara culpable de solicitar la prostitución de una menor. “No imagino como podrían quedarse (pendiente de revisión de Dimon)”, agrega el correo, en referencia al CEO del banco, Jamie. Epstein continuó como cliente del banco durante 5 años más.
El correo es el más reciente giro de las demandas que buscan que el banco rinda cuentas por gestionar durante años el dinero de Epstein antes y después de que se le presentaran cargos por primera vez y, al hacerlo, facilitar el tráfico de mujeres jóvenes.
No queda claro en los documentos judiciales por qué el empleado, que no se identifica, pensó que el CEO del banco y el presidente se involucrarían en la decisión de seguir o no gestionando el portafolio de Epstein. Trish Wexler, portavoz de JPMorgan, dijo que la empresa “no ha visto ninguna prueba de tal revisión”.
El demandante - las Islas Vírgenes de EE.UU. - escribió en una presentación miércoles que el correo electrónico muestra la relación de la empresa con Epstein “fue revisada y aprobada al más alto nivel”.
El banco está luchando contra la demanda de las Islas Vírgenes, que calificó de “clase magistral en la desviación”, y otro presentado por las víctimas de Epstein, pidiendo a los jueces desestimar ambos casos.
La aparición del correo electrónico esta semana pone de relieve una vez más cómo los tratos de JPMorgan con Epstein, que murió por aparente suicidio en 2019, siguen persiguiendo al banco con sede en Nueva York aproximadamente una década después de que finalmente rompiera los lazos.
Epstein llegó a un controvertido acuerdo de culpabilidad a mediados de 2008, según el cual aún podía trabajar desde una oficina de Florida durante el día mientras cumplía una condena de 13 meses. JPMorgan le mantuvo como cliente después de esa condena.
La relación de Epstein con el ex ejecutivo de JPMorgan Jes Staley es fundamental para las demandas. Staley dirigió el banco privado de JPMorgan y luego sus operaciones de gestión de activos, tiempo durante el cual se alega que continuó manejando personalmente la relación del banco con Epstein. Staley dejó el banco en enero de 2013. Seis meses después, JPMorgan dio de baja a Epstein como cliente.
Tras la detención de Epstein en 2019 por cargos de tráfico sexual cargos, la firma ha estado enfrentando preguntas sobre por qué siguió proporcionando servicios financieros después de su declaración de culpabilidad inicial y a qué información tuvieron acceso la empresa y sus ejecutivos a lo largo de los años.
Staley se convirtió en CEO de Barclays Plc (BCS) en 2015. Dejó el cargo en 2021 tras una investigación de la Autoridad de Conducta Financiera británica sobre sus vínculos con Epstein. Staley sigue impugnando las conclusiones de la FCA.
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