Por qué la crisis del NHS es una amenaza para todo el Reino Unido

El servicio de salud cada vez necesita con más urgencia una mayor parte de los limitados recursos económicos del país. Pero no hay dinero de sobra

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Bloomberg — El medicamento Kaftrio es un verdadero milagro para las ocho mil enfermos de fibrosis quística que hay en Gran Bretaña. Para el NHS (por sus siglas en inglés, Servicio Nacional de Salud), falto de recursos, es el preludio de un porvenir que no podrá permitirse.

Kaftrio, que tiene un precio de, £100.000 libras (US$123.000) anuales por persona, supone cientos de millones de libras más a la cuenta anual de, £180.000 millones (US$221.000 millones) en un momento en el que este servicio está lidiando con la peor crisis invernal de su historia. El exceso de muertes se ha elevado vertiginosamente, las esperas de ambulancias alcanzan máximos históricos, los enfermos pasan horas tumbados en las camillas y los trabajadores, agobiados por el estrés, se declaran en huelga por los sueldos y las precarias condiciones laborales.

El aumento vertiginoso de los costos es el vínculo que une las innovadoras tecnologías de la salud con el exceso de ocupación de los hospitales del Reino Unido. Para permitirse una cosa y solucionar la otra, el NHS cada vez necesita con más urgencia una mayor parte de los limitados recursos económicos del país. Pero no hay dinero de sobra. Los responsables de formular políticas se hallan ante una cruda realidad: o se elevan los impuestos o se reducen los servicios gratuitos del NHS,, o se suprimen otros departamentos gubernamentales, o se destruye la sanidad británica.

Este hecho impide un crecimiento sostenido, disminuye los ingresos gubernamentales y eleva los costes de financiación, restringiendo tanto los fondos que se requieren para arreglar el sistema sanitario como la inversión en general, imprescindible, en palabras del primer ministro, Rishi Sunak, para revitalizar su economía.

El costo del NHS sigue aumentando. A mediados de la década de 1950, poco después de la creación del servicio, costaba el 2% del PIB. Para 2019, era del 10,2%. Eso solo fue manejable porque los fondos públicos se desviaban de defensa a la salud y la caída de las tasas de interés redujo el costo del servicio de la deuda nacional. Hoy, las tasas de interés más altas han agregado £40.000 millones (US$49.130 millones) al servicio de la deuda y se está comprometiendo más dinero en defensa.

Sin embargo, las tendencias demográficas y tecnológicas se mantienen. Para 2067, el NHS costará el 13,8% del PIB, según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, el organismo de control fiscal del Reino Unido. Para tapar esa brecha, el gobierno necesitará encontrar £85.000 millones adicionales cada año en dinero de hoy. Eso es lo mismo que el presupuesto anual completo del Departamento de Educación.

“Tenemos una combinación horrible de niveles impositivos récord, endeudamiento muy alto, tasas de interés altas y un crecimiento débil y todavía estamos luchando para financiar los servicios de salud”, dijo Paul Johnson, director del Instituto de Estudios Fiscales (IFS, por sus siglas en inglés. “Es bastante sombrío”.

Sunak conoce las consecuencias de hacer las cosas mal. Él y el canciller de Hacienda, Jeremy Hunt, intentan actualmente reparar las finanzas públicas de Gran Bretaña después de una corrida de la libra y la agitación del mercado de bonos durante el breve mandato de su predecesora, Liz Truss. Los datos del 24 de enero mostraron que el Reino Unido profundizó sus niveles de deuda en diciembre, y el déficit presupuestario casi se triplicó en un año a £27.400 millones (US$33.654 millones). Con la inflación todavía cerca de los máximos de cuatro décadas, no queda margen para un nuevo error político.

El Tesoro se negó a comentar.

Esta historia se basa en entrevistas con altos ejecutivos del NHS, médicos experimentados y otras partes interesadas, muchos de los cuales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar en público sobre temas delicados. Su testimonio y la evidencia fiscal revelan que el gobierno del Reino Unido enfrenta una enorme tarea para resucitar el NHS, posiblemente el sistema de atención médica más famoso del mundo.

Dentro del NHS, los médicos son muy conscientes de las presiones. Frente a las demandas de financiación en constante aumento, un consultor ortopédico bromeó sombríamente que el Reino Unido pronto se convertiría en una pequeña economía con un gran servicio de salud adjunto.

Algunos médicos y consultores (terminología del NHS para médicos senior) creen que la atención electiva no urgente puede comenzar a racionarse o evaluarse en un futuro cercano para empujar a los pacientes más ricos al sector privado, como ya sucede con la odontología y la óptica. Los consultorios privados ofrecen atención simple que alguna vez estuvo reservada a los médicos de familia, como la extracción de cera del oído, el tratamiento de las uñas encarnadas y el mapeo de lunares. Pasar al sector privado permite a los pacientes saltarse largas listas de espera del NHS para reemplazos de cadera y cirugías de rodilla.

Sajid Javid, ex secretario de salud del partido conservador, escribió en The Times el fin de semana pasado que “el modelo del NHS es insostenible”. Argumentó que podría ser necesario pagar los servicios del médico de cabecera, ya sea por adelantado o mediante la comprobación de recursos. Javid también reconoció que su punto de vista puede no ser popular. “Pero estamos en una encrucijada, y siento que es necesario decirlo”.

El portavoz de Sunak, Max Blain, dijo el martes que el gobierno centrará su atención en mejorar el acceso a los servicios de salud. “El NHS seguirá siendo gratuito en el punto de entrega y acceso”, dijo Blain.

En el centro del problema se encuentra un dilema imposible: ¿Cómo mantener bajos los impuestos cuando el gasto en salud crece más rápido que el PIB? Alguna vez fue posible cubrir los costos que están abrumando lentamente a la economía: su participación en el gasto en servicios públicos aumentó del 20% al 26% en las dos décadas hasta 2019, pero queda poco que recortar en otros ámbitos, y el NHS ya no puede canibalizar los presupuestos de otros servicios públicos.

En cualquier caso, desviar recursos no fue suficiente en los años de austeridad posteriores a la crisis financiera. A medida que se ajustaban los presupuestos, la capacidad del NHS se vació, dejando al sistema muy por detrás de sus pares europeos.

Según la Health Foundation, una organización benéfica, el Reino Unido tiene 2,5 camas por cada 1000 personas, el segundo más bajo de los 14 países que eran miembros de la Unión Europea antes de 2004, y tres médicos en ejercicio por cada 1000 personas, frente a un promedio de los países de la UE de 3,9. El número de escáneres de tomografía computarizada, escáneres de resonancia magnética y máquinas de mamografía está muy por debajo del promedio de la OCDE. La inversión de capital en salud estuvo £33 000 millones (US$40.532) por debajo del promedio de la UE14 entre 2010 y 2019.

El ex primer ministro Boris Johnson aumentó el gasto anual en £12.000 millones (US$14.739 millones) en 2021 y, durante la pandemia, el NHS aumentó el número de consultores hospitalarios y de enfermería en poco más del 10%. Sin embargo, el NHS está tratando a menos pacientes que antes de la pandemia, encontró una investigación del IFS.

Se estima que NHS England tiene 13.000 camas ocupadas por pacientes que están en condiciones de ser dados de alta, pero que no tienen un lugar adecuado a donde ir, lo que genera largas esperas para los pacientes en ambulancias fuera de los hospitales. Los tiempos de respuesta de las ambulancias se han disparado, con algunas víctimas de ataques cardíacos esperando 93 minutos para recibir ayuda. Para muchos pacientes, parece que el NHS ya está roto.

Un director senior del NHS de Inglaterra insistió en que el servicio está desbordado, pero no roto, argumentando, en cambio, que la cantidad de personal solo se ha mantenido al ritmo de las crecientes demandas de atención aguda. La crisis actual se debe principalmente a la escasez de camas, dijo el líder del NHS. El monitoreo digital de pacientes en el hogar está ayudando, pero no se considera una alternativa viable a largo plazo para aumentar la financiación. Se necesita inversión de capital, insiste el director.

El opositor Partido Laborista ha prometido fondos adicionales si gana las próximas elecciones, previstas para enero de 2025, pero dice que el dinero debe llegar con una “reforma no sentimental“. Eso puede ayudar, porque mientras el Reino Unido se encuentra en medio de un grupo de pares en términos de gasto como porcentaje del PIB, según King’s Fund, la investigación de IFS muestra que los resultados son peores.

No hay respuestas fáciles ni arreglos rápidos para los desafíos que enfrenta el sistema de salud y atención”, dijo Helen Buckingham, directora de estrategia de Nuffield Trust. “Obtenemos lo que pagamos. Sin inversión tanto en personal como en infraestructura, los pacientes seguirán siendo los más afectados por estas fallas”.

El NHS, que emplea a 1,4 millones de personas en general, también es un lugar cada vez más difícil para trabajar. En cuatro de los 12 meses de 2022, los problemas de salud mental fueron la principal causa de ausencia de los empleados, según datos de GoodShape, un proveedor de salud y bienestar en el lugar de trabajo. Unos 130.000 puestos estaban vacantes en el NHS de Inglaterra en junio de 2022, incluidos 10.600 puestos médicos. Actualmente, las plazas en las escuelas de medicina de Inglaterra tienen un límite de solo, 7500 por año. Es probable que un plan de fuerza laboral de 15 años, que se publicará pronto, recomiende capacitar a más personal del Reino Unido.

Una reforma apremiante es vincular mejor el NHS con la atención social y comunitaria, donde finalmente se da de alta a muchos pacientes de edad avanzada; pero ese sector está dirigido por autoridades locales con problemas de liquidez a las que se les ha destrozado su propia financiación durante los 13 años de gobierno Tory.

La reforma en sí no es una panacea. Las industrias intensivas en mano de obra como la salud no pueden seguir mejorando la productividad sin cesar. Sin embargo, los costos de personal representan la mitad del presupuesto del NHS y las demandas salariales siguen aumentando, como lo demuestran las huelgas del NHS de este año.

Muchas de estas presiones no son exclusivas del Reino Unido. Los nuevos medicamentos provocan tensiones financieras en todas partes, y las poblaciones envejecen y se enferman en muchas economías avanzadas. Pero el NHS trata de absorber todos esos costos en un modelo centralizado financiado por los contribuyentes dentro de una sociedad que ha votado por un gobierno de impuestos bajos durante gran parte de los últimos 40 años. Por su parte, Sunak prometió reducir las listas de espera, pero dijo poco sobre el largo plazo.

Antes de que se aprobara Kaftrio en 2020, las personas con fibrosis quística a menudo vivían solo hasta los 40 años. Ahora pueden vivir vidas plenas y saludables. El NHS necesita una cura igualmente milagrosa. Con los Tories de Sunak agitados, el desafío puede recaer en Keir Starmer y su partido laborista que fundó el servicio en 1948. Incluso si lo encuentra, el costo será deslumbrante y los efectos secundarios dolerán.

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