Bloomberg — El titular del banco central de Brasil, Roberto Campos Neto, se mostró dispuesto a colaborar con el gobierno de Lula da Silva en un intento de conciliar con el mandatario, que ha lanzado fuertes críticas a la entidad por sus altas tasas de interés.
“Comprendo que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está apurado”, dijo Campos Neto en una entrevista por televisión el lunes. “Es necesario que el banco central colabore con la administración y haré todo lo que podamos para acercarlo al gobierno”.
Campos Neto abogó por la independencia del banco y por las metas de inflación, establecidas en en 3,25% para este año y en el 3% para los dos años siguientes. Aumentar estos objetivos, según él, no contribuiría a reducir las tasas de interés y puede resultar perjudicial.
“Si modificamos la meta en un esfuerzo por lograr cierta flexibilidad, las consecuencias prácticas de ello sería que la perderíamos”, aseguró durante la entrevista, que se extendió durante dos horas.
La inusual participación de Campos Neto en uno de los programas de entrevistas más tradicionales de Brasil se produjo en medio de pedidos de su renuncia por parte de miembros del Partido de los Trabajadores de Lula, quienes alegaron que es un aliado del expresidente Jair Bolsonaro que trabaja en contra del gobierno actual.
El jefe del banco central rechazó las acusaciones y negó que usar la camiseta nacional asociada con los partidarios de Bolsonaro mientras emitía su voto en las elecciones del año pasado equivaliera a una campaña política. Agregó que hizo amistades con miembros de la administración anterior y espera hacer lo mismo con la actual.
“Está abierto al diálogo y entiende las propuestas de ajuste fiscal que ha hecho el gobierno, que son un camino para bajar las tasas de interés”, dijo Felipe Sichel, economista de Banco Modal. “La pregunta ahora es cómo responderá el Partido de los Trabajadores, si el gobierno ayudará a reducir el ruido o si seguirá dando razones para que aumenten las expectativas de inflación”.
Perspectivas de inflación
Los encargados de formular políticas, encabezados por Campos Neto, mantienen estables los costos de endeudamiento en 13,75%, ya que las expectativas de aumentos de los precios al consumidor siguen superando los objetivos durante todo 2025. La inflación anual se redujo a 5,77% en enero, aunque los costos de transporte y los precios de los alimentos están repuntando nuevamente. Las lecturas subyacentes, que eliminan los elementos más volátiles, también se han relajado, pero los banqueros centrales todavía las consideran “demasiado altas”.
Lula ha escalado sus críticas a Campos Neto, haciendo foco repetidamente en la política monetaria actual y la nueva autonomía del banco central durante su primer mes en el cargo. Llamó a la ley de 2021 que otorgó al banco central el poder de actuar de manera autónoma como “tonterías”, describió los niveles de las tasas de interés como una “vergüenza” y sugirió un objetivo más alto del 4,5% para reactivar la economía.
Las metas de inflación de Brasil las fija el consejo monetario nacional, en el que participan el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, la ministra de Planificación, Simone Tebet, y el propio Campos Neto. El consejo tradicionalmente establece y revisa los objetivos en junio, pero podría llevar la discusión a una fecha tan temprana como esta semana.
Campos Neto dijo estar de acuerdo con Haddad en la necesidad de coordinar adecuadamente las políticas monetaria y fiscal.
“Sin armonía, por un lado, estás estimulando la economía y por el otro estás frenando, y eso genera ineficiencias”, dijo.
Con la asistencia de Daniel Carvalho.