Ciudad de Panamá — Las autoridades panameñas informaron que en el bus 5B-54, accidentado en el sector de Gualaca, provincia de Chiriquí, la madrugada de este miércoles viajaban 22 personas migrantes naturales de Ecuador, 16 de Haití, 11 de Venezuela, seis de Brasil, cinco de Colombia dos de Camerún y Cuba, uno de Nigeria y Eritrea.
Este martes la cifra de fallecidos se elevó a 41 y el total de migrantes que transitaba desde la provincia de Darién, en la frontera de Panamá con Colombia, hacia Chiriquí, provincia limítrofe con Costa Rica, sumaba 42 hombres, 24 mujeres y 20 menores de edad, entre ellos 12 niños y ocho niñas.
Debido a la condición en la que quedaron los cuerpos no ha sido posible identificar a todos los fallecidos, labor que según las autoridades durará unos meses, ni tampoco a los ocho sobrevivientes, porque siguen inconscientes en los hospitales y sus documentos de identidad personal quedaron dispersos en el lugar del accidente.
Además de los pasajeros, en el autobús viajaban dos panameños: el conductor que falleció en el lugar y su ayudante, que se encuentra herido.
El bus accidentado, que era parte de una caravana de otros cinco autobuses, perdió el control en Los Planes de Gualaca, cuando venía de la provincia de Darién, en la frontera de Panamá con Colombia, a dejar a los migrantes a una estación temporal en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, desde donde siguen su periplo para llegar a Estados Unidos.
“El gobierno nacional mantiene su labor de atención humanitaria para que los migrantes irregulares que cruzan el territorio panameño hacia Norteamérica reciban el tratamiento digno y la ayuda necesaria en las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria ubicadas en las provincias de Chiriquí y Darién”, indica un comunicado oficial.
Ante la tragedia, el Papa Francisco lamentó el hecho, uniéndose al dolor de los familiares de los difuntos y pidió por la pronta recuperación de los lesionados.
El hecho ha traído al tapete el papel de Panamá como país de tránsito, y sus medidas para garantizar los derechos humanos de los migrantes.
El director adjunto para las Américas de Human Rights Watch, Juan Pappier, lamentó las muertes de los migrantes, aunque dijo no estar sorprendido.
“Lamentablemente, estas muertes de migrantes en Panamá no sorprenden. Cuando visité la zona, pudimos verificar que los buses llevan a más personas de las permitidas y viajan largas horas, sin descanso. Ya ha habido accidentes similares, con varios heridos”, expresó Pappier en un trino.
Por otro lado, el hecho también ha puesto le foco en el papel de Panamá, como país de tránsito, en garantizar los derechos humanos de los migrantes.
El director adjunto para las Américas de Human Rights Watch, Juan Pappier lamentó las muertes de los migrantes pero dijo no estar sorprendido.
“Lamentablemente, estas muertes de migrantes en Panamá no sorprenden. Cuando visité la zona, pudimos verificar que los buses llevan a más personas de las permitidas y viajan largas horas sin descanso. Ya ha habido accidentes similares, con varios heridos”, expresó Pappier en un trino.