El pasado 3 de febrero descarriló en la frontera entre Ohio y Pensilvania un tren que transportaba una gama más amplia de productos químicos tóxicos de lo que se había detallado públicamente en un principio, según afirmó la Agencia de Protección Ambiental (EPA). También es cierto que la agencia afirmó que no está detectando ningún nivel peligroso de toxinas en la zona.
Por otro lado, funcionarios estatales de especializados en medioambiente y salud aseguraron que la calidad del aire sigue siendo segura.
Aún así, algunos vecinos de la zona duda acerca de si es seguro regresar a la zona del desastre o no. A quienes están en el lugar, las autoridades les recomendaron beber agua embotellada.
Qué fue lo que sucedió
Cerca de las 21 horas del 3 de febrero, el mencionado tren se se salió del carril a la altura de East Palestine, un pueblo de 4.700 habitantes situado en Ohio a unos 80 kilómetros al noroeste de Pittsburgh, Pensilvania. De los 150 vagones que llevaba el tren, unos 50 se salieron de las vías en su ruta de Madison, Hasta el momento, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos sigue investigando la causa del siniestro.
Según reportó New York Times, el operado por Norfolk Southern, transportaba productos químicos y materiales combustibles, pero es el cloruro de vinilo, un gas tóxico inflamable, el que más preocupa a los investigadores.
El descarrilamiento provocó un gran incendio que envió una densa humareda al cielo y a la ciudad. Se ordenó la evacuación de los residentes a ambos lados de la frontera entre Ohio y Pensilvania, mientras el gobernador de Ohio, Mike DeWine, encendió las alarmas sobre una posible explosión.
El 12 de febrero, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA, por su sigla en inglés) indicó que no había detectado contaminantes a “niveles preocupantes” en East Palestine y sus alrededores, pero aún así, los residentes seguir percibiendo olores.
En colaboración con Norfolk Southern y la Agencia de Gestión de Emergencias del condado de Columbiana, la EPA había analizado el aire de unas 290 viviendas hasta el 13 de febrero, y afirmó no haber detectado cloruro de vinilo ni cloruro de hidrógeno, que podrían causar problemas respiratorios potencialmente mortales, añadió New York Times.
Muerte de peces
El vertido del tren causó la muerte de 3.500 peces, según el Departamento de Recursos Naturales de Ohio. Según las autoridades, no se vio afectado el ganado. Sin embargo, circularon informes en las redes sociales sobre pollos y animales domésticos muertos. No hubo víctimas ni heridos inmediatos.