Bloomberg Línea — El Salvador adoptó en 2001 el dólar estadounidense como moneda oficial, con lo cual renunció a aplicar una política monetaria o cambiaria independiente y vinculó su economía de manera más estrecha a las políticas de EE.UU.
A diferencia de lo ocurrido en algunas otras economías dolarizadas, la transición tuvo lugar en un contexto de estabilidad económica y más de dos décadas después, aún sigue debatiéndose si esta decisión fue la más apropiada.
Uno de los análisis más recientes lo ha hecho el economista Claudio de Rosa, quien presentó este mes su estudio como investigador del Observatorio de Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), el cual se trata del libro “21 años de dolarización en El Salvador: mitos y realidades”.
“Poca gente sabe que efectivamente el dólar empezó a tener gran trascendencia dentro de la economía de El Salvador desde mediados del siglo 19″, dijo de Rosa. La circulación del dólar se formalizó en El Salvador por primera vez en 1851 y para finales del siglo, el entonces ministro de Hacienda, Carlos Meléndez, firmó el primer convenio con los bancos comerciales para adoptar el dólar de oro americano como moneda nacional.
En ese historial destaca también la votación a favor de El Salvador para adoptar una sola moneda en todo el continente americano, que se desarrolló en la Primera Conferencia Panamericana celebrada en Washington entre 1889 y 1890.
Después, en septiembre de 1915, el dólar se declaró moneda de libre circulación y pasó a ser la divisa de El Salvador; y en febrero de 1920, los tres bancos existentes crearon un sistema de caja de convertibilidad con bimetalismo: colones y dólares en circulación, que convirtió a El Salvador, en el primero de América Latina con menor tasa de inflación.
Años después, en 1934, el Banco Central de Reserva de El Salvador, organismo gubernamental encargado de la política monetaria del país centroamericano, comenzó a emitir el colón como moneda nacional.
¿Por qué se dolarizó El Salvador?
Según de Rosa, quien conversó con el programa online Centroamérica Economía, el proceso hasta la aprobación de la Ley de Integración Monetaria en 2001 “no fue de un día para otro. Tomó cinco años”.
Para ello, las autoridades se reunieron con el Congreso de los Estados Unidos e instancias como el Fondo Monetario Internacional (FMI). La multilateral dijo que el país no cumplía con los requisitos necesarios para dolarizarse. “No habían suficientes dólares como para comprar de regreso todos los colones que estaban en circulación”, explicó De Rosa.
A principios de milenio, la economía de El Salvador estaba bastante estable, en parte a la caja de convertibilidad y una inflación que había bajado significativamente. “pero siempre existía el riesgo que llegara un gobierno que no coincidiera ideológicamente con esta concepción y lo quisiera cambiar de un día para otro”, dijo el economista.
Un análisis del FMI señala que en los años previos a la decisión de dolarizar la economía, la moneda de El Salvador, se había mantenido a un tipo de cambio fijo de 8,75 colones contra al dólar de EE.UU. desde 1992.
No obstante, las tasas de interés de los instrumentos denominados en colones seguían siendo considerablemente más altas que las ofrecidas por los instrumentos denominados en dólares —incluso por los mismos bancos de El Salvador.
Con la dolarización, El Salvador buscaba eliminar el riesgo de devaluación, blindar las reservas internacionales, reducir las tasas de interés, ampliar los plazos para los créditos y menores tasas de interés, asegurar el valor de los depósitos y las pensiones, mantener una tasa similar a la de los Estados Unidos, procurar mayor disciplina fiscal y mayor inclusión de bancos extranjeros.
Los resultados de la dolarización
Los datos de estos últimos años, analizados por De Rosa en su investigación, reflejan cómo la inflación se mantuvo estable, aunque el país no ha sido ajeno a la presión inflacionaria derivada por la pandemia de la Covid-19 y la guerra de Rusia en Ucrania, que llevó a que la nación alcanzara la cifra más alta (7,76%) en junio de 2022.
Sin embargo, el economista es del criterio de que no es posible afirmar que la inflación en El Salvador pudo ser peor de seguir solo el colón, pues antes de la dolarización, existió el denominado como régimen cambiario, el cual, de haberse ejecutado de forma eficiente, posiblemente también hubiera contribuido a mermar dichos índices.
Según De Rosa, otro objetivo cumplido ha sido reducir las tasas de interés y ampliar los plazos para los créditos en el país pues a la fecha rondan los 6,35% y hasta un 71,6% de los créditos corresponden a plazos de entre 5 y 20 años.
Respecto a la inclusión de bancos extranjeros: en 2000 había nueve bancos salvadoreños y siete extranjeros; para 2014, dos bancos salvadoreños y 10 extranjeros; y en 2021, nueve bancos extranjeros y cuatro salvadoreños.
Desde septiembre de 2021, la reforma monetaria más profunda desde la dolarización, como la definió Dante Mossi, presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), ha sido la aprobación del bitcoin (XBT) como moneda local por parte del gobierno del presidente Nayib Bukele.