Santiago — Los incendios forestales suman casi 367 mil hectáreas consumidas en el centro-sur en Chile. Imágenes compartidas por la Nasa, en su cuenta social de Twitter, muestran la devastación producida por las llamas hace una semana. Como consecuencia una nube densa de humo ya se expande por Santiago y regiones aledañas a las zonas con focos activos.
Hasta ahora son incuantificables los daños provocados por los siniestros, al igual que los gastos generados por el Gobierno y el sector empresarial para sofocar los incendios. Las grandes empresas con operaciones entre las áreas afectadas no se atreven a realizar un cálculo del impacto en sus estados financieros hasta no superar la emergencia.
La chilena Celulosa Arauco dijo que, aproximadamente, 40.000 hectáreas de sus plantaciones forestales productivas están potencialmente afectadas, mientras que CMPC reportó 10.000 hectáreas de su propiedad arrasadas por el fuego.
Ninguna de las dos compañías ofrece, de momento, una estimación de los efectos que los incendios podrían producir en sus resultados financieros, aunque Arauco indica que sus plantaciones afectadas están aseguradas.
Su vicepresidente ejecutivo, Matías Domeyko Cassel, informó en un hecho esencial esta semana a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que la “experiencia indica que solo un porcentaje de las plantaciones tendrá un grado de afectación significativo, lo cual sólo se podrá determinar una vez que las condiciones permitan evaluar el daño sufrido, lo que dependerá de la edad de las plantaciones, la intensidad del fuego en las distintas áreas y cuáles fueron efectivamente alcanzadas”.
Para el biólogo Andrés Fuentes, profesor asociado del departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de la Frontera (UFRO), las posibles consecuencias sobre los suelos dependerán de una serie de factores. Cuando los incendios forestales devastan abundante vegetación y tienen una duración significativa de combustión, lo primero que el suelo comienza a perder es la materia orgánica, “importante para su fertilidad”, indica el experto.
“Esto no se vuelve a recuperar o toma mucho tiempo en recuperarse, provocando que se baje la calidad de los suelos y pérdida de nutrientes”, agrega Fuentes. Pero reitera que, no obstante, ello dependerá del grado de severidad de los incendios.
Cultivos afectados
El mayor daño se concentra en la “masa forestal” y muchas hectáreas de los bosques quemados corresponden a medianos y pequeños agricultores, explicó José Miguel Stegmeier, director de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío (Socabío). “Normalmente esos bosques no están con seguros, así que la pérdida es total”, agregó.
En la SNA aún no tienen un balance de las pérdidas de los agricultores, aunque asegura que fundamentalmente han perdido sus viviendas, galpones, construcciones de los predios, algunos cultivos y animales. Pero el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) registraba recientemente unos 6.500 productores afectados por los incendios, localizándose la mayoría en las regiones de Biobío (2.500), la Araucanía (2.000) y Ñuble (1.500).
De hecho, la Federación de Frutas (Fedefrutas) dijo, en un comunicado, que algunos productores de cerezas y limones han perdido sus predios y “todo su trabajo de años”, mientras que aquellos con cultivos de arándanos están perdiendo cientos de toneladas de frutas fresca para su venta.
Dentro de las zonas afectadas también hay plantaciones de cereales como trigo, avena, cebada, canola, y otros. Además, sobre todo en las localidades centrales, se siembra maíz y arroz, al igual que otros cultivos de menor escala como hortalizas.
Medidas de seguridad
Ayer se registraron las temperaturas más elevadas de la ola de calor que se experimenta desde hace unos días en Chile, superándose uno de los días más complejos para combatir los incendios pronosticados por las autoridades.
Fuentes explica que, si bien es cierto que existe una crisis climática global, el factor humano en el origen y propagación de las llamas es clave. Hay, al menos, 25 personas detenidas en distintos puntos del país por presuntamente involucradas en iniciar focos de incendios.
Con el fin de evitar incendios intencionales, el Ejecutivo está solicitando un permiso especial a las personas que quieran comprar gasolina en bidones.
Hace unos días que el Gobierno de Gabriel Boric decretó Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en Biobío, Ñuble y la Araucanía; pero también implementó toque de queda en algunas de sus localidades más perjudicadas. Según el presidente chileno, esta medida garantizará la seguridad de las personas afectadas por la emergencia.