Buenos Aires — El Gasoducto Néstor Kirchner representa un componente clave para la estrategia económica del argentino durante el 2023, dado que, con la finalización del primer tramo, aspira a reemplazar una parte significativa de las importaciones de GNL y combustibles líquidos con producción nacional. La obra traería así un ahorro de divisas considerable –las importaciones de gas natural sumaron más de US$4.000 millones en 2022, de acuerdo al Indec–, en un contexto en el que las reservas netas suman US$6.000 millones, según Portfolio Personal Inversiones.
Sin embargo, por diferentes motivos, podría correr riesgo la finalización del primer tramo pautado para junio, lo cual sumaría presión a las importaciones, y por ende a las reservas y a la tensión cambiaria. ¿Qué pasa si Argentina no llega al invierno con el Gasoducto Néstor Kirchner?
Primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner
Actualmente, está en construcción el primer tramo, que unirá a la formación de petróleo y gas shale de Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires, y la fecha estipulada para su finalización es el 20 de junio. Sin embargo, existe la posibilidad de que la obra se demore, ante retrasos relacionados con, por ejemplo, la soldadura de caños.
Con la obra, se busca ahorrar en la importación de 11 millones de metros cúbicos diarios, según especialistas. El primer tramo está financiado por el Estado: $60.190 millones recaudados a través del Aporte Solidario a las grandes riquezas, otros $118.160 millones que responden a Aportes del Tesoro Nacional y otros $60.815 millones de Fondos Provenientes del Artículo 7, inciso 5 de la Ley 27.605.
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El segundo tramo, desde Buenos Aires a Santa Fe, apuntará a aumentar en un 25% la capacidad de transporte de los gasoductos troncales de Argentina, pero el financiamiento en este caso será privado. Con esta obra, Argentina estaría en condiciones de exportar gas natural.
Según la empresa Energía Argentina (Enarsa), encargada de la obra, la primera etapa del gasoducto permitirá ahorrar US$1.465 millones anuales en importaciones de gas y las dos etapas, otros US$2.690 millones.
Las consecuencias si Argentina no llega al invierno con el Gasoducto
Roberto Carnicer, director del Instituto de Energía de la Universidad Austral, indicó que los precios internacionales el año pasado “fueron muy altos, el triple de los habituales” ante la guerra entre Rusia y Ucrania.
La situación en torno al precio internacional del commodity provocó un incremento del 98,7% en el monto total pagado al exterior por el gas natural durante el 2022. Las importaciones treparon así a los US$4.259 millones desde los US$2.143 en 2021.
En ese sentido, Carnicer pronosticó que en 2023 los precios “van a ser más bajos, porque Europa ya tiene la experiencia del último invierno”, y ha implementado diversas medidas para consolidar esa tendencia bajista.
El ahorro para Argentina en 2023
Según estimó el experto de la Universidad Austral, el gasoducto efectivamente podría proveer unos 11 millones de metros cúbicos por día, mientras que el país precisa unos 50 millones por día, por lo que consideró que la obra: “Es una parte de la solución”.
Así, la obra del gasoducto abastecería al país con alrededor de una quinta parte de lo necesario para garantizar el suministro.
Consultado por las alternativas posibles en un escenario de retraso en la obra del primer tramo del gasoducto, Carnicer explicó: “Desde el punto de vista de suministro, siempre está la alternativa de contratar al barco regasificador. Va a haber gas en el invierno, pero siempre el problema es el déficit de la balanza comercial energética, de casi US$7.500 millones, entre gasoil y gas natural”.
En ese escenario, Carnicer aseguró que se trata de uno de los números más altos desde 2014.
El Gobierno, por su parte, espera una mejora en la balanza comercial energética con la puesta en marcha del gasoducto, tanto en su primer como segundo tramo, junto a la ampliación de obras como la de Oleoductos del Valle, para duplicar la capacidad de transporte de petróleo desde Vaca Muerta. Ello permitiría incrementar las exportaciones de petróleo, con lo que la Argentina se aseguraría un ingreso anual de entre US$4.000 y US$6.500 millones, según estimó la Secretaría de Energía a cargo de Flavia Royón.