Las generaciones X y Z en el trabajo: reglas, límites y coincidencias

Pese a que están separadas por al menos 16 años, ambas generaciones ahora le dan mayor importancia al equilibrio entre el trabajo y la vida personal

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Bloomberg Línea — La generación X (entre 1965 y 1981) y la generación Z (entre 1997 y 2012), comparten más características alrededor de su vida laboral que lo que muchos creen, pese a la diferencia de edad y a que algunos de la primera generación ya están llegando casi a la jubilación en algunos países de América Latina.

Diferentes estudios se han enfocado en preguntar sobre las normas ‘no escritas’ y las percepciones sobre sus labores a miembros de ambas generaciones, dando como resultado que coinciden en diferentes puntos como la flexibilidad, la ética de la empresa para la que trabajan y el equilibrio entre trabajo y vida personal, aunque la generación X es ahora la que ocupa mayores roles de liderazgo en las compañías.

Un nuevo estudio de ‘Tendencias Talento’, elaborado por LLYC en colaboración con DCH, señala que “la digitalización y aplicación de la tecnología a los procesos junto con la progresiva humanización del trabajo marcarán el mercado laboral en los próximos meses”, con comportamientos de la generación Z que han permeado a gran parte de las plantillas de las empresas imponiendo su cultura, condiciones y exigencias.

“2023 será un año en el que Recursos Humanos seguirá adaptándose a un momento diferente en la relación talento-empresa. El poder sigue en manos de los profesionales que cada vez son más exigentes. Ya no son las empresas las que eligen personas sino las personas las que eligen empresas. Son, por tanto, tiempos de innovación, de reformular lo que hacemos e incorporar nuevas capacidades a los equipos, similares a las del marketing, para poder abordar los desafíos que nos depara el futuro”, dijo María Obispo, directora de Talent Engagement de LLYC, en el informe.

Generaciones exigentes con sus empresas

Si bien la generación Z ha moldeado a las empresas al punto de ser ellos quienes eligen dónde trabajar, como lo precisó Obispo, la generación X también busca tener empatía con su lugar de trabajo. Un estudio de Zety, la web de asesoramiento profesional, demuestra que el 76% de la GenX afirmó que consideraría cambiar de empresa por un choque de valores en los problemas más relevantes de la sociedad.

El estudio de LLYC señala este sentimiento como el ‘Efecto ZETA’, en el que la GenZ tiene impuslsos y reivindicaciones que no solo hacen a los profesionales más exigentes con sus organizaciones en cuanto a ética y sostenibilidad, sino que han provocado un cambio en la relación con el empleo al demandar jornadas que permiten conciliar mejor la vida personal. La GenX valora, en un 28%, un equilibrio entre trabajo y vida privada.

Renuncias y rotación de ambas generaciones

Para la generación ‘más vieja’, la estabilidad en una empresa es clave y esta es una de las razones por las que el DDI Global Leadership Forecast (Pronóstico de liderazgo global de DDI), precisa que estas personas ocupan más del 50% de todos los roles de liderazgo y siguen ampliando su presencia como gerentes.

Sin embargo, también tienen límites frente a las empresas y rasgos puntuales por los cuales renunciarían a un trabajo, según Zety: tener que hacer horas extra con regularidad (26%); un entorno de trabajo tóxico (26%) (siendo 28% de mujeres frente a un 23% de hombres); y hacer un trabajo sin sentido (24%), en una encuesta a 862 representantes de la Generación X.

Entre tanto, el informe de ‘Tendencias de Talento’, explica que para la GenZ hay un fenómeno común, que se implantó con la llegada de la ‘renuncia silenciosa’ durante 2022: el aumento de la rotación no deseada, una tendencia que no pareciera decaer este año. vaya a ir a menos en 2023.

“Una mayor rotación puede ser, en primer lugar, una oportunidad de incorporar a las plantillas perfiles más senior. Por otro lado, convivir con la rotación requerirá reformular las políticas de movilidad interna dentro de las compañías. Al igual que a la movilidad interna, la rotación también afectará a los planes de carrera”, dice el estudio.

Transparencia, comunicación y código abierto: factores en común

El estudio de LLYC y DCH sugiere que ante la situación de volatilidad en la que están inmersas las empresas, los colaboradores se muestran cada vez más reticentes a los nuevos procesos, prácticas o actualizaciones de tecnología, especialmente en la generación Z, por lo que se debe pasar de un modelo piramidal a un modelo colaborativo a través de estrategias de cambio de código abierto.

“Las empresas tienen el desafío de adaptarse de forma constante y para poder hacer frente a todos los cambios es imprescindible contar con la complicidad, el conocimiento y la implicación de sus colaboradores a través de procesos colaborativos y participativos”, señalan.

Un efecto similar vive la generación X, en donde la ‘buena capacidad de comunicación y escucha’ (30%) y los ‘criterios transparentes de rendimiento y evaluación objetiva’ (15%), son exigencias relevantes hacia la empresa y sus líderes.

“Vivimos en la era de la transparencia. Las compañías se han vuelto más responsables ante sus principales stakeholders, lo que implica que los empleados están más y mejor informados sobre las empresas en las que deciden trabajar”, dice el informe de tendencias.

El lugar de trabajo es una disyuntiva entre las generaciones X y Z

La generación X prefiere, principalmente, un trabajo presencial (45%), trabajar en equipo (52%) y comunicarse en persona con los compañeros de trabajo (33%), por encima de otras opciones brindadas.

En especial, hay tres factores que más valoran los trabajadores de la generación X en su vida laboral y profesional: seguridad en el trabajo con un 35% (40% de mujeres frente a un 30% de hombres); equilibrio entre el trabajo y la vida privada con un 34%; e ingresos elevados con un 26%.

Mientras que para la generación Z, LLYC y DCH coinciden en que con la proliferación del teletrabajo y el modelo híbrido, el uso de la oficina ha cambiado, por lo que el análisis de datos en y sobre las oficinas ahora es fundamental para aprender a gestionarlas y hacer un mejor uso de los espacios.

“Cuestiones como el uso de las salas de reuniones, la utilidad de los espacios para encuentros informales pueden medirse de forma eficiente utilizando dispositivos de internet of things que almacenen datos y sirvan a los equipos a tomar mejores decisiones”, precisan.