Buenos Aires — Durante la campaña presidencial de 2019, el hoy mandatario argentino Alberto Fernández había prometido financiar un aumento a los jubilados con el dinero que hasta ese momento se gastaba en intereses de Leliq. Más allá de la inconsistencia de aquella consigna, lo cierto es que, en efecto, sucedió todo lo contrario: en los últimos cinco años los jubilados y pensionados de ANSES fueron la principal variable de ajuste del gasto público.
Como contracara, las partidas que más aumentaron fueron las destinadas a subsidios a la energía y a programas sociales. Lo referente a los subsidios energéticos es un camino que el Gobierno comenzó a desandar a fines de año pasado, pero nada parece indicar que los jubilados vayan a recuperar todo lo perdido.
El dinero destinado a jubilaciones y pensiones contributivas representó un 38,37% del gasto público en 2017, mientras que en 2022 fue un 33,86% del gasto
IARAF
El recorte en jubilaciones y pensiones de ANSES
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destaca que el nivel de gasto público actual es prácticamente el mismo desde el año 2020 y menor que el de 2017. En términos simples, significa que, si se toma al gasto como una torta, si esta pesaba 100 kilogramos en el 2017, pesó 93,5 kilogramos en el 2022.
Ahora bien, ese recorte no ha sido para nada heterogéneo. Comparando 2022 versus 2017, a precios constantes de 2022 IARAF observa que:
- Jubilaciones y pensiones contributivas fue el gasto que más disminuyó ($1.609.000 millones), seguido por los salarios ($702.000 millones) y las transferencias totales a provincias ($554.000 millones).
- Los gastos que más aumentaron fueron: programas sociales ($1.555.000 millones), subsidios a la energía ($1.033.000 millones) e inversión real directa ($113.500 millones).
Si se toma en cuenta solamente el Gobierno de Alberto Fernández, es decir, si se compara 2022 con 2019, se observa lo siguiente:
- Las partidas para jubilados disminuyeron en $554.023 millones
- El dinero destinado a subsidios a la energía aumentó $1.230.472 millones.
- Las partidas para programas sociales tuvieron un aumento de $1.313.299 millones.
Cabe señalar que el rubro “programas sociales” comprende los siguientes programas: Potenciar trabajo, Progresar, SUMAR, primera infancia, Tarjeta Alimentar, asistencia a comedores escolares, Comisión nacional del microcrédito, Jóvenes con más y mejor trabajo, Programa de inserción laboral, Recuperación productiva, programas nacionales de empleo, entre otros
Cambio en la estructura del gasto
Al comparar cuánto representan sobre el total de las erogaciones del Estado los mencionados ítems, podemos ver que en 2017 los programas sociales equivalían al 1,62% del gasto, mientras que en 2022 significaron un 8,66%. Asimismo, los subsidios a la energía eran un 5,12% del gasto en 2017 y pasaron a representar un 10,08% en 2022.
Como contracara, el dinero destinado a jubilaciones pensiones y contributivas representó un 38,37% del gasto público en 2017, mientras que en 2022 fue un 33,86% del gasto.
Situación crítica para jubilados y pensionados de ANSES
“Resulta crítico que el sector pasivo sea al que más se le ajustó el gasto”, destaca el informe de IARAF. El documento sostiene que este menor gasto es consecuencia de la pérdida real de las jubilaciones luego del salto inflacionario del año 2018.
“Y más crítico aún, es que todos los años se les redujo el gasto. En 6 años, el ahorro del gasto en jubilaciones asciende a 114 millones de jubilaciones mínimas”, resume IARAF.
Por otro lado, los autores del informe aclaran que, de los tres gastos que subieron, el de programas sociales es el que no se puede recortar, “mientras no se tenga un esquema claro y sostenible de sustitución por trabajo formal y mientras los índices de pobreza no bajen”.
Por último, IARAF proyecta: “Los subsidios a la energía aparecen como los candidatos a una posible reducción, pero también es necesario un programa consistente de implementación. Si en un caso extremo, los subsidios a la energía bajaran al mismo nivel que en el 2017, se liberaría un billón de pesos. Con esta liberación de recursos, de escasa probabilidad de ocurrencia, no alcanzaría siquiera para financiar lo que jubilados y pensionados perdieron en el año 2022 respecto al año 2017, es decir $1,6 billones”.