Café de Colombia arranca 2023 con un desplome del 19% de las exportaciones

Del lado de la producción de café se tiene que esta llegó a 868.000 sacos en enero, manteniéndose establece frente a las cifras registradas el año pasado

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Bogotá — El café colombiano comenzó el 2023 con múltiples desafíos derivados de las condiciones climáticas adversas por cuenta de los efectos del fenómeno La Niña, que ha sigue impactando en la producción.

“Aunque las condiciones meteorológicas debidas al prolongado fenómeno de La Niña han comenzado a mejorar, han impactado la producción a lo largo del período de floración y formación de frutos”, informó la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).

De acuerdo a las cifras de la agremiación, en enero las exportaciones alcanzaron los 835.000 sacos de 60 kg, un 19% menos frente a los más de 1 millón de sacos exportados en el mismo mes de 2022.

En los últimos 12 meses (febrero 2022-enero 2023), las exportaciones totalizan 11,2 millones de sacos de 60 kg de café verde, lo que representó una caída del 10% frente a un año antes.

Ya en el año cafetero (octubre 2022-enero 2023) las exportaciones alcanzaron los 3,7 millones de sacos, 15% menos frente a los 4,3 millones puestos en el exterior en igual lapso anterior.

Del lado de la producción se tiene que esta llegó a los 868.000 sacos en enero, manteniéndose establece frente a las cifras registradas el año pasado.

Según la FNC, en los últimos 12 meses la producción rozó los 11,1 millones de sacos, 10% menos frente a los casi 12,4 millones de sacos cosechados un año atrás.

En el año cafetero la producción se ubicó en 3,8 millones de sacos, 14% menos frente a los casi 4,4 millones logrados en igual lapso anterior.

Consultado por Bloomberg Línea, el gerente de Investigaciones de Agroindustria en Bancolombia, Jhon Fredy Escobar, y su equipo, compartieron los que consideran que serán los cinco principales desafíos de los cafeteros este año.

· Recuperar los niveles de producción. Colombia en 2019 llegó a los 14,8 millones de sacos producidos, y de ahí en adelante en 2020, 2021 y 2022, solo logró el 90%, 85% y 75% de ese nivel de cosecha, respectivamente. Por supuesto, en esto entran variables complejas de controlar como el clima.

· Recuperar y mantener el ritmo de renovación de los cafetales. Mantener un parque cafetero joven es clave para aumentar la productividad en campo, que en últimas es la variable más relevante en la rentabilidad de cualquier actividad agrícola. El reto está en que el ritmo de renovación del cultivo se ha desacelerado, y es complejo que el caficultor tome esa decisión en un momento en el que los precios, aunque han corregido a la baja, siguen muy por encima de los niveles de 2018 y 2019. Para el caficultor, renovar su cultivo, es dejar de recibir los ingresos del cafetal mientras tiene un nuevo activo biológico produciendo.

· Mantener la salud del cultivo. Después de 3 años de lluvias es probable que haya, en cualquier cultivo, una mayor aparición de algunas enfermedades relacionadas con exceso de humedad. Así las cosas, la vigilancia sobre este tema es muy relevante y es necesario aprovechar el nivel de precios para invertir en la vigilancia y control de plagas.

· Recuperar la confianza entre actores y fortalecer las cooperativas de caficultores. De acuerdo al análisis de la división de Investigaciones de Agroindustria en Bancolombia, varias noticias durante 2021 y 2022 hicieron visible el incumplimiento en acuerdos futuros de entrega de café por parte de algunos caficultores, y las dificultades que eso generó en algunas cooperativas. Destaca que estas entidades son clave en el sector, dado que ayudan en el propósito institucional de que el caficultor encuentre siempre un lugar donde comercializar su cosecha. Este tipo de situaciones desafortunadas deterioran la confianza entre las partes, tema clave en cualquier cadena agroindustrial, mucho más si se trata de una industria exportadora.

· La exportación de productos de mayor nivel de transformación. Aunque se ha hablado mucho sobre este asunto, indican que es necesario reforzar la idea de que cada vez el país dependa menos de la exportación de café verde e incursione en derivados del grano con mayor determinación. Colombia, como tal, es una marca posicionada en este producto a nivel global, y hay que lograr sacarle mayor provecho en lo que en el mundo de la mercadotecnia se conoce como extensiones de marca, es decir, el uso de una marca ya posicionada para el lanzamiento y comercialización de nuevas categorías.

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