Las emisiones que no se ven en la transformación digital

La huella de carbono de los data centers supera la de toda la industria de aviación; las empresas digitales piensan ahora en cómo gestionar sus datos para minimizar este impacto

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Barcelona, España — Muchos asumen que la transformación digital de las empresas supone un paso ineludible hacia la sostenibilidad. De hecho, si son bien utilizadas y llevadas a escala, las tecnologías digitales podrían reducir las emisiones en un 20% de aquí a 2050 en los tres sectores que más emiten: energía, materiales y movilidad. Sin embargo, se estima que la digitalización generó el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en 2020, conforme cálculos de la consultoría Ernst Young.

Más del 65% de los datos digitales que se recopilan y son almacenados por las empresas son de un solo uso, según investigadores de la asociación Digital Decarbonisation, vinculada a la británica Loughborough University. Todos somos susceptibles de hacerlo: cuando subimos imágenes casi idénticas a la nube y con los documentos que relegamos al olvido y nunca se volverán a abrir, entre otros casos. El almacenamiento de estos datos ocupa espacio en los servidores y genera un mayor consumo de electricidad, dejando por el camino una huella digital de carbono.

Cuando se plantea el reto de las emisiones cero, los primeros contaminantes que tal vez vengan a la mente son sectores como la construcción, la aviación y la industria pesada. Pero los centros de datos representan un frente adicional en la lucha contra el cambio climático: solos, son responsables del 2,5% de todo el dióxido de carbono generado por el hombre, una cifra mayor que la producida por la industria de la aviación (2,1%), de acuerdo con el Foro Económico Mundial.

Además, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que el consumo energético de los centros de datos aumente significativamente en los próximos años y llegue a representar hasta el 8% del consumo mundial de electricidad en 2030.

Aunque los países estén corriendo contra el reloj en sus objetivos de reducción de emisiones, “las empresas en su conjunto aún no son muy conscientes del impacto del ‘dark data’”, evalúa el profesor del departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade, Esteve Almirall. Sin embargo, eso no significa que los data centers estén de brazos cruzados.

Para volverse más eficientes desde el punto energético, y de paso más sostenibles, estas empresas están buscando adaptar su infraestructura, empleando medidas que van desde el diseño de sus propios procesadores – utilizando tecnologías de inteligencia artificial (IA) como el “deep learning” para entrenar los datos –, la generación de energías renovables, hasta la construcción de circuitos cerrados de refrigeración, que reduce también en consumo de agua, explicó el académico. “Las grandes empresas de data center están produciendo procesadores que consumen muy poca energía. Y los modelos de computación con inteligencia artificial permiten moderar de modo significativo el uso de energía para tareas muy sencillas”, dijo Almirall.

Las inversiones de Amazon

Entre los gigantes, Amazon Web Services (AWS), el servicio de nube más adoptado globalmente, es una de las plataformas con las tecnologías más avanzadas en términos de transición ecológica. La consultoría 451 Research considera que la infraestructura de la AWS es cinco veces más eficiente desde el punto de vista energético que un centro de datos empresarial europeo medio. Amazon se presenta como el mayor comprador corporativo de energía renovable del mundo y está en vías de alimentar sus operaciones con un 100% de energía renovable para 2025, anticipando su objetivo inicial de 2030, dijo a Bloomberg Línea Jake Oster, director de Política Energética y Medioambiental de AWS para Europa, Oriente Medio y África.

El grupo inauguró a finales del año pasado en España un polo de cloud con tres diferentes centros, con una inversión de 2.500 millones de euros a lo largo de 10 años. Se trata de la 31ª de todas las infraestructuras que AWS opera globalmente y la octava en Europa.

“Nuestro chip más reciente, el Graviton 3, diseñado por AWS, consume un 60% menos de energía con respecto a la versión anterior. Y para enfriar los centros de datos utilizamos el aire exterior cuando la temperatura lo permite. Con estas innovaciones, somos capaces de operar nuestros centros de datos con un fuerte enfoque en la eficiencia”, enfatizó el ejecutivo de AWS, añadiendo que la empresa se está moviendo para abrir en España 16 proyectos de energía renovable, tres eólicos y los demás solares, los cuales generarán 1,5 GWh de capacidad en el país - lo suficiente para abastecer a 850.000 hogares al año. Dos de estos proyectos ya están en marcha.

Fuerza de tracción

Las grandes empresas se encargarán de dar el “empujón” para que las de menor porte, e incluso los consumidores, también se impliquen en la reducción de la huella de carbono, dijo a Bloomberg Línea Juan Carlos Coma, head of Iberia Telco, Media & Technology de Atos, líder europeo en servicios digitales y fabricante de hardware.

“Además de preocuparse por todo el tema de responsabilidad corporativa y medioambiente, que añade valor a la marca, cada vez será más caro emitir CO2: el consumo eléctrico ahora será medido en euros y también en emisiones. Los gobiernos exigirán que las grandes empresas demuestren que están reduciendo carbono en la cadena completa - tiene que ser desde dentro y también entre sus proveedores, pudiendo incluso hacer partícipe al cliente”, cree el ejecutivo.

A raíz de las recomendaciones del Panel Internacional de Expertos de Naciones Unidas para reducir las emisiones netas globales en un 43% en 2030, respectivo a 2019, Atos ha creado un plan para volverse “cero neto” ya en el 2028, con medidas que van desde plantar árboles, utilizar energías renovables en sus instalaciones y centros de datos hasta priorizar el “ecodesign” en los productos que fabrica - servidores con capacidad de procesar los datos de modo más eficiente, hechos de materiales más fáciles de reciclar.

Panorama prometedor

Manuel Giménez, director ejecutivo de la asociación de data center Spain DC, dijo que la construcción de los nuevos centros de datos en España ya aspira a la neutralidad de las emisiones. Según el experto, el enfoque de los data centers hacia la sostenibilidad está llevando a que España se convierta en un nuevo, y muy prometedor, hub en el sur de Europa.

“Las empresas están cada vez más buscando energías renovables en las instalaciones de los centros de datos. En este sentido, España se destaca por tener mucho viento y muchas horas de sol para generar energía.” Otro punto relevante mencionado por Giménez es la ubicación geográfica estratégica. “España es un punto de conexión de cabos submarinos, que la conecta directamente hacia América del Norte y del Sur, África, Oriente Medio y a la Europa continental a través del Mediterráneo”, explicó Giménez, que estima que el sector de centro de datos hará inversiones directas superiores a 6 mil millones de euros entre 2022 y 2026. En este cómputo Spain DC no considera las aportaciones de los “hiperescalares”, que son las enormes instalaciones de almacenamiento de datos construidas por empresas del peso de Amazon, Google y Microsoft.