Santiago — El centro sur de Chile continúa atrapado en una oleada de incendios que se desencadenó en las últimas semanas y ya consumió 432.541 hectáreas, dejando daños en los campos. “En las regiones de Ñuble y Biobío y la provincia de Malleco (Araucanía), particularmente, hay un daño a la producción interna del trigo no cosechado y, sobre todo, a los productores de berries”, dijo Esteban Valenzuela Van Treek, ministro de Agricultura, en una entrevista con Bloomberg Línea.
Los arándanos, frambuesas y frutillas son productos de importancia para la venta en el exterior. “Eso ha tenido afectación, y se está trabajando en un catastro”, detalló en conversación telefónica. El ministro de Agricultura estima, sin embargo, que las exportaciones chilenas no sufrirán un impacto “relevante”, aunque reconoce afectaciones “significativas” en el sector por los incendios.
Según un informe parcial de la situación silvoagropecuaria entregado por la cartera presidida por Valenzuela, hasta el sábado 11 de febrero había 1.627 hectáreas de cultivos quemados, más de 4.600 animales muertos, casi 10.000 colmenas afectadas, entre otros daños, en el contexto de la emergencia.
“Las grandes zonas productoras de frutas, sobre todo de uva de exportación, han estado más tranquilas: Atacama y Coquimbo”, dijo la autoridad.
En las regiones de O’Higgins y Maule, donde se registraron algunos incendios, ya concretaron las cosechas de cerezas, una de las principales frutas de exportación y usualmente destinadas al mercado asiático.
La evolución de la emergencia
Pese a todo, las condiciones parecen dar una tregua en los últimos días. Hubo una baja en las temperaturas, mientras que el refuerzo de grupos rescatistas y del equipamiento contraincendios logró un mayor despliegue territorial. “Estamos en una mejor situación en comparación con la semana anterior”, resalta el ministro de Agricultura, quien fue el primer miembro del gabinete del presidente Gabriel Boric en llegar a las zonas afectadas por el fuego.
Aunque el Gobierno advierte que la emergencia todavía no termina, los incendios en combate registrados diariamente disminuyeron desde 84 reportados hace una semana hasta 60 informados ayer.
Designado por el mandatario chileno como el enlace gubernamental para enfrentar los incendios en Ñuble, Valenzuela ha sido uno de los ministros clave en asistir a las víctimas de los siniestros, que ya ascienden a 6.885 damnificados y cientos de agricultores afectados. Los agricultores mayormente perjudicados por los incendios son mujeres con pocos recursos económicos, según información preliminar del Ministerio de Agricultura.
El ritmo de recuperación dependerá del nivel de daño. El secretario de Estado indica que existen casos extremos, entre ellos destacan las pérdidas de bodegas y de viñas. “Cuando uno replanta una viña se demora seis años en estar productiva”, explicó.
De ahí que las autoridades están combinando ayuda directa del Estado y un crédito blando de mediano o largo plazo con productores con capacidad productiva y de comercialización. “Ese es el enfoque que tendremos en cuanto a la reconstrucción”.
El factor humano detrás de los incendios
Hasta ahora hay 31 detenidos por su presunta responsabilidad en el inicio de los focos de fuego. “En Chile, como en todo el mundo, un 99% de los incendios son provocados por el hombre”, dice Valenzuela. La cifra se divide entre aquellos provocados con intencionalidad y otros por negligencias.
El consenso en esta visión es generalizado. Una encuesta de Cadem, publicada el pasado domingo, indicó que un 94% de los consultados cree que los incendios son provocados y un 63% que detrás de estos hay grupos terroristas.
Consultado respecto del resultado de este sondeo, el secretario de Estado dice que no se descarta “ultras de cualquier parte, incluso posiblemente personas de “ultraderecha”, aunque recalca que la policía se encargará de “determinar la veracidad o no” de esa presumible participación.
Por otro lado, Valenzuela dice que, efectivamente, en la zona de Collipulli y Ercilla, en la Araucanía, “sistemáticamente” existen grupos con miembros de la etnia mapuches responsabilizados de incendios en la última década.
“No se puede hablar en general de todos los mapuches, sino que ha habido una reacción simplemente irracional de usar el fuego como arma de boicot. No sé cómo lo llamarán, de un terrorismo ambiental brutal y también en contra de las personas; y así se va afectando a los bosques nativos y a la agricultura campesina. Pero salvo eso, que ya es histórico; todo está en investigación”, señala.
¿Una regulación distinta para la industria forestal?
La semana pasada el presidente Boric dijo, en una visita a la comuna de Quillón en Ñuble, que planteó a algunos parlamentarios que debían “tener una discusión de más largo plazo con el tema de la industria forestal, una regulación distinta”. Pero gremios empresariales consideraron que no sería el momento oportuno para esta discusión.
Valenzuela piensa que se debe avanzar hacia un pacto con la industria forestal donde existan incentivos tributarios. Se refiere a que en 2017, luego de los incendios, hubo un escenario similar. “Hubo mucho informe, pero se actuó poco. Nuestro Gobierno va a actuar, logrará llegar a acuerdos. Tendremos una estrategia más resiliente y eso va a permitir la seguridad tanto de las comunidades como también la certeza para la industria. Pero, a su vez, una consideración importante de la conservación de nuestra biodiversidad”, aseveró.