Bloomberg Opinión — La posibilidad de que una infección por Covid pueda dañar tu cerebro es aterradora. Los científicos han establecido que el Covid prolongado suele manifestarse con cambios neurológicos: niebla cerebral, problemas de memoria, fatiga. Y algunos investigadores han descubierto cambios en el cerebro incluso tras casos leves del virus. Cada vez que entro en Twitter veo otra horrible anécdota personal, que a menudo refleja cambios en la velocidad de procesamiento cerebral y un aumento de la confusión y los errores.
También puede haber un profundo costo social y económico. Un informe de la Brookings Institution calculaba que quizá 4 millones de estadounidenses no han podido trabajar debido a casos de Covid prolongado; algunos de estos afectados han culpado a la niebla cerebral de arruinar su capacidad de pensar. ¿Qué será de los seres humanos si nuestra capacidad cerebral se embota?
Es suficiente para hacerse preguntas: Aunque me sienta bien, ¿está mi cerebro realmente indemne?
El artículo científico más citado en los medios de comunicación sobre daños cerebrales y Covid procede del Wellcome Center for Integrative Neuroimaging y la Universidad de Oxford. Los investigadores hicieron un uso inteligente de los escáneres cerebrales tomados a 785 personas antes de la pandemia. Al retrotraerlos unos meses, los científicos pudieron comparar a los que habían tenido Covid con los que no. Todos los cerebros mostraron pequeñas fluctuaciones, pero de media, los previamente infectados mostraron una pequeña disminución en la cantidad de materia gris, concentrada en la región que gobierna el olfato y la memoria.
Los investigadores observaron una similitud con los cambios asociados al envejecimiento, lo que llevó a titulares en medios que decían que el Covid envejece el cerebro hasta una década. Pero el estudio planteaba grandes preguntas sin respuesta sobre las que ya escribí cuando se publicó el pasado mes de marzo.
La diferencia cerebral era una media: los cerebros de algunas personas envejecían 10 años, mientras que los de otras sólo parecían un año más viejos. Y es posible que algunas personas se recuperaran del Covid sin cambios en sus cerebros. Los investigadores observaron que los cambios cerebrales eran más pronunciados en las personas mayores y en las que sufrían infecciones más graves que requerían hospitalización.
El documento no relacionaba los cambios cerebrales con ninguna experiencia de Covid prolongado, y los neurólogos con los que hablé en su momento dijeron que es difícil saber qué es clínicamente significativo. Además, en aquel momento no había forma de saber si estos cambios podían ser permanentes.
Los investigadores declinaron mis peticiones de entrevista, pero encontré a otros expertos que habían intervenido con sus propios estudios.
La neurobióloga Maria Mavrikaki, del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, quedó fascinada por el estudio y señaló que los investigadores también observaron una forma de deterioro cognitivo en pacientes de Covid mayores de 60 años: un aumento del tiempo que tardaban en completar un puzzle de unir los puntos. “Estos individuos que se recuperan de Covid leve muestran deterioro cognitivo y están perdiendo materia gris en el cerebro”, afirmó. Puede que los cambios no sean permanentes. Pero siguen siendo preocupantes.
Mavrikaki señaló otro estudio, realizado en Francia en 2020, en el que se utilizaron escáneres PET realizados durante las infecciones por Covid, tras la recuperación y seis meses después. Todos los sujetos mejoraron, aunque no todos se recuperaron por completo.
Ella y sus colegas probaron un enfoque diferente: buscar cambios a nivel molecular estudiando los cerebros de personas que murieron por Covid y comparándolos con cerebros de personas que murieron por otras causas. Publicaron sus resultados el pasado diciembre en Nature Aging.
Dijo que los cerebros, procedentes de una fuente llamada NeuroBioBank, podían clasificarse por categorías para poder comparar a los que murieron por Covid con los que no sufrían enfermedades psicológicas o cognitivas al morir.
Los cerebros infectados por Covid mostraban una activación en los genes relacionados con las respuestas inmunitarias, y una disminución en la expresión de genes relacionados con la cognición, el aprendizaje y la memoria. Peor aún, los cambios se parecían a los que otros investigadores habían hallado en personas que mostraban lo que ella denominó “bajo rendimiento cognitivo” antes de morir.
¿Hasta qué punto deberíamos estar asustados? La doctora afirma que no es que el 100% de las personas que contraen Covid -especialmente si se trata de un caso leve- vayan a sufrir un deterioro cognitivo. “Pero es una posibilidad para un porcentaje de ellos”, afirmó.
Los científicos están estudiando varios mecanismos para entender por qué el Covid puede causar daños cerebrales, como la infección de algunas células cerebrales y una respuesta inmunitaria errónea que permanece activada una vez desaparecida la infección.
En los Institutos Nacionales de la Salud, el neurólogo Avindra Nath también ha utilizado imágenes para estudiar el Covid y el cerebro. Está especializado en el modo en que los distintos virus afectan al cerebro, desde el VIH hasta el ébola.
Cuando pasé por su laboratorio a principios de este mes, calculó que los problemas neurológicos a largo plazo afectaban a un 10% de las personas antes de que existieran las vacunas, y a un porcentaje menor en la actualidad. Eso es malo: el significado de la palabra diezmar es eliminar a uno de cada diez soldados. Pero aún hay esperanzas de que la gente se recupere lentamente o responda a alguno de los tratamientos que se están desarrollando. Está poniendo en marcha un ensayo clínico que utilizará un tratamiento con anticuerpos en un intento de frenar el exceso de inflamación en personas con problemas neurológicos de larga duración.
¿Y los que nos sentimos bien pero hemos tenido un caso de Covid a pesar de vacunarnos? Si te encuentras bien, dijo, probablemente estés bien. Es una tirada de dados y nosotros somos los afortunados. Dijo que los cerebros de las personas pueden mostrar una degeneración relacionada con la edad debido a todo tipo de factores, como lesiones, consumo de alcohol y posiblemente otros virus, como la gripe.
Así que tal vez la raíz de mi ansiedad se deba a la conciencia de que tanto depende de este órgano de un kilo que puede inflamarse tan fácilmente por los virus que nos rodean, así como dañarse por lesiones menores y borracheras juveniles. Ese leve caso de Covid podría haber sido menos dañino que contraer la gripe hace un par de décadas, beber demasiado y sufrir pequeños golpes practicando deporte cuando era más joven e imprudente.
Lo mejor que podemos hacer es dar gracias por seguir vivos y en funcionamiento, vacunarnos contra la gripe y vacunarnos contra el Covid, llevar casco en los deportes peligrosos, no beber en exceso y no malgastar demasiada energía mental agonizando por el pasado.
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