Bloomberg — El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y miembros de su equipo económico se mostraron consternados por la dura declaración publicada por el banco central del país esta semana, dijeron tres personas con conocimiento del asunto, una señal de que las tensiones entre el banco central independiente y el presidente de izquierda están lejos de terminar.
El documento, publicado el miércoles para justificar la decisión del consejo del banco de mantener la tasa de interés clave en el 13,75%, no reflejaba el mensaje más suave que el jefe del banco central, Roberto Campos Neto, había transmitido en reuniones con representantes de los ministerios de Finanzas y Planificación, así como con miembros del equipo político de Lula, dijeron las personas, que pidieron el anonimato porque la discusión no es pública.
Aunque nadie esperaba que la autoridad monetaria bajara las tasas a estas alturas, los participantes en esas reuniones se quedaron con la impresión de que Campos Neto al menos reconocería los esfuerzos del equipo del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, por equilibrar el presupuesto de 2023 e introducir una regla fiscal nueva y creíble para los próximos años.
El consejo del banco central no sólo ignoró estos esfuerzos, sino que los responsables de formular las políticas también señalaron que las tasas de interés podrían tener que permanecer en el nivel actual durante más tiempo para garantizar que las expectativas de inflación vuelvan a los objetivos, fijados en el 3,25% para 2023 y el 3% para los próximos dos años.
El banco central declinó hacer comentarios. El Ministerio de Hacienda no respondió inmediatamente a una petición de comentarios.
Lula había empezado a quejarse del banco central hace dos semanas, calificando de “disparate” su recién aprobada ley de autonomía y diciendo que unos objetivos de inflación demasiado estrictos estaban “ahogando la economía”. Esas críticas se intensificaron el jueves, cuando dijo en una entrevista televisiva que Campos Neto tiene que explicar por qué mantiene los tipos de interés en el 13,75% cuando “no tenemos inflación de demanda.”
Lula también dijo que esperaría hasta el final del mandato de Campos Neto en 2024 para hacer una evaluación de la autonomía otorgada a la autoridad monetaria.
Aún así, no hay discusión en el equipo económico sobre cambiar la ley de autonomía del banco central, dijeron dos de las personas. Según uno de ellos, Lula está dejando claro que está muy molesto, pero no quiere dañar la credibilidad de la política económica de Brasil. Por el contrario, el presidente quiere enviar a Campos Neto un mensaje de que debe ser más un jugador de equipo, dijo la persona.
Con la asistencia de Maria Eloisa Capurro.
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