Bloomberg — Rusia dijo que recortará su producción petrolera en medio millón de barriles diarios a partir de marzo, cumpliendo una amenaza de responder ante las sanciones de países occidentales.
Los precios del crudo se dispararon tras la noticia: el Borró pérdidas anteriores para subir más de 2% y ubicarse por encima de los US$86,50 en el mediodía de Londres. Hasta esta semana, la referencia internacional había caído un 9% desde mediados de enero, ayudando a aplacar tensiones inflacionarias.
La reducción, que equivale a un 5% de la producción de enero, había sido insinuada repetidamente por el Kremlin desde que la UE y el G-7 comenzaron a discutir un tope de precios a las exportaciones rusas.
“Rusia considera que el mecanismo de limitación de precios del petróleo y los productos petrolíferos rusos es una intervención en las relaciones de mercado y una prolongación de las políticas energéticas destructivas del Occidente colectivo”, declaró el viernes el Viceprimer Ministro Alexander Novak en un comunicado. Su servicio de prensa confirmó que la producción de crudo se verá afectada por los recortes.
La medida de Moscú profundiza los recortes de suministro de 2 millones de barriles diarios anunciados a finales del año pasado por la OPEP+, que Rusia lidera junto con Arabia Saudí. En una reunión del comité celebrada a principios de mes, los ministros del grupo no vieron necesidad de modificar su límite de producción, que dura hasta finales de 2023.
Desde la imposición de las prohibiciones de importación de la UE y el tope de precios, “la mayoría de los observadores esperaban alguna pérdida de producción, y Moscú puede estar intentando presentar un recorte obligatorio como una opción política voluntaria”, dijo Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Group y ex funcionario de la Casa Blanca. “Dudo que a los socios de Rusia en la OPEP+ les haya pillado por sorpresa y no espero que la reducción de la oferta altere su postura política de ‘mantenerse quietos’”.
A corto plazo no hay nadie que llene el vacío de suministro creado por los recortes rusos, dijo Giovanni Staunovo, analista de UBS Group AG.
“La OPEP+ podría aumentar la cuota de su grupo o deshacer sus recortes a finales de año”, dijo. “Por el momento, no hay presión para cambiar nada en materia de producción”.
Por ahora, Rusia puede vender sus volúmenes de petróleo a los mercados extranjeros, pero no quiere adherirse a las restricciones de precios impuestas por las naciones occidentales, dijo Novak. “A la hora de tomar nuevas decisiones, actuaremos en función de cómo evolucione la situación del mercado”, dijo.
Los ingresos petroleros de Moscú se han resentido en los últimos meses. La caída de unos US$40 por barril del crudo Brent desde junio ha sido el principal factor. El descuento al que cotiza el crudo de los Urales -principal producto de exportación ruso- con respecto a la referencia internacional también ha aumentado, ya que la prohibición de importación impuesta por la UE y el tope de precios del G-7 han obligado al país a buscar nuevos mercados y métodos alternativos de transporte.
Aun así, la producción rusa se ha mostrado sorprendentemente resistente. Desde que tocó un mínimo tras la invasión de 10,05 millones de barriles al día en abril, repuntó hasta alrededor de 10,9 millones de barriles al día a finales de 2022. En enero se mantuvo cerca de ese nivel, a pesar de que la Unión Europea prohibió la mayoría de las importaciones marítimas de crudo del país el 5 de diciembre.
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