Bloomberg Línea — Moody’s ha mantenido la calificación crediticia de El Salvador y mejorado la perspectiva de negativa a estable, reflejo de lo que describió como un menor riesgo de un evento crediticio en el corto plazo luego del reciente reembolso del bono internacional de 2023.
La calificación ‘Caa3′ para El Salvador es una de las más bajas en su escala: necesidades de financiamiento persistentemente altas, falta de acceso a los mercados internacionales de capital, baja asequibilidad de la deuda y falta de un marco fiscal y financiero creíble a mediano plazo continuarán pesando sobre la solvencia, dijo la agencia.
La baja asequibilidad de la deuda sigue siendo un desafío crediticio clave que limita el progreso en la consolidación fiscal, dijo Moody’s, que ha sido la segunda agencia en reafirmar la nota en días recientes luego de que Fitch Ratings la mantuviera en CC.
Además, las autoridades gubernamentales no han esbozado un marco fiscal a mediano plazo con detalles sobre sus planes de financiamiento, lo que socava la previsibilidad de las políticas, así como la evaluación de Moody’s de las instituciones y la fortaleza de la gobernanza.
En los últimos años, el deterioro de la calidad de la formulación de políticas ha disminuido el nivel de previsibilidad de las políticas y ha socavado la confianza de los inversores, lo que ha llevado a la pérdida de acceso a los mercados internacionales, dijo la agencia calificadora.
Deuda externa de El Salvador
Tras el reembolso del bono internacional del soberano con vencimiento el 24 de enero de 2023, el calendario de pago del principal de El Salvador sobre la deuda del mercado externo ha mejorado hasta 2025, disminuyendo el riesgo de un evento crediticio en el corto plazo, señaló Moody’s.
Al respecto estima que los pagos de la deuda externa del gobierno para el resto de 2023 representarán el 1,7% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 2,3% del PIB en 2024. Ambos estarán cubiertos por nuevos desembolsos multilaterales, dijo la agencia.
Los desembolsos multilaterales a fines de 2022, antes del vencimiento de los bonos de 2023, ayudaron al gobierno a cumplir con el pago del principal. Antes de esto, el Estado realizó dos operaciones de recompra en septiembre y noviembre de 2022 que Moody’s consideró como incumplimiento, pero que redujo el principal pendiente de su próximo bono con vencimiento el 30 de enero de 2025 a US$ 348 millones (1% del PIB) desde los US$ 800 millones originales.
A pesar de la falta de acceso del Estado a los mercados internacionales de capital y las limitadas alternativas de financiamiento, el monto restante del capital del bono internacional de 2025 y los reembolsos a los acreedores oficiales siguen siendo manejables mientras los desembolsos multilaterales se mantengan en torno a los niveles programados.
La reducción de los déficits fiscales también ha ayudado a disminuir gradualmente las necesidades de financiamiento y a aliviar las tensiones de liquidez. Moody’s pronostica que el déficit del sector público no financiero de 2022 se redujo al 4% del PIB desde el 5,6% en 2021.
Moody’s estima que las necesidades de financiamiento para 2023, excluyendo el reciente reembolso del principal, serán del 14,8% del PIB y que, dado que no hay amortizaciones adeudadas en la deuda del mercado externo en 2024, las necesidades de financiamiento disminuirán al 13,9% del PIB, lo que permitirá un mayor alivio de liquidez.