Perú se encuentra atravesado por revueltas a lo largo y ancho del país, en una convulsión social que ha dejado un saldo de más de 50 muertos. En un contexto tan sensible, ha crecido la tensión entre el gobierno de Dina Boluarte y el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien sostuvo que el pueblo peruano está “luchando por recuperar su democracia”.
Tras las palabras del mandatario boliviano, el Gobierno del Perú le entregó al embajador de Bolivia una nota protestando por aquellas declaraciones y señalando que las mismas implicaban una injerencia.
La contrarrespuesta no tardó en llegar: la Cancillería de Bolivia negó las acusaciones de injerencia y afirmó que respeta el derecho internacional.
El cruce de cartas
“El Ministerio de Relaciones Exteriores entregó una nota al Embajador de Bolivia mediante la cual transmite una enérgica protesta por las declaraciones del Presidente Luis Arce sobre temas de política interna”, comunicó el Gobierno peruano. Y añadió que la Cancillería evalúa acciones ante nuevos actos de injerencia.
Según Perú, es inaceptable que Arce se refiera a asuntos que sólo competen a los peruanos.
Ante esta acusación, la Cancillería de Bolivia contestó: “El Estado Plurinacional de Bolivia respeta el derecho internacional y el principio de no intervención. No aceptamos la insinuación sobre una supuesta injerencia en asuntos internos de la República del Perú, con quien mantenemos una histórica relación entre pueblos hermanos”.
También contra Colombia
El Ejecutivo peruano se sintió afectado también por dichos del presidente colombiano, Gustavo Petro, y le envió también una nota al embajador de Colombia.
“La nota se refiere a declaraciones del Presidente Petro sobre los hechos ocurridos en el campus de la Universidad de San Marcos y señala que sus actos de injerencia son inconsistentes con la conducta que todo jefe de Estado debe observar en cumplimiento del derecho nternacional”, señaló la Cancillería peruana..