Buenos Aires — Tras las medidas implementadas por el Ministerio de Economía, Fitch Ratings consideró que los recientes canjes y recompras de deuda soberana de Argentina no representan un default, pero advirtió que las debilidades de las políticas continúan aumentando las vulnerabilidades económicas y socavando la capacidad de pago.
A su vez, evaluó que una sequía severa y elecciones inminentes agravarán estos desafíos en 2023.
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En enero, las autoridades argentinas comenzaron a recomprar títulos de deuda en moneda extranjera a través del mercado secundario. Desde julio de 2022 realizan canjes de títulos en pesos para extender vencimientos. Según los criterios de Fitch, un canje de deuda en dificultades (DDE) debe implicar una reducción material en los plazos y ser necesario para evitar un evento tradicional de incumplimiento de pago.
“Fitch no considera cumplida la segunda condición”, manifestó. “Sin embargo, la capacidad de pago soberana está bajo una presión cada vez mayor, como se refleja en la rebaja de Fitch de las calificaciones en moneda local y extranjera de Argentina a ‘CCC-’ en octubre de 2022″, aclaró.
El futuro de las reservas internacionales
Si bien la agencia destacó que las reservas internacionales netas aumentaron en US$ 6.000 millones en 2022, hasta alcanzar los US$ 8.600 millones, aclaró que ello se se logró por la financiación neta del FMI que se volverá negativa este año, el “dólar soja” y la postergación de la provisión de divisas a los importadores.
“Es poco probable que este enfoque conduzca a una acumulación sostenida de reservas”, pronosticó. “Mientras tanto, la peor sequía en décadas y la recompra de bonos en divisas fuertes aumentarán la presión sobre las reservas, que volvieron a caer en enero”, apuntó.